MURCIA. Una investigación multidisciplinar en la que participa la Universidad de Murcia (UMU) y el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) abre la puerta al desarrollo de nuevos enfoques terapéuticos en la enfermedad de Parkinson, según informaron fuentes de la institución docente en un comunicado.
Los avances del estudio experimental en el que participa el grupo de Neurociencia Clínica y Experimental (NiCE) han sido publicados en las revistas Brain y Science Advances. Estos resultados muestran que, al contrario de lo establecido hasta ahora, en los procesos neurodegenerativos existe movimiento bidireccional de agregados proteicos tóxicos: del cerebro (encéfalo) al tubo digestivo y viceversa.
El artículo publicado en la revista Brain, líder histórico mundial de publicaciones en Neurología, proporciona un exhaustivo abordaje del papel del eje cerebro-intestino en el inicio y la propagación de la patología de la enfermedad de Parkinson en un modelo de primate no humano (babuinos).
Según María Trinidad Herrero, catedrática de la Universidad de Murcia (UMU) y directora del Instituto Universitario de Investigación en Envejecimiento e investigadora del IMIB, "los resultados abren la puerta al desarrollo y prueba de nuevos enfoques terapéuticos dirigidos a interferir en el desarrollo y en la progresión de la enfermedad de Párkinson".
La enfermedad de Párkinson es un proceso neurodegenerativo caracterizado principalmente por la pérdida de neuronas en la sustancia negra y el correspondiente déficit de dopamina, dado que se trata de la zona del cerebro que contiene las neuronas que producen este neurotransmisor.
Una proporción de neuronas supervivientes muestra acúmulos (agregados proteicos) característicos, denominados cuerpos de Lewy, que representan el marcador histopatológico de la enfermedad.
La investigación muestra como el extracto de cuerpos de Lewy puede desplazarse dentro del sistema nervioso, pero no solamente desde las terminales nerviosas del tubo digestivo u otros órganos hacia el cerebro, como se creía hasta ahora, sino también desde el encéfalo hacia el tubo digestivo. Es decir, se describe un movimiento bidireccional de dichos agregados y de la extensión del proceso neurodegenerativo, probablemente variando entre cada paciente y entre los subtipos de la enfermedad.
Uno de los datos más novedosos de la investigación es el hecho de no hallar lesiones patológicas de alfa-sinucleína (principal componente de los cuerpos de Lewy) en el núcleo dorsal del nervio vago, punto clave, según modelos y resultados previos, en la trasmisión desde la periferia hasta la zona del cerebro denominada sustancia negra.
Por ello, "el presente estudio no respalda la hipótesis de trasmisión desde el tubo digestivo a través del nervio vago. En cambio, estos resultados sugerirían un posible mecanismo sistémico en el que las proteínas presuntamente tóxicas podrían llegar a la sustancia negra, y a otras regiones cerebrales, desde la circulación general", señala Herrero.
En paralelo, el mismo grupo científico publicó recientemente en Science Advances un análisis matemático multifactorial producto del estudio de los mismos animales inyectados con extractos de cuerpos de Lewy, sugiriendo varios factores interrelacionados en el origen de la neurodegeneración dopaminérgica característica de la enfermedad de Parkinson.