'Naves de Mnemósine' 

Cuando la memoria emprende un viaje espacial al futuro: Ana Martínez expone en Art Nueve

12/02/2021 - 

MURCIA. Ana Martínez nos atiende conectada a un cable, como si fuera una astronauta que no quiere perder el contacto con su nave espacial. En realidad, se trata de una extensión del micrófono que le han colocado para una entrevista televisiva, pero el paralelismo, aunque algo fantasioso, viene ni que pintado para hablar de la exposición Naves de Mnemósine, que ha inaugurado este jueves en Art Nueve, la séptima que realiza en la galería que dirige Mari Ángeles Sánchez Rigal en Murcia.

Porque de lo que habla la artista murciana en esta muestra es de una especie de viaje espacial que parte de una memoria representada por objetos heredados, transformados en el presente a través del arte y lanzados al espacio en dirección a un futuro que siempre es incierto. Se trata de "explorar el pasado para entender el presente y soñar un futuro", se explica en el texto que acompaña a la exposición.

Así, Ana Martínez ha elegido 'cosas' que en su memoria guardan un significado especial porque pertenecieron a sus padres y en algunos casos antes a sus abuelos. Son objetos que se han 'salvado' de las distintas mudanzas que se han producido a lo largo de la vida y por los que la artista siente un especial apego, ya que tienen que ver con su identidad, sus vivencias, sus emociones o con distintas situaciones del pasado. "No pueden convertirse en basura por la historia que hay detrás de ellos", apunta Ana Martínez.

En las obras expuestas -para las que se ha empleado grafito y acrílico-, esos objetos cargados de significado aparecen formando parte de naves espaciales, con muchos de los elementos característicos de éstas y para los cuales la artista se ha tenido que documentar.

Ana Martínez señala, por ejemplo, que en la obra de mayor tamaño que preside la exposición la nave está formada por un caracolero de esparto, una antigua maleta a la que le ha incorporado un estampado, una columna de alabastro perteneciente a una lámpara y un gorro de lana (que su padre solía llevar a menudo cuando vivía en Francia). Junto a esta obra, se encuentra una escultura representando la misma composición que el cuadro para que el espectador comprenda mejor el proceso creativo de Ana Martínez, quien primero construye estas composiciones con los objetos reales, las fotografía y finalmente las dibuja y pinta. En este sentido, también señala que el papel que ha utilizado es de color crema para acentuar la idea de lo antiguo.

Una lupa de su padre, una fotografía de cuando su madre era niña, un alfiletero, una bandeja, un collar... -solo dos objetos son suyos y los ha distinguido dándoles un color azul-, han servido para este ejercicio "placentero" realizado por Ana Martínez para reconciliarse y despegarse de estos objetos heredados ... o no; porque, al tiempo que preserva su memoria, los ha dejado partir hacia un universo que en su planteamiento está relacionado con el futuro y lo infinito. Precisamente para plasmar ese concepto ha creado también tres obras diferentes al resto, porque no contienen esa referencia a la mnemósine, sino que representan ventanas (con la forma de naves) abiertas a ese espacio, a ese hueco vacío del cosmos.

Ana Martínez es licenciada en Bellas Artes por la Facultad Alonso Cano de Granada y Máster en Arteterapia por la Universidad de Murcia. Su trabajo aborda como idea principal la relación del cuerpo con el espacio, con el entorno que habita a lo largo del tiempo, y en la memoria a través de la reformulación de objetos.

La exposición Naves de Mnemósine estará abierta hasta marzo, pudiéndose visitar de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 20.00 horas.    

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