Palacio de Molina de Cartagena

El arte de ver: 'Humor vítreo' propone un cruce de miradas con la obra de 20 artistas

1/07/2020 - 

CARTAGENA. Veinte artistas se propusieron indagar sobre un mismo tema: la visión. Cada uno realizó su propia reflexión y centró su propuesta artística en distintos aspectos: desde el propio órgano hasta la filosofía de los puntos de vista, pasando por la crítica social, hechos históricos, mitología, óptica, enfermedad… También recurrieron a diferentes disciplinas para expresarse, como el dibujo, el collage, la pintura, la escultura, la fotografía, la instalación o la performance. El resultado son veinte miradas diferentes que dialogan en Humor Vítreo, la primera exposición tras el confinamiento que acoge la Sala de Exposiciones del Palacio de Molina de Cartagena y que se podrá visitar hasta el 30 de septiembre.

Se trata de un trabajo colectivo que reúne la creatividad de artistas muy diferentes -de la Región, pero también de Valencia, Granada, México o Argentina-, que logran que esta muestra se convierta en un cruce de miradas heterogéneas, donde la visión del creador tiene la misma importancia que la del espectador. Ellos son Carlos Cotes, Cartarsis, Celia Rancelot, Daniel Belchí, Diego Lobenal, Fáñez, Kako, La Juana, Lucía Berenguel, María Briones, María Cerón, María Garres, Nana Pez, Oct Streitenberger, Pablo Neri, Pablo Nortes, Priscila Ramal, Raúl Hilario,  Tono Párraga y Tatiana Abellán.

"Cada uno de los artistas ha hecho una propuesta y un recorrido sobre la visión, y el resultado son ideas muy dispares y muy interesantes. Era muy complicado unir todas estas miradas en una misma sala, porque cada una tiene un mundo interior diferente, pero la verdad es que ha quedado muy elegante y bonita", asegura la comisaria de la exposición, María Garres.

Fruto del trabajo multidisciplinar de estos artistas, "la exposición colectiva entrelaza múltiples puntos de vista para generar un puente que consiga hacer partícipe al espectador y concienciar sobre la importancia de entrenar la mirada, ampliar las perspectivas y originar diferentes modos de acercarse al objeto artístico", explican los organizadores de la muestra, quienes añaden que "ya sea de manera generacional, disciplinar o conceptual, los distintos artistas abordan la experiencia artística desde sus propios campos de experiencia, consolidando la idea de cosmovisión o de visión contextual".

En el caso, por ejemplo, de la artista cartagenera Catarsis, ésta plantea que"para construir, primero hay que destruir. El collage fotográfico se basa en la adición de imágenes, texturas y materiales ya existentes que se mezclan para dar vida a un nuevo contexto. Con Así viven, sin cuartel, el miedo, la anatomía ocular sale de escala para protagonizar escenas fuera de lo normal".

El también cartagenero Diego Lobenal presenta, por su parte, la pieza interactiva Historia clínica número 1, con la que pretende "explorar las consecuencias impuestas a la obligación de visionar imágenes de modo compulsivo. Para esto se realizará una acción donde el artista mediante un artilugio es obligado a visionar historias y redes sociales de los propios asistentes".

Por su parte, la murciana María Cerón participa en la exposición con la instalación Ritmo Pendular en la que establece "un juego basado en la imitación donde el ser humano, a través de los ojos, intenta dialogar con el tiempo y su ritmo mecánico. Queda en evidencia aquí la imposibilidad del cuerpo para adaptarse a ritmos exactos y mecanizados. Siendo el error dentro de lo repetitivo lo que nos recuerda que somos humanos".

Son solo tres ejemplos de cómo las obras que componen la muestra generan una suerte de diálogo que invita a transitar la sala en distintas direcciones y "dando la posibilidad al espectador de sumergirse en el mapa contextual, que en el fondo es donde cada pieza se impregna de nuevas lecturas cuando se observa en conjunto". Y así como el humor vítreo protege y mantiene la forma física de la visión, esta exposición "ampara las visiones tanto individuales como globales del ojo humano, y lo hace en una cosmovisión compartida donde espectadores y artistas pueden encontrar puntos en común a la hora de observar el frágil entorno y entender las consecuencias de habitarlo".

    

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