MURCIA. El ojo duda ante la obra del granadino Álvaro Albaladejo que, desde este jueves, se puede contemplar en la galería Art Nueve de Murcia. Hay dualidades, desdoblamientos, contrastes, movimiento, una percepción cambiante y siempre un misterio que resolver en cada una de las nueve piezas expuestas en la sala murciana. Son obras escultóricas que invitan al espectador a extrañarse e interpretar qué hay detrás de las técnicas alucinatorias empleadas por el artista. No en vano, la muestra lleva por título Espejismo en Groenlandia, en referencia al efecto óptico llamado Fata Morgana por el cual un objeto lejano en el horizonte parece estar flotando en el aire.
Álvaro Albaladejo y Javier Sánchez, comisario de la exposición, explican que la ornamentación es el conductor conceptual de esta muestra y comentan para Murcia Plaza cada una de las obras expuestas, realizadas entre mediados de 2013 y principios de 2020. Así, por ejemplo, en el espacio luminoso de Art Nueve lo primero que capta la mirada del espectador es el rojo intenso de la pieza titulada Estuche, que reproduce el interior del estuche de una joya, simulando la textura del terciopelo de su interior y adoptando una forma abstracta con volúmenes que varían según la perspectiva.
En Aposematismo, Albaladejo representa este fenómeno que consiste en que algunos seres vivos poseen rasgos llamativos a los sentidos (como el color o determinados sonidos) para alejar a sus depredadores. Lo hace en forma de un friso/cenefa de color blanco que se integra en la sala, poniendo de nuevo el acento en el aspecto ornamental. La falta de color hace, sin embargo, que esa ‘advertencia’ quede anulada.
Dos cuerpos cuya vocación sería ser uno. Así es como podría describirse otra de las obras, sin título, donde un obelisco se ha separado en dos piezas que dialogan entre ellas y buscan una comunión a partir de la dualidad. Por otra parte, Todos los lugares se me asemejan hace suyo el mensaje de autosuficiencia, y de hasta de indiferencia, del gato de un cuento de Rudyard Kipling por medio de una pieza con dos caras diferentes: una de ellas con un falso acolchado que cambia de color según la temperatura y, por otra, una superficie lisa que devuelve al espectador su propio reflejo.
Deja vú representa una falsa losa de mármol cuyas vetas dibujan un círculo imposible en la Naturaleza, con el misterio y el desafío que ello supone para el ojo; mientras que en Conforme al cristal, inspirada en los bajo balcones del siglo XVIII, se puede contemplar una cerámica vidriada, enmarcada en los triángulos desmontados de una pirámide, en la que las partículas de zinc han cristalizado durante el proceso de cocción formando formas diferentes y cambiantes. De nuevo el contraste, que cobra mayor sentido en Shale, donde un cuerpo rocoso e irregular sirve de sustento a dos perfectos cubos que guardan un extraño equilibrio en el conjunto. Todo ello cubierto de una pintura de automoción gris plateada que adopta tonos y sombras diferentes.
Completan la muestra un remate ornamental de gran formato sin base, en el que se produce una circunvalación sin final, y un cactus a modo de columna, C., donde la verticalidad y las irregularidades de las estrías vuelven a someter al ojo del espectador a una intención psicodélica.
Con estas esculturas, Álvaro Albaladejo expresa la inexistencia de una posición neutral desde la que aproximarse a lo visual. Para ello, representa paradojas y contradicciones que evidencian que el campo visual es “la frágil frontera que separa la realidad material de la psíquica”, señala Javier Sánchez . “En este sentido, Albaladejo es un escultor no sólo del objeto percibido, sino de la percepción misma”, afirma el comisario de la muestra.
El artista granadino es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada, cursó estudios en la Akademie der Bildenden Künste de Múnich. Entre sus exposiciones individuales destacan: Movimiento del espectro (2019), Marta Gualda Artifacts, Charlotte, NC; Black Star (2019), MARTE, Castellón; El pozo y la pirámide (2019) con Cristina Ramírez, Fundación Bilboarte, Bilbao; El fin del mundo (2018), Sala Zaida, Granada; Vueltas y penumbras (2017), Sala PTS, Granada; El ojo y el vértice (2016), Sala Ático, Palacio de los Condes de Gabia, Granada; Impresiones de Mandaglore, Galería ASM 28, Madrid.