A la caza del "comprador con conciencia": la murciana Lolo Bio apuesta por los cosméticos naturales

MURCIA. Las tendencias están cambiando y las empresas de nicho están cobrando fuerza. No es de extrañar que en un mundo globalizado puedan surgir propuestas capaces de funcionar gracias a que su cliente objetivo no queda limitado por la distancia geográfica, por lo que satisfacer la demanda de un pequeño grupo de población ya puede resultar suficiente para ser rentable. Con esa idea en mente ya están germinando una serie de proyectos en la Región relacionados con el mundo veggie y la sostenibilidad, entre los que se ubica la tienda de cosméticos veganos Lolo Bio.

Este comercio de origen murciano se encuentra más enfocado al cuidado de la piel que a la belleza. Esto se debe a que su cliente objetivo no es una persona especialmente vanidosa, sino que destaca por su conciencia social y su interés por el cuidado de la naturaleza.

Y es que la particularidad que hace destacar a Lolo es mantener una política de empresa lo más verde posible, disminuyendo al mínimo la generación de recursos tanto en la fabricación como en el envasado. De hecho, más allá de paquetes más grandes que puedan ser reutilizados, ya trabajan con embalajes biodegradables y etiquetas de semillas.

No obstante, esta apuesta por la economía verde no tiene una gran demanda que la respalde, sino que se trata de un negocio de nicho, según explica a Murcia Plaza el gerente de la empresa, Juan Antonio Mompean: "No podemos competir con los precios de las grandes marcas, pero el cliente cada vez es más exigente con la sostenibilidad en sus compras, explica.

Asimismo, añade que él se muestra optimista y considera que esta conciencia creciente no se trata de una tendencia pasajera, sino que se trata de una realidad que se está incorporando al mercado, en especial entre la gente más joven: "Comprar este tipo de productos es casi un estilo de vida. Existe un comprador con conciencia que busca adquirir aquello en lo que cree". 

En este sentido, también recuerda la importancia de potenciar la facilidad de consumo, pues el cliente no quiere tener que rebuscar en las etiquetas par comprobar si el producto cumple con sus estándares de sostenibilidad, sino dirigirse directamente a aquellas marcas que ya se caracterizan por garantizar una producción ecológica.