Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, introdujo hace un par de semanas el factor diseño en el plan de recuperación europeo.
MURCIA. Todo vuelve. Hasta las iniciativas y políticas europeas de diseño del siglo pasado. Vuelven las modas (si volvieron las riñoneras ya puede volver cualquier cosa), los tocadiscos, la fotografía analógica, cultivar tus propios tomates cherry o la venta a granel. Y parece que podría volver la Bauhaus, mítica escuela de arquitectura, diseño y arte fundada en Alemania en 1919.
Por sorpresa, en el discurso del pasado 16 de septiembre de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la sesión plenaria del Parlamento Europeo, citaba a la centenaria escuela alemana como parte de un plan de recuperación europeo. Mencionar la Bauhaus, aunque a muchos les suene a gran almacén de bricolaje, es en sí toda una declaración de intenciones porque aquello fue más que una escuela, fue parte de un ambicioso plan en el que se demostró el papel del diseño para la sociedad y al que debemos la profesión del diseño tal y como la entendemos hoy. Hasta los estándares del diseño digital podrían explicarse desde la Bauhaus.
En su discurso, von der Leyen habló claramente de fuertes acciones en torno al diseño como parte del plan de recuperación planteado para la Unión Europea con el que dar un fuerte empujón a temas de sostenibilidad. El diseño como componente innovador y herramienta para mejorar aspectos sociales y de nuestro día a día, un argumento cada vez más asentado en la cultura empresarial y que se extrae por ejemplo de la Declaración de Diseño de Montreal de 2017 donde ya se destacaba el diseño como motor de innovación y competencia, facilitador del cambio y de la transición para ofrecer una mejor calidad de vida para todas las personas.
Volviendo a la centenaria escuela, fundada por Walter Gropius y cerrada desde 1933 (de eso se encargaron los nazis), sirvió para que se rediseñasen las propias enseñanzas artísticas. Allí coincidieron Mies van der Rohe (el de 'menos es más’), Marcel Breuer o artistas como Kandinsky o Paul Klee, y terminaron por sentarse las bases del diseño moderno. Lo que se plantea ahora ante la Comisión Europea es una “nueva Bauhaus europea”, como espacio de co-creación donde arquitectos, artistas, estudiantes, ingenieros y diseñadores trabajen juntos por los objetivos de la UE.
En un motivador discurso, la presidenta de la Comisión Europea apuntaba: “Es nuestra oportunidad para que el diseño facilite un gran cambio, salir más fuertes creando oportunidades para el mundo del mañana y no solo para el de ayer. Tenemos todo lo que necesitamos para que esto suceda. Nos hemos librado de las viejas excusas y las comodidades que siempre nos han frenado. Tenemos la visión, tenemos el plan, tenemos la inversión”. Y remataba apelando al compromiso de toda la Unión Europea: “Ha llegado el momento de ponerse manos a la obra”.
Resulta llamativo que en países como España la noticia pasó bastante desapercibida, mientras que fueron los medios económicos internacionales (y no sólo los especializados en diseño) los que se hicieron eco de inmediato. Así, Forbes o el Financial Times destacaba el importante papel del diseño en esta transformación económica.
Ursula von der Leyen viene de gestionar ministerios de trabajo, asuntos sociales o defensa, así que esta incursión y apuesta total por el diseño a un nivel estratégico para solventar crisis tiene un valor especial y recuerda a otro tema de políticas de diseño del siglo pasado que fue la creación del Design Council británico, allá por 1944, un consejo de diseño fundado desde la Cámara de Comercio y que se mantuvo como organismo público hasta hace pocos años. Aquel consejo nacía con el objetivo de promover desde el diseño estrategias y la mejora de los productos de la industria británica, y se da el hecho de que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, quien se reunía días después de la intervención de von der Leyen con la presidenta de la Comisión Europea, tiene encima de la mesa una primera propuesta de un representativo grupo del asociacionismo español en diseño (READ, FAD Barcelona, Barcelona Centre de Disseny, Red AEDE, CADI y València Capital Mundial del Diseño 2022) sobre la aportación que éste puede hacer a la recuperación del país.
La propuesta de la presidenta von der Leyen destaca también que su plan no se trata solo de un proyecto económico o ambiental, sino que necesita ser un nuevo proyecto cultural para Europa. De este proyecto, denominado NextGenerationEU, no se ha contado mucho aún pero se centra en sostenibilidad, cultura y en la recuperación post covid-19, y tiene un presupuesto de 750.000 millones de euros.
Entidades europeas del diseño como BEDA (Consejo de Asociaciones Europeas de Diseño, que aglutina a 47 asociaciones de 25 países) se han manifestado al respecto y en concreto en el comunicado de BEDA se reconoce la apuesta del diseño como estrategia clave para esta situación de emergencia y el desarrollo del nuevo plan, en el contexto de la lucha contra el cambio climático y el liderazgo de Europa en materia de Economía Circular. De hecho, en palabras de su presidente, Päivi Tahkokallio, “damos la bienvenida al foco puesto por la Comisión Europea en la co-creación y la colaboración a través de la arquitectura, el arte, el diseño y la ingeniería”.
Nada se conoce de hacia dónde irá esta propuesta de nueva Bauhaus, ya que sólo se sabe lo expuesto en el discurso y está sin definir realmente ese espacio de co-creación. Podría ser una escuela física o tal vez una plataforma digital ya que en esa misma intervención von der Leyen alababa precisamente la digitalización como facilitadora también de formación. En cualquier caso es un espaldarazo internacional a políticas y estrategias de diseño a todos los niveles, institucional o empresarial.
Estaremos pendientes.