MURCIA. Según datos de la OMS, alrededor de 18 millones de personas en el mundo sufren cataratas, una opacidad del cristalino que implica la pérdida de visión y que es la mayor causa de ceguera a nivel mundial.
Normalmente, las cataratas se asocian con el envejecimiento ocular y afectan a los adultos mayores (en nuestro país cinco de cada diez personas mayores de 60 años tienen pérdida total de la visión causada por cataratas), pero también pueden ser congénitas o consecuencia de inflamaciones o cirugías oculares y aparecer a cualquier edad.
Aunque esta enfermedad no se puede prevenir ni tratar con medicinas, la cirugía permite recuperar la visión en el 95% de los casos.
En Quirónsalud Valencia somos especialistas en cirugía de cataratas con lente intraocular, una intervención que representa un gran avance tecnológico, tanto en términos de corrección visual como por la calidad de visión que ofrece.
Hoy en día, la cirugía indicada para tratar las cataratas es la facoemulsificación del cristalino y el posterior implante de una lente intraocular, lo que se conoce popularmente como «cirugía intraocular» u «operación de catarata con lente».
Tal y como nos explican desde Quirónsalud Valencia, la técnica se realiza habitualmente con anestesia local (periocular o solo con gotas, tópica) y consiste en disolver la catarata, aspirarla e implantar una lente en el interior del saco del cristalino.
Este tipo de intervención no suele requerir sutura para cerrar las incisiones, ya que toda la técnica se realiza por una incisión principal de unos 2 mm y una accesoria de ayuda de 1,5 mm.
Como nos explican desde el Hospital Quirónsalud Valencia, la cirugía de cataratas consiste, básicamente, en retirar el cristalino opacificado y sustituirlo por una lente intraocular.
Las lentes intraoculares pueden ser monofocales o multifocales.
Las lentes para cataratas monofocales están diseñadas para enfocarse desde un punto específico, proporcionando una visión clara y nítida a una distancia fija.
Por lo general, se elige una distancia de enfoque para optimizar la visión lejana, lo que permite a los pacientes ver objetos distantes con bastante claridad.
Si se desea una visión clara tanto de lejos como de cerca, es posible que tras la cirugía intraocular se necesiten gafas adicionales para lectura o actividades cercanas como leer o trabajar en un dispositivo electrónico.
Las lentes multifocales tienen múltiples zonas de enfoque, y permiten una visión clara tanto de lejos como de cerca, e incluso a distancias intermedias.
Estas lentes intraoculares utilizan un principio óptico llamado difracción o refracción para dividir la luz en diferentes puntos focales.
Esto significa que el ojo puede enfocar tanto objetos lejanos como cercanos, sin la necesidad de cambiar constantemente las gafas o lentes de contacto.
La principal ventaja de las lentes multifocales frente a las lentes monofocales es que las primeras brindan una visión adaptativa, permitiendo a los pacientes ver claramente en diferentes distancias tras la intervención.
Sin embargo, elegir un tipo de lente intraocular u otra depende de múltiples factores, y cada caso puede requerir un abordaje diferente por parte de los especialistas de Quirónsalud.
Algunos de los aspectos que pueden determinar el tipo de lente elegida son:
Estilo de vida (hábitos, profesión, aficiones, etc.). Estos factores determinarán qué rango de visión (cercana, mediana o lejana) se aconseja al paciente según sus necesidades.
Graduación del paciente. Pudiendo variar el tipo de lente intraocular si el paciente padece una alta miopía, hipermetropía o astigmatismo..
Calidad de la lágrima y existencia de sequedad ocular.
Patologías oculares previas.
Patologías que puedan afectar directamente a la vista, como la diabetes.
En todos los casos, hacer un estudio exhaustivo es clave para garantizar que las expectativas del paciente se cumplan después de la intervención.
El síntoma más frecuente de cataratas es la pérdida de agudeza visual.
Otras señales que pueden ponernos alerta sobre la presencia de este problema son:
Fotofobia (molestia a la luz).
Pérdida de visión en la oscuridad.
Cambio de la refracción. A veces el paciente “recupera” de nuevo la visión de cerca, siendo esto un signo de que esta apareciendo una catarata.
Visión doble (en casos raros).
La cirugía de cataratas está recomendada de manera generalizada, aunque se debe valorar la necesidad real de dicha operación.
No existe una edad límite para ella. De hecho, las cataratas se pueden operar desde los dos meses de vida (por ejemplo, en caso de cataratas congénitas) y se han llegado a operar en pacientes mayores de 100 años.
En más del 99% de los casos, la cirugía intraocular cursa sin complicaciones.
Si la anestesia ha sido tópica, el paciente puede salir de la clínica con el ojo destapado y viendo, aunque la recuperación visual total suele darse a lo largo de los primeros 5 o 7 días.
El postoperatorio suele ser indoloro, aunque se deben administrar colirios antibióticos y antiinflamatorios durante 3 o 4 semanas.
En este tiempo, la recuperación del paciente suele ser total.
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