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proyecto del estudio murciano santa-cruz arquitectura

Una nueva vida para un edificio castizo del Barrio del Carmen de Murcia: preservar la historia con un toque actual 

17/12/2023 - 

MURCIA. Sacar a relucir la historia, ponerla en valor e integrarla de una forma natural y equilibrada en una vivienda antigua, que no renuncia por ello a tener un toque actual. Esto es lo que ha conseguido el estudio de arquitectura murciano Santa-Cruz con el proyecto residencial que ha llevado a cabo para preservar un modesto edificio contruido en 1940 en el histórico y castizo barrio del Carmen de Murcia. El resultado es espectacular, logrando ambientes equilibrados y armonioso a los que los numerosos elementos históricos dotan de gran personalidad.

Explican desde el estudio que lidera Toño Santa-Cruz que para llevar a cabo el proyecto del Edificio Marqués de Ordoño partieron de "la deconstrucción de todos los elementos añadidos y distorsionantes de la obra original, con el fin de consolidarla y ensalzarla, consiguiendo adaptarla al uso y domesticidad contemporáneas desde intervenciones precisas y una inversión contenida".

Esas actuaciones para la recuperación y consolidación de la estructura existente permitió descubrir y sacar a la luz los sistemas constructivos de la obra original y sus fases. Así, "con la retirada de falsos techos y elementos que la ocultaban, se muestra la historia del edificio que en su inicio constaba de la planta baja más una planta superior, a las que posteriormente se añadieron dos niveles más.  El proyecto propuso aprovechar la calidad artesanal de las vigas y colañas de madera, incorporándolas a la propuesta como elementos de gran valor estético", apuntan desde el estudio murciano.

Continúan explicando que el techo de planta baja era una estructura de calañas de madera de pino y bóvedas de yeso. Sobre ella apareció lo que fue la cubierta original inclinada (techo planta primera) con viguetas y listones de madera. La ampliación posterior se realizó con calañas de madera de pino y bóveda de ladrillo, mientras que la pequeña ampliación del ático, más reciente y de menor tamaño, se realizó con estructura metálica. Además, se consolidaron estructuralmente, trabajando de forma mixta con las nuevas soleras aligeradas y los refuerzos puntuales, cumpliendo a su vez su función estructural original.

Restauración de la fachada

Otro elemento a preservar era la fachada, para lo cual se restauraron todos los elementos ornamentales, incluyendo el estuco de ladrillo característico de la zona. "Se postproduce únicamente a través del uso del color, partiendo de tonos cercanos a los característicos del estuco original y escogiendo una gama cromática contemporánea y afín que permita también destacar el interesante volumen del mirador", señalan. Por otro lado, con el fin de resaltar los elementos ornamentales de forja, se emplea un tono contrastado y vivo que los remarca.

En el interior se recupera el patio de luces original para permitir la entrada de luz natural a las estancias interiores, especialmente necesario en una zona urbana altamente densificada. También se elimina parte de la tabiquería para potenciar dicha entrada de luz y generar estancias más amplias y polivalentes.

Gestos de color para crear un diálogo

"Para nosotros, trabajar con preexistencias implica un enfoque específico, centrado en respetar y potenciar el valor de la obra original, deconstruyendo elementos de forma selectiva e interviniendo con nuevas arquitecturas sensibles a la obra original", aseguran desde Santa-Cruz Arquitectura, quien ha utilizado el color para crear un diálogo entre las distintas zonas del edificio.

Así, en el interior de las viviendas del edificio Marqués de Ordoño "buscamos destacar los elementos preexistentes de mayor interés como las carpinterías de madera, el mirador o las hornacinas. Para ello, enmarcamos estos elementos con un gesto de color a su alrededor para generar un espacio singular en torno a cada uno de ellos". 

Esta estrategia del color se extiende fuera de las viviendas a las zonas comunes, destacando la escalera, bañada de azul y en la que se resaltan también los elementos ornamentales con el mismo tono azul vibrante del exterior, potenciando el diálogo y la unidad entre todos los elementos de la actuación.

    

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