MURCIA (EFE). Una enmienda del PP a los Presupuestos Generales del Estado de 2023, que pide aumentar el caudal del Trasvase del Tajo al Segura, amenaza con reavivar la guerra del agua, y despertar así una polémica que, por ahora, ya ha implicado al presidente castellano manchego, Emiliano García-Page, y al líder popular, Alberto Núñez Feijoo.
El Consejo de Ministros aprobó el 27 de julio de 2021, a propuesta del Ministerio de Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera que, en nivel 2, el de normalidad, el máximo de caudal trasvasado pase de 38 a 27 hectómetros cúbicos mensuales.
Esa es la norma que la enmienda del PP pretende revertir, regresando a la cifra anterior, que era de 38 hectómetros cúbicos mensuales.
La sequía, pero, sobre todo, el momento pre-electoral, a pocos meses de los comicios autonómicos y municipales del mayo, parece el contexto ideal para que prenda de nuevo la llamada guerra del agua, que ya rodeó la aprobación de aquella norma.
La polémica enfrenta al Ministerio de Transición Ecológica y al Gobierno socialista de Castilla-La Mancha, partidarios de limitar el caudal del trasvase, frente a las provincias de Alicante, Murcia y Almería y los líderes populares de estas zonas, que se alinean con los intereses del sector agrícola de esas regiones.
Pero la polémica es transversal a los partidos, porque entre ambos bandos tratan de encontrar sitio otras voces, como la del presidente socialista valenciano, Ximo Puig, cuya postura es moderada, aunque defensora de los intereses de la comarca alicantina de la Vega Baja, o la del líder de los populares castellano-manchegos, Paco Núñez, a quien quiso poner en evidencia el pasado miércoles García-Page.
El presidente del PP en Castilla-La Mancha garantizaba el pasado 17 de octubre que ni él ni su formación a nivel regional se "van a mover ni una coma" de lo firmado en el pacto regional por el agua, aunque deba enfrentarse a la dirección de su partido.
Dicho pacto, entre otras muchas disposiciones, considera que “cualquier uso propio de la cuenca hidrográfica debe tener total prioridad sobre otros usos fuera de la misma”.
Tras conocer la enmienda, el pasado miércoles, el socialista García-Page retó a Núñez a “poner pie en pared” frente a la iniciativa del Grupo Popular y a exigir a la dirección nacional de su partido la retirada de la enmienda.
Durante un acto en Talavera de la Reina, García-Page acusó a la dirección nacional del PP de “echar cuentas electorales” en lugar de defender los intereses de los ciudadanos, reabriendo la guerra del agua porque considera que tiene más votos a ganar en las comunidades de Murcia y Valencia que en Castilla-La Mancha.
Pero al día siguiente, jueves, Paco Núñez acompañó al presidente popular, Alberto Núñez Feijoo, a una visita que, tal vez no por casualidad, hizo el líder nacional de los populares a Guadalajara.
Allí, Feijoo defendió la necesidad de un pacto nacional por el agua, que "debería ser prioridad para todos los partidos políticos".
"Debemos trabajar todos en infraestructuras hídricas, en disminuir los consumos e impulsar políticas medioambientales en defensa del territorio", dijo Feijoo, pretendiendo calmar una polémica que, a medida que se acerquen los comicios, podría arder con más fuerza