MURCIA. No hace falta conocer el Eclesiastés para saber que "todo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el cielo, su tiempo para nacer y su tiempo para morir; su tiempo para plantar y su tiempo para arrancar lo plantado…". En la vida de acertar o no con el momento oportuno depende a veces el éxito o el fracaso de una acción y en política los tiempos son decisivos. Escuché muchas veces a Rubalcaba recordarnos que “en Política los tiempos son más importantes que en Gramática”.
Tampoco hace falta entender de educación para saber que en verano la comunidad educativa descansa y que los centros son ocupados por brigadas de obras y mantenimiento que se afanan en arreglar aulas y patios.
" … Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el cielo…" Incluso quienes no entienden de educación saben que el verano es tiempo de dispersión, el mejor momento para tomar decisiones políticas que en periodo lectivo serían contestadas; por eso en la Consejería han aprovechado 'el tiempo de vacaciones' para tomar decisiones que saben que dañan a la escuela y que generan rechazo.
"La ultraderecha no asume la diversidad, no acepta el derecho a la diferencia, rechaza la tolerancia y la inclusión"
Por un lado, han instaurado un seudo veto parental que complica la actividad docente con burocracia. En unas instrucciones, sin encaje legal, se permite a padres y madres justificar la ausencia del aula de sus hijos cuando les disgusten determinadas actividades que son comunes y obligatorias. Pretenden que la sobrecarga de burocracia acabe con la buena tarea de los docentes de llevar a sus clases el pluralismo y la diversidad de opiniones. El invento de la Consejería contraviene los derechos de la Infancia a una educación de calidad que, por cierto, están reconocidos por la ONU y firmados por España.
Por otro lado, han suprimido la dirección general de Innovación Educativa y Atención a la Diversidad. Esto supone un torpedo a la línea de flotación a la que se agarraban tantas familias que tienen hijos o hijas con algún tipo de necesidad educativa especial que sabían que sus hijos tendrían un tratamiento educativo adecuado a sus necesidades.
Las dos medidas tienen el mismo objetivo desde distintos ángulos: uniformizar la escuela. La ultraderecha no asume la diversidad, no acepta el derecho a la diferencia, rechaza la tolerancia y la inclusión. En esta región la ultraderecha está en el Gobierno y ha empezado a arrancar lo plantado en nuestros centros: una educación en libertad, plural, tolerante e inclusiva, en una escuela en la que cada día miles de profesionales se esfuerzan para no dejar a nadie atrás.
Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el sol… y ellos han aprovechado el tiempo de verano para empezar a arrancar lo plantado.
Rosa Peñalver Pérez.
Docente. Jubilada.