Un muro de apoyo monetario, fiscal y crediticio está impactando en la mayoría de las economías avanzadas como analiza el experto
MADRID. Los activos de riesgo de todo el mundo han aumentado impulsados por el creciente optimismo sobre la recuperación económica tras el estallido de la pandemia. Los países están comenzando a abrir sus economías con pocos indicios sobre un repunte significativo en las tasas de contagio. Un muro de apoyo monetario, fiscal y crediticio está impactando en la mayoría de las economías avanzadas, y los datos están empezando a reflejarlo. En este contexto, las acciones y el crédito siguen subiendo, y los inversores siguen deshaciéndose del dólar estadounidense.
Es difícil decir qué parte del bajo rendimiento del dólar se debe a su papel de refugio seguro -que cae en tiempos de optimismo en el mercado-, o a la enorme expansión fiscal y monetaria que estamos viendo en EE UU, cuya reacción ha sido mucho mayor que la de la mayoría de los demás países. Las próximas semanas deberían arrojar algo de claridad sobre esto.
Esta semana, el informe de nóminas no agrícolas de abril, que saldrá el viernes, parece que seguirá reflejando la mala situación del mercado laboral de Estados Unidos. Algo que contrasta con la Eurozona, donde la destrucción del empleo ha sido mucho menor y cuyos índices PMI -si la actividad empresarial sigue apuntando al fondo económico- pueden ser un aliciente para una nueva recuperación del euro. La reunión del BCE del jueves también será clave para el rendimiento del euro esta semana.
Esta semana estaremos atentos a las revisiones del PMI para tener mayor evidencia de que la economía de Reino Unido sigue recuperándose de las medidas de aislamiento. Las negociaciones de Brexit están empezando ahora a volverse a colocar bajo el punto de mira. Seguimos esperando que Reino Unido solicite y reciba en junio el aplazamiento de un año, ya que el gobierno de Johnson necesita centrarse en la recuperación de la pandemia. Una vez que disminuya el temor sobre la falta de acuerdo, la libra debería volver a niveles más cercanos a los básicos.
La Comisión Europea aprobó la semana pasada -adicionalmente a todas las medidas anunciadas hasta ahora- un gran programa de subvenciones y préstamos para apoyar la recuperación económica por un total de 750.000 millones de euros. Esperamos que el BCE se sume a esta ola de apoyo ampliando el programa PEPP para la compra de bonos soberanos de 750.000 millones a 1,25 billones, lo que aseguraría que los bonos emitidos por el programa de la CE descrito anteriormente puedan ser colocados más fácilmente en los mercados. Con todo, esperamos que el repunte del euro continúe a corto plazo.
Los ingresos personales en Estados Unidos subieron un 10,5% en abril, el mayor aumento mensual de la historia. Este crecimiento ha estado impulsado por las fuertes medidas de estímulo, que incluyen ayudas en efectivo y subsidios por desempleo. Sin embargo, las medidas de confinamiento han sido un obstáculo para utilizar este dinero, por lo que el gasto personal experimentó una caída de dos dígitos. Este ahorro forzoso puede ser en realidad un factor positivo, ya que apuntaría a una demanda 'reprimida' para cuando desaparezcan las medidas de aislamiento. Aunque no se esperan buenos resultados en el informe de empleo de abril, las medidas semanales parecen estar teniendo un resultado positivo. Las reclamaciones por desempleo, en particular, registraron la semana pasada una gran e inesperada caída de 3,8 millones. La clave para el dólar en las próximas semanas será saber si su reciente caída se debe enteramente al aumento del apetito de riesgo o si los inversores están empezando a preocuparse por la expansión masiva de la base monetaria americana como respuesta a la crisis.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury
El analista recopila lo más destacado de las últimas referencias macro e informes económicos publicados referentes al Viejo Continente