MURCIA. Esta ruta por Torreagüera sorprenderá a propios y extraños, puesto que en tan poco recorrido hay mucho que mostrar. Comenzaremos en la Plaza de la Iglesia, construida en la década de los años veinte del siglo XVIII, bajo el patronato del marquesado de la Casta y con advocación al Santo Cristo del Valle. En la misma podemos contemplar obras de José Antonio Hernández Navarro o Hurtado Garre, además de una de las campanas mas antiguas de la zona Santa Bárbara, que fue fundida en 1788, año en el que se concedió la cédula parroquial.
Nos integramos en calle Mayor, dirección Murcia por la acera que desde la plaza queda a la derecha; y nos dirigimos al paseo que bordea la rambla del Garruchal, hasta llegar directamente a la placita donde se encuentra la sede de la peña huertana El Ciazo. Aquí observaremos una réplica de una antigua barraca y piezas de piedra que se utilizaban antaño. Justo enfrente de esta plaza se adivina la calle Santo Cristo del Valle, a la cual podemos llegar cruzando un paso para peatones cercano. Una vez inmersos en la citada calle, comienza nuestra peculiar ascensión hasta la falda del Miravete o Murabit, como los llamaban en la antigüedad.
No nos desviamos de esta vía. Cruzaremos un pequeño puente y continuaremos por la misma calle en ascenso hasta un cruce, giramos a la izquierda por calle Escuelas e, inmediatamente a la derecha, por la calle Cuesta del Cementerio. Observaremos una gran pendiente. No os agobiéis. Con paciencia y calma añadida, poco a poco y con los descansos que sean necesarios, sin desviarnos, llegaremos al cementerio parroquial, donde reposan los restos del célebre personaje murciano e hijo predilecto de Murcia Antonete Gálvez, el maestro y alcalde Ángel Zapata y los exconcejales de Murcia Fulgencio Giménez y José Antonio García, por poner algunos ejemplos.
Nos situaremos justo en la puerta de entrada a dicho cementerio. A la izquierda podemos visualizar un panel informativo y el inicio de una senda que lleva hasta la cima del Miravete. Comenzamos a recorrer este sendero, en los primeros compases del mismo, caminaremos entre arboles plantados en un programa de reforestación de una asociación local (Bicihuerta), en colaboración con la Dirección General de Medio Natural - por favor, mimen nuestros espacios naturales que son muy necesarios y en nuestra Murcia no estamos muy sobrados de masa forestal-.
Siguiendo con nuestro camino, llegamos a los tres hornos para la obtención de yeso, restaurados por la Comunidad en colaboración con la citada asociación. En estos, se cocían las piedras calizas obteniendo después de la molienda, yeso o cal, según el tiempo de cocción. Este conjunto de hornos, canteras asociadas y hormas de piedra seca, que abarcan gran parte de la montaña, están protegidos por su autenticidad como bienes catalogados por su relevancia cultural por la dirección general de Patrimonio Cultural a propuesta de Bicihuerta. Ni que decir tiene, que desde la posición donde están ubicados estas restauraciones o desde el cementerio se pueden contemplar vistas bellísimas del valle del Segura.
Una vez realizada esta visita, la ascensión a la cima la dejamos para otra ocasión. Comenzamos a descender por el sendero que previamente habíamos deambulado para subir hasta llegar a la calle asfaltada junto a la señal informativa. Desde esta seguimos bajando por la calle Cuesta del Cementerio hasta un cruce, giramos a la derecha y nos incorporamos al Camino de las Canteras. No hay que olvidar que al realizar la subida hemos cruzado y caminado por la Cañada Real de Torreagüera, legado por recuperar, que nos dejó el rey Alfonso X El Sabio.
Continuando por el citado camino, sin desviarnos, veremos a la derecha las antiguas escuelas graduadas (CEIP Cristo del Valle), cuya construcción se llevaría a cabo entre los años 1931-34 bajo proyecto arquitectónico de Vallejo. No hay que olvidar que este tipo de edificios, fueron ideados en la dictadura de Primo de Ribera y continuados por el gobierno de la República. Actualmente, se ha conseguido su protección patrimonial como bien catalogado por su relevancia cultural a instancias de la asociación Bicihuerta.
Una vez hayamos contemplado este gran edificio, proseguimos la marcha por Camino de las canteras hasta llegar otra vez a Cuesta del Cementerio, giramos a la derecha y continuamos nuestro descenso por donde anteriormente hemos subido. En calle Santo Cristo del Valle y justo antes de cruzar el pequeño puente, a la derecha observaremos la plaza Antonete Gálvez, con su magnífico busto realizado por José Antonio Hernández Navarro, y el cuartel de la Guardia Civil, construido entre 1927-29. Nos dirigimos a la avenida Cuartel y giramos a la izquierda en descenso hacia plaza Jara Carrillo, inaugurada en el año 1928, realizando ese día un discurso el afamado escritor cartagenero Miguel Pelayo. Proseguimos nuestra marcha dirección calle Mayor, por paso para peatones accedemos de nuevo al paseo junto a la rambla y nos dirigimos dirección a la iglesia. A la altura de un gran eucalipto hay un paso de cebra, el cual utilizamos para llegar a calle de la Cruz, una calle de las más castizas de Torreagüera.
Al llegar a la altura de la calle Manuel Escudero giramos a la izquierda introduciéndonos de nuevo en calle Mayor, disfrutaremos aquí viendo un antiguo quiosco de prensa de mediados de siglo pasado y el edificio autárquico, que albergaba el Circulo Agrícola (casino), construido entre 1953-55, y que actualmente tiene un futuro incierto en lo que respecta a su conservación.
Aquí pondremos fin a esta ruta que esperemos haya sido amena y de su agrado. Mencionar que, entre 1880 y 1883, se produciría en esta zona una especie de fiebre del oro al aparecer en algún ensayo restos de este mineral . Añadido este episodio al desastre ocurrido por la riada de Santa Teresa, haría que mucha gente olvidase las penurias por un tiempo y tuviesen la ilusión de hacerse ricos.
Para información de todos los visitantes, recuerdo algunos de los eventos que a lo largo del año se celebran en Torreagüera como las fiestas patronales en honor al Santísimo Cristo del Valle y Festival Internacional de Folclore en el mes de septiembre; el encuentro de cuadrillas y Romería de San Antón en enero; o la fiesta de la entrada de Jaime I en febrero, Semana Santa o las celebradas en honor a San Blas en mayo.
Como siempre, aconsejo a toda persona que haya realizado este itinerario reponer fuerzas en cualquier local de restauración de la pedanía, poniendo en el buscador de internet la demanda de ubicación de los mismos. Seguro, que les gustará la experiencia.
* Raúl Jiménez y Lorca es cronista de Torreagüera