Balance del 15M

CARTAGENA. Las elecciones españolas del 23 de julio de 2023 constituyen un hito oportuno para hacer balance de los logros y fracasos del movimiento nacido el 15 de mayo de 2011. Para ello nada mejor que revisar los principales puntos del programa que elaboraron por aquellas fechas los sedicentes indignados.

-No nos representan. Se suponía que los congresistas españoles no resolvían los temas que preocupaban a los indignados. Para corregir ese déficit fundaron varios partidos, como el Partido X y, en 2014, Podemos. De no sentirse representados a detentar más de medio de centenar de diputados; de sentirse fuera del sistema a ostentar varios cargos ministeriales e incluso un par de vicepresidencias. Como instrumento para integrarse en el poder político, Podemos demostró una incontestable eficacia. Si Iglesias pasó de un modesto apartamento en Vallecas a un casoplón en Galapagar, sus colegas pasaron de las aceras de la Puerta del Sol a los despachos del palacio de la Moncloa. ¿Éxito o reconversión?

-No al bipartidismo. De gritar "PSOEPepé, la misma mierda es" a convertirse en socios preferentes del PSOE. Si antes aspiraban a asaltar los cielos políticos ahora imploran volver a gobernar con los socialistas. Cuando montaron el 15-M presidía Zapatero el Gobierno español; ahora ZP es el más activo propagandista de Sumar, apoyando incluso a la defenestrada Irene Montero. De revolucionarios antisocialistas a báculo de Sánchez. Giro completo. El que va de Iglesias a Yolanda.

-Listas abiertas y circunscripción única española. Para dar mayor capacidad de elección a los votantes, los indignados pedían modificar la Ley Electoral y pasar a las listas abiertas. Tras gobernar, las listas siguen cerradas y bloqueadas. Para mejorar la proporcionalidad entre los votos recibidos y los escaños en el Congreso, pedían una circunscripción única en España. Las circunscripciones siguen siendo las provincias. Peor aún, ahora apoyan referéndums de segregación en Cataluña y el País Vasco, justo lo contrario de la circunscripción única a esos efectos prevista en la Constitución. Fracaso y giro.

-Sanidad pública, libre, gratuita y universal. Ahora, como entonces, la sanidad estatal española sigue siendo de las mejores del mundo, pero es todavía más necesario mejorar los sueldos y condiciones de trabajo de los sanitarios. Y conectar las comunidades. Empate.

-Enseñanza en los mismos términos. La escuela concertada sigue donde estaba. No ha mejorado la calidad educativa. Han eliminado el carácter vehicular del castellano en varias comunidades. Fracaso.

-Abolición del Plan Bolonia universitario. Su propia ley de Universidades no supone ningún acercamiento a ese objetivo. Se potencia la figura de los contratos laborales y han estado a punto de cargarse las prácticas laborales de los estudiantes. Fracaso completo.

-Libre circulación de personas. Sigue habiendo restricciones a la inmigración irregular y, más penoso todavía, las alianzas con los separatistas han dificultado la libre circulación de los españoles al imponerles barreras idiomáticas para acceder a los trabajos estatales en las comunidades bilingües. Su reciente propuesta de una ley de lenguas ha sido rechazada sin ambages por los separatistas y por Compromiso, integrado en Sumar. Retroceso.

-Ley de vivienda para implantar la dación en pago de las deudas hipotecarias. Su ley de Vivienda protege, en efecto, a los inquilinos, pero apenas los distingue de los ocupas. Su principal efecto ha sido reducir la oferta de viviendas en alquiler, como era previsible. Al parecer, los indignados ignoraban las enseñanzas del dictador Franco, "un propietario más, un comunista menos". En consecuencia, el ministro falangista Arrese hizo una ley tan favorable al inquilino que se cargó el mercado de alquiler. En paralelo, se dedicó a construir masivamente viviendas sociales. Resultado: al comienzo del franquismo el 20% eran propietarios; al final, el 80%. Bienintencionados, los podemitas se han excedido en la protección al inquilino, pero no han impulsado la construcción de viviendas sociales. Se agradece el esfuerzo legislativo, pero se echa de menos más conocimiento de los principios económicos básicos. Peor que Arrese.

-Abolición de los sueldos vitalicios de los políticos y supresión de los aforamientos. Impedir que los condenados por corrupción puedan presentarse a elecciones. No solo todo eso sigue igual, sino que han abaratado la malversación con fines políticos. Retroceso.

-Reforma fiscal favorable a las rentas bajas. Han incrementado la presión fiscal en un 20% y han establecido impuestos especiales a los bancos y las grandes fortunas. No obstante, siguen privilegiando a los vascos y los navarros, que no contribuyen al erario nacional. Siguen siendo Madrid y Cataluña (mejor Barcelona y Tarragona) los principales sustentos del estado del bienestar. Éxito moderado.

-Separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. La mayor parte de las normas, por decreto. El Congreso, caja de resonancia del gobierno. La fiscal general, una exministra socialista. El presidente del Constitucional, partidario de manchar las togas. El CPGJ sin renovar. La sedición, derogada. Fracaso nivel cósmico.

-Información veraz y libre. Sacado del programa el proyecto de perseguir a los periodistas contrarios al régimen. Menos mal.

-Desvinculación efectiva del Estado de la Iglesia. Sigue la cosa igual y se han hecho medio amigos del papa Francisco. Han impulsado cierta islamofilia, que no ha prendido en el conjunto del pueblo. Fracaso.

-Recuperación de empresas públicas privatizadas. Que yo sepa, ni una.

-Independencia de los centros internacionales de decisión financiera. Ni siquiera ha revertido la modificación de la Constitución pactada por Zapatero para anteponer el pago de la deuda a las ayudas sociales. Sin embargo, han incrementado la deuda pública en 300.000 millones de euros y el déficit hasta el 113% del PIB. Fracaso completo.

-Disminución de gastos de guerra. Los gastos militares se han incrementado y España se ha implicado en la guerra entre Rusia y Ucrania sin que lo apruebe el parlamento. Por menos de eso, incendiaron las calles contra Aznar. Fracaso galáctico.

-Cierre de las centrales nucleares y promoción de las renovables. Cumplido, pero ya empiezan ellos mismos a manifestarse contra los parques eólicos y solares. Éxito y contradicción.

-Ley de Memoria Histórica. La han hecho y aplicado. Hace nada le quitaron la medalla del trabajo a Franco. Cumplido el objetivo. Éxito completo.

-Potenciación del feminismo. Al mezclar a las mujeres (50% de los nacidos) con los hombres transexuales (menos de 1 de cada 100.000 nacidos), han dividido profundamente al movimiento. De la ley del consentimiento, mejor no hablar. El aborto convertido en derecho. División de opiniones.

-Mejorar la situación económica de los trabajadores. Han revalorizado las pensiones de acuerdo con el IPC y han aumentado el sueldo mínimo. Eso son sendos éxitos, pero no derogaron la reforma laboral, sino que la retocaron. Debido a la inflación, los trabajadores han perdido un 12% de poder adquisitivo. Éxito a medias o fracaso a medias, según se prefiera.

-Referéndum sobre la Jefatura del Estado. Nada de nada. Eso sí, Juan Carlos en Dubai.

Conclusión: España necesita cuanto una izquierda socialista, pero patriótica. A ver si los vagos de Jacobinos se deciden de una vez.