proyecto 'Mi Casa, una vida en comunidad'

Así es el hogar inclusivo de El Palmar donde conviven personas con discapacidad intelectual

Fotos: MARCIAL GUILLÉN (EFE)

5/02/2023 - 

MURCIA (EFE). En un piso de la pedanía murciana de El Palmar conviven Salva, David y Álvaro, tres adultos que en noviembre decidieron tomar las riendas de su vida y se independizaron, de manera que ahora van al supermercado, se preparan la comida, se hacen la cama o limpian, entre otras de las muchas tareas domésticas de las que uno se hace responsable cuando abandona la comodidad familiar, algo que podría pasar desapercibido si no fuera porque los tres padecen una discapacidad intelectual grave.

La vivienda se ubica en un edificio moderno y consta de 3 habitaciones, 2 baños, cocina, salón comedor y balcón y ha sido alquilada por la Asociación de Familiares de Personas con Discapacidad Intelectual de Murcia (Ceom), en colaboración con la ONG Plena Inclusión dentro del proyecto 'Mi Casa, una vida en comunidad', que facilita el acceso a un hogar independiente a personas con grandes necesidades de apoyo.

Este proyecto piloto pondrá en marcha 66 viviendas en los próximos 2 años en las que 284 personas con discapacidad intelectual y del desarrollo tendrán la oportunidad de vivir en 33 municipios de Aragón, Cataluña, Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha, Canarias y Murcia.

Salva tiene 46 años, es dicharachero, cariñoso y muy atento con sus otros dos compañeros, le apasiona jugar al fútbol sala y ver en la tele 'El equipo A', aunque tampoco le disgustan las tareas del hogar como cocinar, barrer, ordenar o salir a hacer la compra, ya que, como dice la directora de Ceom, Josefa López, le permiten sentirse reconocido e integrado dentro de la sociedad y le confirien una "libertad de decidir" compatible con su síndrome de Down.

López destaca "la mejoría física y emocional" que la independencia provoca en las personas con discapacidad intelectual, aunque en el piso siempre hay algún cuidador o profesional de apoyo que las ayuda con las tareas domésticas y las guía en el día a día procurando que tengan una atención más personalizada, a diferencia de las residencias, donde el trato es más distante con un asistente por cada ocho usuarios, lo que se traduce en una falta de cariño que puede derivar en alteraciones de la conducta que suelen ser paliadas con sedantes y calmantes.

David tiene 43 años, es aficionado del UCAM Murcia y del Atlético de Madrid y aunque su capacidad de habla es bastante limitada a causa de un síndrome de Down más profundo que el de su compañero, es bastante expresivo, de manera que no es muy difícil saber cuándo se encuentra incomodo a causa de una visita inesperada o cuándo está alegre porque su compañero Salva le ha dado un abrazo.

La importancia del contacto físico

En este sentido, la cuidadora Ana López resalta la importancia del contacto físico al tratar con ellos y señala que ha llegado a un punto en el que los toca y los abraza como si fueran sus hijos, de manera que se ha convertido en un "traductor vital", alguien que es capaz de entender y conocer las necesidades de las persona con discapacidad más allá del habla y que puede ser un amigo, un familiar, un compañero o un profesional.

Álvaro tiene 37 años, no habla a causa de una lesión neurológica provocada por una falta de oxígeno, pero, al igual que su compañero David, es muy fácil conocer su estado de ánimo a través de la cara y el cuerpo. Pese a ser corpulento, es muy delicado y en su tiempo libre le gusta poner música en la radio girando la ruleta de forma aleatoria hasta dar con una sintonía que le agrade.

Su madre y presidenta de Ceom, Rosario Martínez, reconoce que lo ve "muy feliz" desde que llegó al piso y señala como prueba de ello lo rápido que se quita el cinturón de seguridad cuando aparcan en la puerta. Además, apunta que el proyecto supone "la mejor opción de futuro" para su hijo frente a "la frialdad" de las residencias, donde pueden llegar a "volverse locos".

El objetivo es que tomen "sus propias decisiones" y elijan qué hacer en cada momento, comenta el facilitador de Plena Inclusión Región de Murcia Alejandro Garrigós, quien trabaja acompañando y asesorando en sus elecciones a los tres inquilinos.

La profesional de apoyo responsable del proyecto, Virginia Gil, detalla de que Salva, Álvaro y David suelen levantarse sobre las 8 de la mañana, desayunan, se asean y a las 9.30 acuden a un centro de día llevando a cabo actividades deportivas, de formación, de desarrollo psicosocial y psicomotriz o de enseñanza, entre otras, hasta las 16.30 , cuando volverán a su casa y tendrán toda la tarde libre para hacer lo que les plazca. 

        

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