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CON LAS GAFAS DE CERCA / OPINIÓN

Xabi Alonso e Iniesta, los vencedores exquisitos

Foto: BALLESTEROS (EFE)
14/01/2024 - 

MURCIA. Integrantes de esa mítica generación de oro del fútbol español que consiguió nada menos que dos Eurocopas consecutivas (2008 y 2012) y nuestro Mundial de 2010.

Comparten no solo el honor de haber contribuido a tales hazañas (de los 3 ó 4 que más aportaron de todo el fantástico grupo), sino también una capacidad estética para la práctica de este deporte exquisita. Genialidad y visión periférica en un caso y derroche táctico y precisión en el otro. Daba gusto verlos jugar.

Estoy hablando de Andrés Iniesta y Xabi Alonso. Irrepetibles.

Ligas, Copas de Europa, Mundiales de Clubs, Copas del Rey… En sus clubs lo han ganado todo y con la Selección lo mismo. En la actualidad, Xabi está consagrado como uno de los mejores entrenadores del mundo y Andrés es eterno con su gol en el minuto 116 de aquel verano de 2010.

¿Por qué hablo de ellos? Porque más allá de los recuerdos que evocan sus vidas deportivas, sus victorias trascienden el mundo del fútbol. Se han visto forzados a litigar con la encarnación del abuso de poder: la Agencia Tributaria. Y han vuelto a ganar. Ni más ni menos.

"No podemos tratar todos los juicios mediáticos entre famosos y la AEAT por igual. Cada caso es distinto"

En el farragoso mundo de los ingresos por derechos de imagen hay de todo. Lo que más hay, sin duda, es morbo, ya que afecta a personajes famosos, únicos cuya presencia es remunerable por este concepto. Pero también hay aprovechados. Unos porque pretenden tributar menos de lo que les corresponde y otros porque quieren recaudar más de lo establecido. No podemos tratar todos los juicios mediáticos entre famosos y la AEAT por igual. Cada caso es distinto.

Pero lo que sí hizo Xabi Alonso desde allá por 2015, cuando la Agencia Tributaria y la Fiscalía lo denunciaron por primera vez, fue mantenerse firme en su convicción de que nada malo había hecho y en que su inocencia era defendible, a pesar de la presión institucional y mediática. No todos hicieron lo mismo, y la mayoría sucumbió a la extorsión que supone "la pena de telediario", llegando a acuerdos millonarios con la Fiscalía. Todo este asunto gira alrededor del contrato entre Xabi y la sociedad Kardzali, radicada en la isla portuguesa de Madeira, sobre la cesión de la explotación de sus derechos de imagen. Según la Agencia Tributaria fue una simulación para eludir impuestos y defraudar a la Hacienda Pública, pero, según la sentencia del Supremo, se descarta el carácter fraudulento del contrato y el dolo por parte de los acusados.

Más reciente y menos mediática ha sido la sentencia del Supremo 5730/2023 de 14 de diciembre por la que también se desestimaba un recurso de casación contra la sentencia de la Audiencia Nacional que estimó el recurso presentado por la sociedad Maresyterey, a quién Iniesta cedió la explotación de sus derechos de imagen, contra una liquidación practicada por la Agencia Tributaria. En este caso, el motivo de conflicto fue el criterio de valoración en una operación vinculada entre las partes (la sociedad Maresyterey es propiedad del jugador). Según la sentencia, el criterio que usó la AEAT era subsidiario y sin justificación suficiente de la imposibilidad de aplicar los principales.

Pero no solo en el mundo de fútbol la AEAT colecciona sentencias en contra de sus liquidaciones y sanciones. Una especialmente relevante es la del 6 de octubre de 2023 dictada por la Audiencia Nacional. Se trataba de estimar un contencioso interpuesto por la sociedad Mahou hacia una resolución que desestimaba la reclamación frente a un acuerdo de imposición de sanción tributaria. Y es que, pese a los ingenuos propósitos de enero, una cervecita resulta de lo más placentero. Y con este gesto, gana puntos en la enconada lucha con otras cerveceras por ser la más simpática.

"la práctica de nuestros recaudadores favoritos tiende a ser abusiva, amparado en su capacidad de Juan Palomo de normalizar, instruir y sancionar"

Y es relevante porque el fondo del recurso trata sobre la existencia o no de dolo o culpa en una mera discrepancia en la interpretación de una norma. La Audiencia Nacional deja claro que la Constitución y la Ley General Tributaria contienen el principio de culpabilidad, por lo que no cabe la "responsabilidad objetiva" en materia de infracciones. Señala que la normativa tributaria presume que la actuación de los contribuyentes es de buena fe, por lo que es la Administración quien debe probar, a través de una "motivación específica", su culpa. Tampoco cabe determinar la culpabilidad exclusivamente porque el fisco no aprecie la existencia de una discrepancia interpretativa razonable.

Y esto nos pasa a menudo a todos los españoles. Es paradójico que con la expansión de las autoliquidaciones, la práctica habitual de la AEAT es entender que la mera infracción por parte del contribuyente es suficiente para atribuirle un ánimo incumplidor, sumando así a la regularización correspondiente el importe de una sanción, incrementando lo recaudado.

Ya no la negligencia, el desconocimiento de aspectos legales muy técnicos para un ser humano anodino, que ya tiene bastante con su día a día, puede resultar un pecado digno del más doloroso castigo. Otra sentencia, ésta del TSJ de Galicia, de fecha 28 de noviembre de 2023, resuelve otro contencioso de un particular frente a una liquidación por sanciones de la AEAT. En este caso, se centra en la ausencia de un elemento subjetivo de intencionalidad de defraudar, ya que la culpabilidad es un elemento fundamental de una infracción tributaria y debe ser motivada su existencia por parte de la Administración. Es decir, abre la puerta al "derecho al error". Este derecho, ya reconocido en legislaciones como la francesa, fue propuesto en 2022 por parte del Consejo para la Defensa del Contribuyente. Sin duda, evitaría el abuso de poder y la litigiosidad de estas prácticas habituales.

Todos estos ejemplos nos llevan a dos conclusiones: la práctica de nuestros recaudadores favoritos tiende a ser abusiva, amparado en su capacidad de Juan Palomo de normalizar, instruir y sancionar. Y por otro lado, no son infalibles. Son grandes y poderosos, pero fallan más que una escopeta de feria.

Volviendo al mundo del futbol, veo a la Agencia Tributaria como el desdichado Almería de mis amores en su andadura por Primera. Y me duele (lo del Almería, no lo otro).

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