DESDE MI ATALAYA / OPINIÓN

Administración emprendedora: innovación desde la demanda externa

20/03/2023 - 

MURCIA. En mi anterior artículo abordé cómo avanzar hacia una Administración Emprendedora mediante la búsqueda y adquisición de soluciones innovadoras que den respuesta a las necesidades de la propia administración, a su demanda interna. Me gustaría ahora proponer una nuevo paso (¿salto?) para seguir avanzando en esa necesaria implicación de las administraciones en los procesos de innovación abierta (ya sabéis: aquello de que la gallina colabora en el desayuno inglés, pero el cerdo se implica).

Se trataría de poner a disposición de las empresas y los emprendedores los medios humanos, equipos e instalaciones de que dispone la propia administración, para el desarrollo o validación de sus productos o servicios innovadores. Rompedor ¿verdad? ¿Os imagináis el potencial de una administración como la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia que cuenta con: hospitales, centros de salud, escuela y servicios de turismo, residencias de mayores, parque móvil, montes públicos, fincas agrarias experimentales, depuradoras de agua, ITV, carreteras, aeropuerto, instalaciones deportivas, colegios e institutos, bibliotecas y archivos, etc, etc.?

Son muchas las empresas y los emprendedores que, a lo largo de mi carrera profesional como gestor de I+D+I, me han preguntado dónde o cómo podrían acceder a determinados departamentos de la administración para validar sus prototipos en condiciones reales. Una empresa del norte de Europa quería probar un nuevo sistema de riego mediante tuberías enterradas y  necesitaba un territorio con bajas precipitaciones y elevadas temperaturas, como el nuestro.  Otra empresa, en este caso regional, buscaba el un servicio hospitalario idóneo en el que ensayar sus innovadores equipos médicos. Otra, del sector TIC, necesitaba testar nuevos sistemas basados en el internet de las cosas y la Inteligencia artificial para la atención y el cuidado de personas que viven solas. Y un último ejemplo, un emprendedor que había desarrollado una App para facilitar y mejorar la atención de las personas en residencias de mayores. Y es precisamente a raíz de intentar ayudar en estos y muchos otros casos cuando me di cuenta de las dificultades que entraña el proceso, porque:

  • Hace falta un conocimiento amplio de la oferta de que dispone la propia administración, de sus instalaciones, equipos y personal, para poder orientar las propuestas hacia los departamentos más idóneos.
  • Hay que compatibilizar las demandas de las empresas y emprendedores, lo que ellos quieren o necesitan, con lo que la propia administración puede ofrecer. Con especial cuidado de adecuar los tiempos de las empresas y los de la administración.
  • Hay que avanzar en nuevas soluciones burocráticas-administrativas que permitan esta colaboración, dando respuestas a  preguntas tales como: ¿Quién va a asumir el coste de los materiales fungibles o de las amortizaciones de los equipos que vayan a utilizar, la empresa o la propia administración?, ¿Van las empresas "a compensar" a los departamentos de acogida, por ejemplo, cediendo los prototipos empleado o los derechos de uso de la innovación? ¿Qué seguro de responsabilidad civil hay que contratar para dar la cobertura a los posibles siniestros?, o en el ámbito sanitario, ¿Cómo cumplir con la protección de datos y las cuestiones éticas?, entre otras.
  • Hay que trabajar la tolerancia al cambio en los departamentos en los que se va a ensayar los prototipos.
  • Hay que estudiar mecanismos compensatorios, por ejemplo, en materia de dedicación horaria, del personal que se va a implicar más activamente en los ensayos. O mediante la formación de estos intraemprendedores de la administración. O el reconocimiento mediante premios y distinciones.

Es cierto que muchas empresas "se han buscado la vida" por su cuenta, a través de sus contactos y, por qué no decirlo, de tratos de favor frente a aquellos que carecían de los citados contactos. Pero no es menos cierto que todavía son muchas las innovaciones que no llegan a buen puerto porque no han podido ser probadas o validadas en condiciones reales, porque carecían de los contactos, desconocían las posibilidades de la administración, o no encontraron la acogida necesaria y se aburrieron en un interminable peregrinar de departamento en departamento. Otras veces, porque aun queriendo colaborar las dos partes, no se encontraron los cauces administrativos para hacerlo. Y de esto se trata: de facilitar estos procesos de acogida de propuestas y de colaboración para llevarlos a término, siempre que sea posible.

Evidentemente no estoy proponiendo incrementar la carga de trabajo de manera obligada a nadie, y menos de este tipo de trabajos para los que no todos están llamados, o distorsionar o estorbar el desempeño ordinario de los servicios que presta la administración y que son su razón de ser.

La actuación que se propone constituye una innovación en sí misma, por cuanto supone una nueva manera de hacer las cosas, y que por tanto debería ser abordada con la misma metodología de cualquier otra innovación. En este sentido, lo primero sería concretar un PMV (producto mínimo viable) y ponerlo en el mercado, es decir, ensayarlo a pequeña escala con objeto de poder empezar a recibir los retornos necesarios para ir mejorándolo continuamente. Algunas ideas para esta hoja de ruta pueden ser las siguientes:

  • Redactar la actuación que se propone, con inclusión de unos primeros borradores del documento en el que quede reflejado el acuerdo entre las partes y sus responsabilidades: reparto de tareas, calendario, recursos económicos humanos y económicos necesarios y quién los financia, etc. Las empresas y sus asociaciones han de incorporarse desde el primer momento.
  • Identificar, a lo sumo, uno o dos departamentos idóneos de la administración con los que ensayar esta iniciativa de co-creación.
  • Divulgar la iniciativa  en dichos departamentos e iniciar la identificación de los intraemprendedores para, a continuación, formarlos en las herramientas  de innovación abierta y en el marco referencial en el que van a trabajar, el Ecosistema Innovador de la Región de Murcia.
  • Difundir la iniciativa entre el sector empresarial, con especial enfoque en aquellos que, en principio, pudieran estar más cerca del ámbito sectorial del departamento en cuestión (pero ojo, nunca cerrando la posibilidad a cualquier iniciativa por alejada que pudiera estar apriorísticamente ya que, como es bien sabido, muchas de las mejores oportunidades surgen precisamente de esa colaboración entre distintos).
  • Lanzar la convocatoria con un plazo abierto indefinido que permita que se presenten las necesidades cuando surgen.
  • Habilitar una comisión para la evaluación de las solicitudes en la que el mayor peso lo lleve el propio departamento que acoge la propuesta, teniendo en cuenta sus capacidades. La aprobación formal recaerá, en última instancia, en el responsable de dicho departamento.
  • Y para realizar estas nuevas tareas que conlleva la coordinación del conjunto de la actuación habrá que disponer los recursos humanos necesarios.

Por último, me gustaría resaltar algunas características importantes de este modelo de innovación desde la demanda externa:

1. Las propuestas de las empresas no tienen por qué estar alineadas necesariamente con las necesidades de los departamentos receptores de las propuestas. El objetivo principal es ayudar a las empresas a innovar, de prestar un servicio que sólo la administración puede prestar.

2. No existe concurrencia competitiva entre proyectos, y son la calidad de la propuesta y las capacidades limitadas de la propia administración los factores determinantes.

3. Los plazos de ejecución de estos proyectos, desde su solicitud hasta su conclusión,  han de ser necesariamente cortos, en concordancia con la urgencia de las innovaciones para alcanzar los mercados antes que la competencia.

Soy consciente de que la actuación que se propone no casa con el "status quo" y que son muchas las dificultades que habrá que ir salvando.  Y mucho me temo que la primera y principal será superar la oposición de aquellos que ante las dificultades optan por la inacción. También la de aquellos que sienten vértigo de sólo pensar en salir de su zona de confort.

Pero no es imposible y, además, existen precedentes, como es el caso de los ensayos clínicos en los hospitales, donde las empresas farmacéuticas, que obviamente no disponen de pacientes en condiciones reales, se han apoyado en los servicios clínicos de hospitales y ambulatorios para poder llevar a término los ensayos requeridos por ley para poder sacar al mercado nuevos fármacos. Y esta contribución de la administración a la innovación desde la demanda externa se ha realizado, además, en un marco regulatorio extremadamente complicado de protección de datos y cuestiones éticas, entre otras.

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