BRUSELAS. (EFE). La Unión Europea (UE) ha logrado desbloquear su plan de recuperación tras llegar a un compromiso para que Hungría y Polonia levantasen su veto pero el paquete de casi dos billones de euros en ayudas aún debe superar varios obstáculos para entrar en vigor y llegar a los países.
Los primeros desembolsos de los 140.000 millones que le corresponden a España empezarán a llegar previsiblemente en verano. Y es que el plan europeo post-covid aún tiene camino por recorrer.
El proceso comenzará este mismo viernes, cuando los embajadores de los 27 Estados miembros en Bruselas deberán validar el compromiso alcanzado ayer para desbloquear el acuerdo. Los países tendrán además que dar su visto bueno por unanimidad tanto a la legislación del marco financiero 2021-2027 como a la decisión sobre los recursos propios del mismo, que fija los mecanismos de financiación propia del presupuesto.
Esta decisión también es la base para que la Comisión Europea pueda emitir la deuda con la que se financiará el fondo de recuperación, ya que eleva el techo de recursos propios para que Bruselas lo use como respaldo en sus emisiones.
Después llegará el turno de la Eurocámara. Esta ya ha anunciado que, si los países le remiten a tiempo los textos, puede acelerar los trámites y votarlos en su pleno de la próxima semana. El Parlamento Europeo tiene que dar su consentimiento al marco financiero y aprobar el acuerdo sobre el mecanismo que condicionará los fondos al Estado de derecho.
Tanto la Eurocámara como los países deberán además aprobar el presupuesto anual de 2021, que fue consensuado la semana pasada, pero había quedado en suspenso porque depende del marco plurianual.
Aunque los plazos son justos, en Bruselas se da por hecho que, si nada se tuerce, el 1 de enero del año próximo podría haber unos presupuestos en vigor que permitan seguir pagando las ayudas de cohesión, a la agricultura, de investigación o el programa Erasmus, por ejemplo.
Más complejo es el proceso para activar el fondo de recuperación. La decisión sobre el techo de recursos propios, además de ser aprobada por los 27 Estados, tiene que ser ratificada por varios parlamentos nacionales e incluso por cámaras regionales en algunos países. Este proceso suele llevar meses y, aunque los Estados intentarán acelerarlo, es imposible que esté listo antes de finales de este año aún cuando ningún parlamento ponga pegas.
La Comisión Europea prevé que la ratificación terminará en el segundo trimestre de 2021 y, solo a partir de entonces, podría empezar a emitir la deuda para financiar el fondo.
Además, tanto la Comisión como el Consejo (los países) tendrán que aprobar los planes de recuperación nacionales -que los Gobiernos pueden presentar hasta finales de abril- para autorizar las ayudas, con lo que el “escenario central” es que los desembolsos comiencen “de junio en adelante”, según fuentes comunitarias.
Por otra parte, los Estados aún tienen que pactar con la Eurocámara la regulación que fija las condiciones y funcionamiento del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, que canalizará 672.500 millones de euros del fondo de recuperación
A España le corresponden unos 140.000 millones del fondo, aproximadamente 72.000 millones en subvenciones (59.168 de este Mecanismo) y el resto en préstamos. El Gobierno ya ha incluido en los Presupuestos Generales de 2021 en torno a 27.000 millones con cargo al fondo de recuperación.