MADRID. La familia de la caoba, una madera tropical muy apreciada para fabricar muebles o instrumentos musicales, ya existía en el Cretácico, la etapa final de los dinosaurios sobre la Tierra, según nueva evidencia fósil que atrasa su existencia sobre la estimación de 60 millones de años mantenida hasta ahora.
"Para comprender cuándo evolucionaron muchas de las diferentes ramas del árbol de la vida, dependemos principalmente del registro fósil", dice el autor principal de la nueva investigación, Brian Atkinson, profesor asistente de ecología y biología evolutiva y curador de la División de Paleobotánica del Instituto de Biodiversidad de la Universidad de Kansas.
"En este caso, las meliaceas, la familia de la caoba, es un grupo de árboles ecológica y económicamente importante --explica--. Muchos investigadores han utilizado este grupo como un sistema de estudio para comprender mejor la evolución de las selvas tropicales. Este trabajo es la primera evidencia definitiva de que los árboles de importancia tropical existían durante el período Cretácico, cuando comenzamos a ver la modernización de los ecosistemas y los grupos modernos de plantas".
El nuevo trabajo de Atkinson, publicado en 'American Journal of Botany', hace retroceder el registro fósil de Meliaceae en 15 a 20 millones de años, hasta el Cretácico Tardío, hace 72-79 millones de años. El espécimen de caoba bien conservado que analizó Atkinson fue descubierto cerca de la isla de Vancouver en Canadá.
"La roca que contenía el espécimen fue recolectada por un coleccionista local de fósiles, Graham Beard, quien es el director del Museo de Historia Natural de Qualicum Beach --indica Atkinson--. La coleccionó hace años, pero en realidad estaba interesado en la roca que contiene este fósil para otra cosa. Y mientras seguía preparando esta roca, más porque los otros fósiles estaban allí, esta cosa apareció por sorpresa. Entonces , fue encontrado por accidente". Para determinar la identidad del fósil, Atkinson estudió cuidadosamente la estructura de la fruta fosilizada y también analizó la información filogenética para descubrir su relación con otras especies de la familia de la caoba.
"Combiné los datos moleculares de los representantes vivos de la familia de la caoba con la morfología del fósil, así como la morfología de las especies vivas --asegura--. Y luego subyugué ese conjunto de datos combinado a análisis filogenéticos, lo que nos permite reconstruir las relaciones evolutivas. Con base en este análisis, descubrimos que el fósil está estrechamente relacionado con este género llamado Melia, que vive hoy".
El investigador le dio al fósil de caoba más antiguo conocido el nombre científico 'Manchestercarpa vancouverensis': el nombre de la especie significa dónde se descubrió el espécimen y el género lleva el nombre de un estimado colega en el campo.
"Lo nombré por un prolífico paleobotánico que realmente mejoró nuestra comprensión de la evolución de las plantas con flores a través del registro fósil --afirma Atkinson--. Entonces, lo nombré en honor a Steve Manchester, quien está en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Florida".
Si bien es digno de mención que Atkinson ha retrasado la historia del origen de la caoba, enfatizó que también ayuda a mejorar nuestra comprensión de la tasa de evolución temprana de las plantas con flores y, a su vez, nuestra comprensión de los ecosistemas modernos más grandes.
"Son nuestro grupo más diverso de plantas en la Tierra, por lo que hay mucho por explorar --señala--. Y hay algunas cosas interesantes que puedes hacer metodológicamente que quizás no puedas hacer con otros grupos de plantas. Realmente puedo hacer algunas preguntas paleontológicas y evolutivas generales con este grupo".