MURCIA. Viviendo deprisa era una canción que me gustaba escuchar de Alejandro Sanz y hoy se convierte en el hit de mi día a día.
No sé cómo decirte que hoy me he dado cuenta, empezaba la canción, con no sé qué de las princesas, y ahora soy capaz de decir que me cansé de improvisar para ti, pues ahora quiero decir que soy yo la que quiere vivir para mí, para los míos de verdad, para mi gente, mi equipo, las personas a las que amo.
No me esperes, yo me quedo aquí…
"Tengo claro que la vida es aquello que pasa mientras corremos"
Y es que me he pasado una semana a todo trapo, pero quién no. Quién no ha ido a comer a un restaurante y ve que las personas comen y hablan pero no se miran a los ojos, sin apreciar sus vidas. Sin pararse a mirarse, sólo en silencio, sólo para pasar el tiempo, sólo con una cerveza, con unas risas o con trabajo duro, pero disfrutando de quienes seamos o de quien queramos llegar a ser. Esta semana, con todo el lío que tenía, he tenido momentos en los que me ha dado tiempo a parar una hora y hablar con un compañero para descubrir sus pasiones. Por ejemplo: me decía A. G. que la palabra era su vida; o para saber que la boda de un ser querido da energía como para mover montañas; o como las ganas de volver a casa para ver a tus peques da como para correr detrás del ave. Y sí, es que a veces queremos llegar más lejos, más rápido, pero, tal y como van los precios de la gasolina, es preferible ir en bicicleta como mi colega Nacho y, ahora que por fin ha salido el sol, disfrutar de las vistas.
Tengo claro que la vida es aquello que pasa mientras corremos. Hace años experimenté esa sensación al llegar a Santiago de Compostela, sin disfrutar del buen o mal camino que nos toque vivir; pero hoy digo: hoy soy capaz de hacer paradas de tiempo, de descanso, de no levantarme de la cama porque no quiero o de correr 10 k sólo porque me da la gana, porque sé quién soy y quién quiero ser. Mi pregunta es: ¿Sabemos a dónde vamos tan rápido? Porque si no sabes a dónde vas, qué más da el camino y su velocidad…
El final será el mismo, el de la peli y no por eso la vemos a cámara rápida del VHS. O cómo dicen los nuevos gurús: no escuchamos los audios o podcast a velocidad x2, porque dejas de escuchar los silencios, aquellas pausas que dan sentido verdadero a las frases…
Esta semana he pasado varias noches trabajando de madrugada y levantándome al alba para seguir un ritmo frenético. Y hoy tras 7 días me permito parar y recordar lo silenciosa que es la noche y la calma que puede dar la oscuridad, aquellos momentos de la vida que te hace agitarte y que si eres capaz de aguantar la batalla te harán tomar decisiones valientes, que te lleven a descubrir la luz de la alborada que todos esperamos. Tan sólo hay que ser paciente.
Quién me iba a mí a decir que podría hablar del tiempo, de la pausa incluso de la paciencia… Pues sí, hoy me toca decir: ya me cansé de vivir a toda prisa. Quiero saborear el ritmo de cada latido en su pausa, y redescubrir una nueva mirada que sea capaz de sostener mis silencios. Estoy en el camino; al menos, voy a pararme a disfrutar de las vistas. Creo que a más de uno le vendría bien hacer una pausa. Y, señores, esto se puede extrapolar a la vida, a la empresa, a los equipos, a la guerra, a la política, a todo…
SSSsssshhhhh: escucha tu silencio y mírame pausadamente, por favor.
Macarena Perona