la plataforma estrena la docuserie sobre la ilicitana patricia aguilar

'548 días: captada por una secta' en Disney+, un 'true crime' con final feliz en Elche

30/06/2023 - 

MURCIA. En enero de 2017, Patricia Aguilar, hija mayor de un matrimonio normal de Elche, desapareció de casa. Recién cumplidos los 18 años, la joven voló hasta Perú para unirse a una secta basada en una profecía apocalíptica y de reconstrucción de la humanidad (una mera excusa para el 'trabajo sexual', como se denominaba) de la que sería rescatada 548 días después, en una operación policial en la selva, tras haber sido madre y sufrir todo tipo de vejaciones por el 'gurú', condenado a dos décadas de prisión. 

La historia de Patricia, plasmada primero en un libro de la periodista Vanesa Lozano ('Hágase tu voluntad'), ha sido ahora recogida en una docuserie a cargo de José Ortuño y Olmo Figueredo, auténticos especialistas en el género (suya es 'El estado contra Pablo Ibar', sobre el español condenado en Estados Unidos por un triple asesinato), que este viernes se estrena en Disney+. La serie, de tres episodios de alrededor de una hora (en total, hablamos de una 'película' larga), cuenta en primera persona la captación, cautiverio y rescate de la joven, y cómo lo vivieron su familia y otros implicados. "Primera persona" es la clave.

Ortuño y Figueredo han construido un relato que se guía por los códigos de los 'true crimes' televisivos (también del thriller clásico, sobre todo en determinadas decisiones narrativas) pero con una diferencia sustancial: nunca suena ni una voz en off. La historia la cuentan a través de entrevistas íntimas y por momentos desbordantes de emotividad la propia Patricia, sus padres, su tía, otra víctima (Mayi) y su madre (Olinda), peruanas, alguno de los investigadores, y los audios, chats, fotos y vídeos de la familia, complementados por breves y cuidadas dramatizaciones. "Ha sido complicado pero para nosotros era fundamental que la historia se contara en primera persona", explican sus autores.

'548 días: captada por una secta', es un 'true crime' con final feliz, algo "poco habitual", y que sigue el camino inverso al convencional, "desde la oscuridad a la luz; es un caso en el que el 100% de las víctimas pueden hablar y contar su experiencia". Los directores de la docuserie creen que de la historia deben extraerse dos conclusiones fundamentales: la primera, "no te creas tan listo, porque tu también puedes caer en una secta", y la segunda, "siempre hay esperanza, se puede salir" con ayuda. Esa fue la principal motivación que puso de acuerdo a todas las partes para contar una historia desgarradora, pese al final feliz.

Olmo dio con la historia de Patricia mientras terminaban el documental sobre Ibar, al ver su rescate en la selva. Meses antes, los magazines televisivos y programas especializados en sucesos habían dado buena cuenta, al recurrir a ellos la familia para forzar un paso en falso del líder de la secta. Ya entonces pensó que era una historia que merecía ser contada. Y luego le envió el libro a José, que lo leyó "en una noche". La diferencia entre la historia escrita y la audiovisual es que se suman más voces, además de la protagonista. Pero "son complementarios, yo recomendaría ver la serie a quien haya leído el libro, y leer el libro a quien vea la serie".

Probablemente lo más difícil del rodaje ha sido la apuesta por la naturalidad descarnada: los protagonistas entraban a una cámara oscura construida expresamente como "un espacio seguro, al final era más un diálogo que una entrevista". La serie consigue que, pese a todo el bagaje (y a que ellos conocen el final y cómo se llegó a él), los protagonistas revivan cada momento de la historia con los mismos ojos con que lo vivieron entonces. Especialmente escalofriante es la primera intervención de Patricia, cuando relata el primer encuentro con su abusador. "Hay que agradecerles su generosidad, todos han sido muy valientes, pero sobre todo Patricia y Mayi".

Los autores, que siempre tuvieron claro que era un 'producto Disney' por el final feliz y por apelar a la juventud y a los valores familiares, toman ciertas decisiones narrativas audaces: la historia no sigue un orden cronológico, no entendemos cómo Patricia se deja captar hasta el segundo episodio. El montaje en paralelo en algunos momentos rellena ciertos huecos en pasajes que ya se han narrado, y la serie se guarda giros sorprendentes a medida que avanza. "En el primer episodio ella queda como una niñata, en el segundo tu sistema de creencias se viene abajo, y el tercero combina el thriller con el melodrama", avanzan.

Pero lo más importante de '548 días' es que, como se ha dicho varias veces, tiene un final feliz. Patricia vive ahora en Elche, es "una madraza" (se quedó embarazada durante su cautiverio), y ha rehecho su vida. Y Mayi, su compañera en Perú, también vive ahora en Elche y acaba de conseguir permiso de trabajo. "El recuerdo de lo que pasó siempre estará latente, pero lo importante es el mensaje de que se puede salir, con ayuda y perseverancia, que siempre hay esperanza".

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