Céntrica calle de Murcia. Foto: OMEGAMURCIA. Es la cifra que no deja de subir. La deuda pública de la Región de Murcia se incrementa todos los años. Trimestre tras trimestre, el pasivo de la Administración regional aumenta, batiendo récords casi a cada paso. El último dato del Banco de España, el conocido este martes, arroja la cantidad más abultada de la historia: 11.513 millones de euros. Nunca antes se había llegado hasta este límite, que equivale al 34,9% del PIB regional.
El problema de la deuda responde a motivos profundos e históricos, en los que el reparto del modelo de financiación autonómica ha jugado un peso determinante. El Gobierno regional nunca ha expresado su intención de ponerle freno, ya que esgrime que con este dinero se costean los servicios públicos, muchos de ellos tan necesitados en situaciones extremas como así puso de manifiesto la batalla sanitaria en la pandemia. Y además el Ejecutivo aduce que es un dinero que "no es imputable a los murcianos ni tampoco a la Región", como así reconocía a Murcia Plaza el anterior consejero de Hacienda, Javier Celdrán, convencido de que "es una deuda histórica que tiene que solucionar el Gobierno de España".
No parece por tanto que el Ejecutivo vaya a poner empeño en reducirla. Al contrario: exige al Ejecutivo nacional que condone el 90% del pasivo. Pero... ¿qué pasaría si esa deuda se tuviera que repartir por cada uno de los ciudadanos de la Región para liquidarla? Si se tiene en cuenta que el censo de la población regional asciende a 1.518.486 habitantes (según el padrón a cierre de 2021), supondría que cada persona tocaría a a 7.581,89 euros. Si tenemos en cuenta solamente a los contribuyentes de la Región, cuya cifra ronda los 650.000 personas, tendrían que apoquinar por cabeza 17.712,30 euros.
Estas cifras hipotéticas -pues los murcianos no tendrían que pagar la deuda, obviamente- no dejan de ser una forma de ver la dimensión de la deuda, que ya es, en términos porcentuales, la tercera más alta del país, solamente superada por la Comunidad Valenciana (46% de su PIB) y Cataluña (36,7%). Por detrás aparece Castilla-La Mancha (36,5%) mientras que la media de todas las comunidades se sitúa en el 25,1%.
¿Cómo se ha llegado a esta situación cuando en 2008, antes del estallido de la crisis, la Región apenas debía 755 millones. Para la Comunidad hay una causa clara: la financiación autonómica. La Consejería de Hacienda sostiene la tesis de que gran parte de la deuda se debe al problema del modelo autonómico: "La infrafinanciación que recibimos del Estado lastra con deuda", ha lamentado en más de una ocasión el consejero de Economía, Luis Alberto Marín, quien precisamente por ese motivo pide al Gobierno central que condone el 90% de este pasivo regional.
No obstante, aunque la financiación es un agravio que perjudica -objetivamente- a la Región, no todas las voces autorizadas culpan a ella de los desmanes de la deuda. Hace más de un año, el Colegio de Economistas de la Región exigía contundencia contra el déficit y defendía que no toda la deuda se debía a la infrafinaciación, si bien reconocía que existe un déficit estructural causado por la mala financiación. Del mismo modo, un informe del Centro Económico y Social (CES) calculaba que el perjuicio de la financiación representa apenas el 20% de la deuda regional.
Esta escalada se remonta ya a catorce años atrás. La deuda de la Comunidad se ha multiplicado por 14 desde el 2008. Un año después, el Gobierno de España, presidido entonces por Rodríguez Zapatero, cambió el modelo de financiación autonómica. Y la Región pasó de deber el 2,6% en 2008 al 4,8% en 2009 y la deuda ascendió al 10,3% en 2010, por encima de los 2.100 millones.
El crecimiento fue ya imparable. En 2012, ya con Mariano Rajoy en la Presidencia, se disparó hasta el 17,5% (4.600 millones). En 2013 llegó al 20,9% y en 2014, último año de Ramón Luis Valcárcel como presidente murciano, se instaló en el 25,6% (6.800 millones). En 2015 se cerró en el 26,7%; en 2016 se alcanzó el 28,3% y en 2017 se situó en el 28,7%.
En 2018, ya con Fernando López Miras como jefe del Ejecutivo regional, se acabó debiendo el 29,6% (9.232 millones), el mismo porcentaje que se repetiría en 2019 (si bien la cuantía ascendía a 9.232 millones). Y el 2020, marcado para siempre por la pandemia, quedó en la historia como el año en el que el pasivo murciano superó el umbral de los 10.000 millones de euros. Aquel hito sucedió en el segundo trimestre y finalmente el ejercicio se cerró en 10.182 millones, el 34,9% del PIB. El año pasado se cerró en 10.595 millones, muy cerca de la barrera simbólica de los 11.000 millones de euros, hoy sobrepasada.
