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El guardián del tiempo

16 años de precisión: Diego García renueva como relojero del Arsenal de Cartagena

15/12/2024 - 

CARTAGENA. Diego García seguirá siendo el relojero del Arsenal de Cartagena por decimosexto año. Así lo ha decidido la Armada, que le ha otorgado la concesión del servicio de mantenimiento "correctivo y preventivo" de todos sus "mecanismos de precisión", como lo describe de forma pretenciosa el contrato. García, quien tiene una conocida relojería en Cartagena con más de 40 años de trayectoria, se encargará del mantenimiento del reloj del despacho del Almirante (modelo 'Losada'), que cuenta con la friolera de 165 años de antigüedad.

El relojero también deberá cuidar los relojes de la residencia del Almirante, como un reloj de pesas inglés del siglo XIX o un reloj de péndulo de bronce, modelo 'París', decorado con figuras de los Tercios de Flandes. Tampoco puede faltar puntualidad en el reloj modelo 'Bitácora' ni en el de péndulo con sonería, que tiene cien años de antigüedad. Además, todos los relojes deberán funcionar como auténticos "magos suizos", incluyendo los del despacho del Ayudante Mayor del Arsenal y el del despacho del Jefe del Órgano Auxiliar de Jefatura del Arsenal, entre otros.

Sin embargo, probablemente al que más cariño le tiene Diego García es al reloj de la torre de la Puerta Principal del Arsenal, que funciona a cuerda y de manera manual. Cada 48 horas, durante los doce meses del año -vaya sacrificio-, el profesional de la puntualidad sube para evitar retrasos en la hora de esa "joya de la historia de Cartagena", como él mismo la ha llamado en algunas entrevistas. "Es responsabilidad, compromiso, fidelidad y honor", declara García. Tres pesas deben subirse con una manivela, día sí y día no. Una controla el movimiento, otra los toques de los cuartos y las medias, y la tercera, las horas punta.

Y no es para menos que para Diego García, esta máquina tenga un cariño especial, porque se ha convertido en una figura histórica para la ciudad portuaria. El 29 de agosto de 1776, el profesor de relojería Francisco de Anestares ofreció a la Junta Económica del Departamento Marítimo de Cartagena construir un reloj que debía colocarse en una torre diseñada para tal efecto sobre la puerta de entrada del Arsenal. Sin embargo, varias discrepancias hicieron que la obra quedara relegada al olvido durante varias décadas. En 1857, se remitió desde el Colegio Naval Militar al Arsenal un gran reloj de torre, que no llegó a instalarse debido a problemas de presupuesto.

En 1859, se autorizó al entonces capitán de fragata y comisionado de Marina en Londres, Miguel Lobo Malagamba, a adquirir en dicho país un reloj torre. Este llegó al Arsenal de Cartagena a principios de abril de 1862, pero tuvo que ser reparado tras llegar con dos de sus cuatro esferas transparentes destrozadas.

Finalmente, en febrero de 1866, el jefe del Arsenal, Rafael Tavern Núñez, comunicó la instalación definitiva del reloj en la torre que había sido construida para alojarlo.

Diego García no es solo el custodio de los tesoros de tiempo del Arsenal de Cartagena; es también el fiel guardián de una tradición que teje el pasado con el presente. Con su maestría y amor por estas joyas mecánicas, asegura que el legado de precisión y puntualidad que encarnan estos relojes perdure a través de los años

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