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el tintero / OPINIÓN

La vuelta al covid

Foto: Marta Fernández / Europa Press

Cuando llegó el verano, bajaron los contagios y sobre todo las muertes, soñamos con una ansiada vuelta a la vieja normalidad y planeamos qué hacer en este año distinto. Estos días hablamos de la vuelta al cole, pero más parece una vuelta al covid

28/08/2020 - 

Los medios hablan y mucho de como será la vuelta a las aulas en los próximos días: presencialidad frente a virtualidad, aulas y ordenadores, más profesores y menos alumnos, más presupuestos y menos recursos. En fin, un conjunto de ideas, iniciativas, normas y propuestas que navegan entre lo voluntarioso, lo inútil, lo práctico y lo ineficaz. La confusión impera en estos tiempos de pandemia que parecen consolidarse como tiempos de prohibición y sometimiento colectivo. 

El análisis de la situación es complejo y sobre todo contradictorio, de las cifras alarmantes de contagios y las exhaustivas medidas de higiene que debemos mantener todos a las imágenes de los miembros del gobierno paseando por la playa, haciendo surf, comiendo en calas paradisiacas y posando para la foto y protagonizando reportajes en revistas del corazón, todo por supuesto sin mascarilla. Estas imágenes que reflejan un verano típico contrastan con las alertas que lanzan las ‘autoridades sanitarias’, que realmente tampoco sabemos quiénes son, pero apelan constantemente a ellas para cualquier decisión. 

Todos los años en estas fechas, es habitual que los medios dediquen parte de su información a explicar novedades para el curso escolar que está a la vuelta de la esquina y en nuestra Comunitat debemos recordar que pese al gobierno botánico y a su lema de rescatar a las personas, sigue habiendo barracones y colegios que no ofrecen las condiciones óptimas para el alumnado. Pero todo ello queda oculto por la gran nube que está significando el covid19 y que para los actuales gobernantes supone un reto, sin duda, pero también una gran cortina de humo que les permite no someterse al escrutinio de los medios y la sociedad sobre muchas de sus actuaciones, y esto debilita nuestra democracia más de lo que creemos. 

Pedro Sánchez en su comparecencia de este martes. Foto: EUROPA PRESS/R. Rubio - POOL

La educación es uno de los elementos fundamentales en un estado de bienestar, esa premisa la asumimos todos de manera genérica, aunque no profundizamos para conocer cómo es la educación que reciben los niños y jóvenes, cómo son los libros de texto y editoriales, si hay una inspección que funcione y controle que la manipulación ideológica no esté presente en las aulas, especialmente en las edades más sensibles. Pero a todo ello, hay que añadir que la educación es clave para el funcionamiento de muchas familias que cuenta con que sus hijos pasan un tiempo en el colegio mientras ellos trabajan o teletrabajan. Lo inesperado y que ha supuesto más de un problema, ha sido la fórmula de estudiar, trabajar y convivir todos en un mismo espacio, en casa. Y esto es a lo que muchos padres temen en esta vuelta al cole que parece que puede ser vuelta al covid. 

La solución no es fácil pero no es mandar a los niños a casa o retrasar el inicio de curso porque el gobierno ha preferido irse de vacaciones y relajarse para ahora venir asustando y amenazando al personal mientras ellos llevan un ritmo de vida impropio de un servidor público. En los últimos meses y por culpa del coronavirus, hemos podido escuchar y ver mucho a Sánchez, Illa y Simón y así conocerlos mejor, mi percepción es que no pueden equivocarse tantas veces, ni cometer tantos errores porque son “muy” humanos, creo que son malas personas que ante una situación novedosa y difícil han optado por guiarse por sus valores más primarios: cinismo, hipocresía, falta de empatía y soberbia, sobre todo, soberbia.  

 El covid es una pandemia excesivamente extraña y misteriosa de la que nos dan informaciones contradictorias constantemente y de la que no nos explican el contexto global de manera más detallada, amén de que en España se niegan a imitar las prácticas de los países donde menor incidencia tiene el virus y que podríamos resumir en dos premisas elementales: test y pruebas serológicas masivas y dotar del material adecuado al mundo de la sanidad, y no mascarillas malas y bolsas de basura a modo de EPI, esa es la verdad y no estar amenazando a una población sumisa que encima acaba creyendo (como forma de autoprotección psicológica) que nos confinan y nos prohíben por nuestro bien.

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