MURCIA. Las 14 obras de Pepe Espaliú y Juan Muñoz, dos artistas fundamentales en la internacionalización del arte español en las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado, que forman parte de la exposición ‘Correspondencias’ con el que se abrió la nueva temporada de la Sala Verónicas, concluye en unos días, el 5 de enero.
El proyecto específico para la sala murciana surge a partir de un catálogo de referentes y elementos comunes que se repiten en el trabajo de Espaliú y Muñoz, como los balcones y las jaulas, las ventanas, los palanquines y los pasamanos, las tortugas y las sillas, así como las referencias a elementos corporales.
En la exposición se intenta mostrar cómo estos elementos producen diferentes significados en la manera de trabajar de ambos artistas con el lenguaje del arte, haciendo de la producción una construcción del lenguaje y el pensamiento.
Comisariada por Jesús Alcaide y con un catálogo-estudio de la pervivencia y vigencia de los trabajos de ambos creadores de referencia con los textos escritos ‘ex profeso’ por Juan Vicente Aliaga y Manuel Segade, así como el texto curatorial del comisario, la Sala Verónicas favorece y participa de la conversación cómplice entre Espaliú y Muñoz y los puntos de encuentro en sus obras en las que se encuentran elementos comunes.
El director general del Instituto de las Industrias Culturales y las Artes, Juan Antonio Lorca, indicó que "la Sala Verónicas contribuye con su arquitectura e historia a las obras expuestas, dando nuevos significados a muchos de los trabajos de ambos artistas. Estamos ante los últimos días para disfrutar de esta exposición única que ha tenido grandes reseñas en el ámbito nacional".
Juan Muñoz (Madrid, 1953-Ibiza, 2001) es considerado como un renovador de la escultura contemporánea, para la que recupera la figura humana. Su obra, a caballo entre la escultura clásica y la de vanguardia, está cargada de confrontaciones y juegos visuales. En ella trata el tema del doble y la dualidad de los contrarios, la contraposición entre presencia y ausencia, multitud y soledad, ruido y silencio, entre otros conceptos, siempre jugando con lo simbólico y con los distintos significados de las cosas. Otros temas presentes en su obra son la soledad del hombre contemporáneo, su desubicación, la falta de comunicación, la identidad y la locura.
Por su parte, Pepe Espaliú (Córdoba, 1955-Madrid, 1993) es uno de los artistas más destacados de la generación española de los ochenta. Pintor, escultor, dibujante y escritor, desarrolló una obra coherente y significativa relacionada muy estrechamente con la reflexión sobre la propia identidad. A su trabajo se le debe una de las más profundas conceptualizaciones de la vivencia del sida, enfermedad motivo de su fallecimiento, con la que dialogó valientemente en el plano artístico y sobre la que produjo algunas de sus obras más importantes.