ENTREVISTA

Sito Alonso: "Soy un adicto al baloncesto, entreno desde los 11 años y veo 14 partidos a la semana"

El técnico del UCAM Murcia Club Baloncesto cumple "feliz" un año dirigiendo al conjunto grana en la Liga Endesa y sólo echa de menos "tener más victorias"

13/02/2020 - 

MURCIA. Alfonso 'Sito' Alonso Blasco (Madrid, 4 de diciembre de 1975) acaba de cumplir un año de estancia en Murcia, ciudad a la que llegó a finales de enero de 2019 para sustituir a Javier Juárez al frente del UCAM CB. Desde entonces le ha dado tiempo a salvar al equipo de un descenso por el que se temía, a seguir peleando por la permanencia esta temporada y a sentirse "feliz" en la capital del Segura. "Sólo echo de menos a la familia y tener más victorias pues lo demás todo me gusta", asegura en una entrevista concedida a Murcia Plaza en la que muestra su lado personal y se declara "un adicto al baloncesto", que es su trabajo y su pasión. Empezó a entrenar cuando tenía 11 años y alternaba el banquillo con la pista y hoy, tres décadas después, no pierde su amor a este deporte. "Veo hasta 14 partidos a la semana", cuenta.

Empezando con la actualidad, este mes han llegado tres jugadores a la plantilla -Nikola Radicevic, Rinalds Malmanis y Delroy James- y por ahora ha salido Manu Lecomte, aunque pueden seguir sus pasos Dino Radoncic, Dusan Sakota y Kevin Tumba. ¿Cómo explica que haya tantos cambios con la temporada en marcha?

A tenor de los resultados la estrategia del club, tras analizar la situación hace unas semanas, era la de fichar en el parón de la Liga Endesa para así buscar más energía. Se había generado una presión que no todo el mundo es capaz de soportar después de perder varios partidos que debíamos haber ganado y eso hace daño. El equipo necesita aire fresco, el que nos pueden dar los que han venido, y queremos tener el equipo más ajustado para afrontar lo que queda.

“El equipo necesita aire fresco, el que nos pueden dar los que han venido, y queremos tener el equipo más ajustado para afrontar lo que queda. Tenemos que recuperar la agresividad perdida por desconfianza”

¿De qué forma variará el juego del UCAM CB con estas modificaciones en la plantilla?

No va a cambiar mucho, aunque sí en cuestiones específicas pues cada jugador tiene sus características individuales y yo trataré de sacar el máximo rendimiento de todos ellos.

¿Es posible que veamos más a Jarell Eddie, el máximo triplista de la Liga, en la posición de alero y no como ala pívot?

Seguramente sí y también podremos arriesgar jugando con tres pequeños a la vez. Podemos alternar varias cosas, pero primero hay que ajustar.

¿Esto quiere decir que el equipo ganará en dinamismo?

El UCAM CB empezó la Liga siendo un equipo muy dinámico y se ha parado por la presión que se soporta por los resultados. En todo caso el nuestro no es un equipo aburrido de ver, sino más bien lo contrario, aunque tenemos que recuperar la agresividad perdida por desconfianza.

Echando un rápido vistazo a la clasificación todo hace indicar que la pelea por la salvación la dirimirarán cuatro equipos -Movistar Estudiantes, Montakit Fuenlabrada, Coosur Real Betis y UCAM CB- para evitar los dos puestos que condenan a la Liga LEB Oro. ¿Lo ve así?

Creo que plantear la lucha entre cuatro es una presión añadida y todavía queda mucho por jugar. Dos o tres partidos se pueden recuperar en las 13 jornadas que faltan, que para nosotros son 14.

En este tramo final del curso las aficiones están llamadas a jugar un papel básico y la de Murcia ha demostrado que está con su equipo.

Así es. Una de las cuestiones por las que yo renové fue la afición y, a modo de ejemplo, puedo decir que si el Unicaja no ganó aquí fue por la respuesta positiva de nuestro público, que nos ha dado el soporte que nos falta fuera de casa. Sin los hinchas no conseguiremos ningún objetivo y el equipo piensa que con ellos puede vencer a cualquier rival.

“La liberación de ego te permite entrenar a un jugador como Booker. Si pretendes que todo pase por tus manos no puedes dirigir a jugadores con un talento especial como el que tiene Askia y a los que hay que darles libertad a la hora de jugar para que muestren su talento”

En su equipo la estrella es Askia Booker, quien ha llegado a decir que Sito Alonso es el mejor entrenador que puede tener el UCAM CB para afrontar la situación en la que está. ¿Qué destacaría del base-escolta estadounidense?

Soy un entrenador al que le da absolutamente igual quien juegue, pero Askia es nuestra referencia y su lesión en una mano hace varias jornadas creó una falta de liderazgo ofensivo. No es un director sino que es más ejecutor, aunque tiene la capacidad de dirigir a sus compañeros.

No obstante, en ocasiones debe resultar algo complicado ser el entrenador de un jugador que roza la anarquía táctica como es Booker.

La liberación de ego te permite entrenar a un jugador de ese tipo. Si pretendes que todo pase por tus manos no puedes dirigir a jugadores con un talento especial como el que tiene Askia y a los que hay que darles libertad a la hora de jugar para que muestren su talento y en el UCAM CB no podemos limitar el talento. Hace mucho tiempo que perdí ese ego y los jugadores me enseñaron que los entrenadores somos una parte importante del equipo pero quedamos en segundo plano ante ellos, pues son lo más importante del baloncesto.

El caudal ofensivo del conjunto grana se focaliza en Booker y en Eddie, ¿qué tiene que decir de este otro jugador, debutante en la Liga y que está sorprendiendo a todos?

Está siendo una revelación en la temporada y es un jugador de un nivel mucho más alto del equipo en el que está, aunque tiene que aprender a hacer ganar al equipo con su talento. Nos aporta mucho más que anotación, un carácter profesional difícil de encontrar en un extranjero y es un ejemplo para los demás.

Más alejado de los focos suele estar Sadiel Rojas, quien hace un trabajo sucio pero muy necesario. ¿Qué diría del capitán?

Sadiel se reinventa cada año y con su altura y su peso es difícil hacer que lo que él hace en el máximo nivel. No es muy querido fuera de Murcia pero porque no conocen sus valores, los cuales le llevan a luchar al límite para conseguir lo mejor para su equipo.

“Vine para construir algo importante que nos haga ser diferentes y sigo pensando que entre todos podríamos hacer algo grande, aunque para eso hay que cambiar la mentalidad de todos y ser menos pesimistas y alarmistas y más optimistas y ambiciosos. Esto no se hace en un día”

Cuando fichó lo hizo para salvar al equipo del descenso y cuando renovó dio el paso queriendo dar un salto de calidad. Lo primero lo logró, pero lo segundo se está resistiendo. 

Salir de esta situación me hará ser mejor entrenador y mejor persona. Soy una persona positiva y estoy en una plaza en la que se han logrado pocos éxitos como puede ser pelear con los mejores en una Copa del Rey o en unas semifinales de la Liga y yo vine para construir algo importante que nos haga ser diferentes y esto se consigue mejor ganando. Ahora tenemos que tapar varios agujeros para hacer esa construcción, pero sigo pensando que entre todos podríamos hacer algo grande y para eso hay que cambiar la mentalidad de todos y ser menos pesimistas y alarmistas y más optimistas y ambiciosos. Esto no se hace en un día.

En el pasado en Murcia la salvación estaba cara y de un tiempo a esta parte la historia ha cambiado como lo demuestra el hecho de que el UCAM CB cumple su novena temporada consecutiva en la élite y en las tres campañas anteriores disputó competición internacional.

Murcia tiene cosas que otros no tienen y debemos generar la ilusión de querer venir aquí, donde el clima es espectacular, se paga al día, el club ha competido en Europa... y son cuestiones importantes como para pensar que fichar por el UCAM CB es atractivo y creo que eso ayuda a hacer algo importante dentro del baloncesto español.

Llama la atención el hecho de que no haya ningún murciano en la Liga Endesa y tampoco ningún canterano ha debutado con el conjunto de la tierra desde su llegada. ¿Cómo lo explicaría?

En la cantera se está habiendo un buen trabajo y uno de mis objetivos siempre ha sido el de mirar a las bases y no sólo porque me formara en el Joventut de Badalona, un club que tanto cuida eso. Es necesario que haya tranquilidad para que los chicos de abajo puedan subir y seguro que con otros resultados Ismael Corraliza habría debutado ya, pero hay que rodear a los jóvenes de tranquilidad y de experiencia para que vayan aprendiendo.

Dejando a un lado lo deportivo ¿qué destacaría del año que lleva en Murcia?

No me puedo quejar de nada, aunque estaría mejor con más victorias. Estoy a gusto en un club con pocas armas a nivel económico con respecto a otros, pero con mucha seriedad y gente muy preparada. En lo personal me quedo con la tranquilidad que tiene mi familia cuando viene a visitarme desde Barcelona. Aquí la gente es muy amable, la restauración es fabulosa, es una ciudad ideal para pasear... en definitiva es un sitio, desconocido por muchos, pero en el que se es muy feliz. Sólo echo de menos a mi familia y lo demás lo tengo todo, aunque no me hacen falta muchas cosas, la verdad. Me basta con que el pabellón esté abierto para ir a trabajar y sólo añoro tener más victorias.

¿A qué dedica el tiempo de esparcimiento?

Vivo cerca del centro, en la avenida Juan Carlos I, y desde ahí voy a nadar y a hacer deporte. También leo y veo mucho baloncesto por televisión.

“UNA LESIÓN EN EL TENDÓN DE AQUILES CUANDO TENÍA 17 AÑOS ME LASTRÓ. MI OBJETIVO ERA JUGAR EN LA ACB, PERO TRAS AQUELLO YA NO RECUPERÉ EL NIVEL, POR LO QUE DEJÉ DE SER BASE Y ME CENTRÉ EN ENTRENAR, LO CUAL ME HIZO FELIZ Y ASÍ SIGO”

¿Más baloncesto?

Sí. Además de ser mi trabajo es mi gran pasión y lo ha sido siempre. He jugado y, sobre todo, he entrenado, pues desde que tenía 11 años y empecé dirigiendo a otros críos en Zaragoza lo llevo haciendo. Con 22 años debuté como técnico en la Liga EBA con el Cosehisa Monzón y todos los jugadores de la plantilla eran mayores que yo. Luego fui al Prat, al Joventut, al Gipuzkoa, al Bilbao, al Baskonia, al Barcelona y al Cedevita Zagreb hasta que llegué a Murcia. El baloncesto es mi vida y se puede decir que soy un enfermo de este deporte, aunque es más una adicción que una enfermedad, algo que necesito y esta temporada, en la que no tenemos competición internacional, estoy viendo entre 12 y 14 partidos a la semana. 

Las zapatillas las colgó demasiado pronto, ¿por qué?

Estuve en la cantera del CAI Zaragoza, pues a esa ciudad marché con la familia teniendo cuatro años, y jugué en la segunda categoría, lo que ahora es la LEB Oro, pero una lesión en el tendón de Aquiles cuando tenía 17 años me lastró. A Monzón, un club que tenía aspiraciones de ascender, fui como jugador antes de alcanzar la mayoría de edad y mi objetivo era jugar en la ACB, pero tras esa lesión ya no recuperé el nivel, por lo que dejé de ser base y me centré en entrenar, lo cual me hizo feliz y así sigo.

¿Y quién le introdujo su interés por entrenar?

Fue mi padre, que es el entrenador de mi casa y alguien que sabe bien cómo funciona esto. Fue mi gran referente y a mí me exigía de una manera especial y me quedo con un consejo que me dio: que mantuviera siempre mi personalidad para trasladársela a mis equipos.

¿Cuál es su principal consigna como entrenador?

Yo creo mucho en el trabajo y en que los resultados vienen por algo. En la pista intento que los jugadores sean lo más felices que sea posible dentro de unas reglas que respeten los valores más importantes del equipo. Los egos tienen que ponerse al servicio del colectivo. A veces soy demasiado detallista a la hora de dar información al jugador y eso exige a menudo mucho a nivel mental. En ocasiones hay que ejecutar más y pensar menos, como por ejemplo en el caso de Booker.

“Mi padre, también entrenador, fue mi gran referente y me quedo con un consejo que me dio: que mantuviera siempre mi personalidad para trasladársela a mis equipos. Aprendí de muchos, pero me marcó Áíto García Reneses, un maestro y el mejor soportando la presión y apostando por los jóvenes”

Ha hablado de la influencia que tuvo en casa para dedicarse al que ha sido y es su trabajo, pero ¿tuvo más referentes ya una vez empezó a andar el camino?

A nivel profesional me marcó primero el presidente que tuve en el Monzón, Guillermo Huguet, quien me dejó equivocarme en un club semiprofesional al que iban a ver mil personas al pabellón pagando su entrada, y más tarde Aíto García Reneses, de quien fui técnico ayudante en el Joventut de Badalona. Para mí es el mejor entrenador en cuanto al conocimiento de lo que es aguantar la presión como hizo en el Barça y en el Joventut y apostando por los jóvenes. Luego he aprendido de muchos, como Zeljko Obradovic y Pat Riley entre otros.

En todos los años que lleva en el deporte de la canasta ha coincidido con cientos de jugadores. ¿Recuerda a alguno que le marcase?

Ha habido muchos de los que aprendí y uno de ellos sin duda es Elmer Bennett, un profesional con una exigencia tal que nunca permitía la relajación y era un líder en la disciplina siendo un jugador de máximo nivel. He tenido la suerte de coincidir con Ricky Rubio, Thomas Heurtel, Shane Larkin...

Especialmente llamativa fue su marcha del Barça en una época convulsa en la que acabó pagando los platos rotos y se dijo que el clan de los franceses, precisamente con Huertel al frente, le hizo la cama. ¿Lo siente así?

En el Barcelona, al que llegué tras haber disfrutado como un enano en Vitoria, no salieron las cosas bien porque no podían salir bien. Ahora ese club tiene otro potencial, pero yo llegué en un momento que no era fácil y había muchos frentes abiertos. Se estaba intentando hacer lo que ahora se está construyendo y aquella Copa del Rey que se ganó una semana después de mi salida y la llegada de un valor como Svestislav Pesic fue clave. De lo mal que fueron las cosas en lo deportivo con el Barça yo soy el máximo responsable, más que los jugadores.

Precisamente este jueves arranca en Málaga otra edición de la Copa del Rey en la que va estar presente en las gradas del Martín Carpena. ¿Cuál es su favorito?

Por potencial de plantilla el Barcelona está por encima de todos en este momento, pero nunca se puede olvidar al Real Madrid con su gen ganador y los partidos hay que jugarlos empezando por los de cuartos de final, que son una trampa y en los que la presión pesa mucho.

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