Fotos: MP
MURCIA. Una final olímpica con Carlos Alcaraz peleando por el oro a la hora de un aperitivo tardío o de una comida tempana para ser verano y también de un reparador baño en la playa o en la piscina, lugares en los que se siguió el partido con expectación y desilusión por el desenlace adverso.
Desde El Mojón, en San Pedro del Pinatar, hasta Calarreona, en Águilas, pasando por Los Alcázares, La Manga, Cartagena, Mazarrón... y, por supuesto, Los Urrutias, la playa de veraneo de la familia Alcaraz Garfia y en la que Carlitos pasó tantos julios, agostos y septiembres cuando era un crío. Ahora, los torneos que le llevan a jugar por todo el mundo, cambiaron esos planes estivales para el joven tenista de El Palmar.
Sin embargo, la figura del tenista actual sigue estando presente en las playas y hoy apareció en los dispositivos móviles de quienes pisaban la arena mientras en París se disputaba ese choque, sin duda uno de los platos fuertes de los Juegos Olímpicos.
Este domingo 4 de agosto se jugó en la capital francesa pero también en España y muy especialmente en la Región. El choque que el murciano afrontaba frente al serbio Novak Djokovic, un duelo que ya es clásico cuando hay títulos de por medio, comenzó pasadas las dos y diez de la tarde -bastantes tenían dudas en torno al horario- y a muchos aficionados les pilló justo cuando iban a meterse en el agua o seguían tostándose sobre la esterilla. Algunos adelantaron el momento de subir a casa y verlo delante de la tele seguramente con un refrigerio en la mano antes de sentarse a la mesa.
El hecho de que esta cita se diera en agosto, un mes tan vacacional, y además en domingo hizo que esta vez no se montara la ya habitual pantalla gigante en El Palmar o en Murcia. Que se televisara en abierto por La 1 de TVE tampoco lo hizo tan necesario. Así pues, la actividad se trasladó más hacia la costa y allí las derechas, los reveses, los aces... y, obviamente, las dejadas del español fueron motivo de celebración. También los fallos de Djokovic, al que se le tienen especiales ganas por ser quien es y ser como es.
Se impuso el genio de Nole ante la alegría de Carlos (6-7 (3) y 6-7 (2)) y ese baño que se dieron los que siguieron el encuentro pegados al móvil debajo de la sombrilla no sentó tan bien. Habrá más baños y más éxitos del murciano.