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DEL RÍO A LA AVENIDA

Un paseo por la arquitectura moderna y contemporánea de Murcia: desde 'Los Listos' a 'Los Tontos'

24/01/2022 - 

MURCIA. El pasado septiembre se realizó en Murcia el XI Congreso Docomomo Ibérico, una fundación para documentar y conservar la arquitectura del Movimiento Moderno como parte esencial de la cultura del siglo XX. En dicho evento realizamos la visita guiada a la ciudad iniciando el paseo en su razón de ser, el Thader romano y actual río Segura, donde Helia de San Nicolás Juárez, en su personal y primera traslación de las Ciudades Invisibles de Ítalo Calvino a Murcia, vislumbra a Valdrada, la ciudad del reflejo invertido, porque "las dos Valdradas viven la una para la otra, mirándose constantemente a los ojos pero no se aman…".

Tú te has crei'o que por ser yo bueno/Puedes ir pisando por donde friego; o en este caso 'riego', es lo que podría haber tarareado un huertano en los ochenta retroparafraseando esta letra de Los Tontos del actual fenómeno musical C. Tangana. Y es que, mientras unos 'listillos' contaminaban el río Segura otros más 'listos', o más bien 'iluminaos', iniciaron en 1983, dos años antes de  la ley nacional de patrimonio histórico, un proyecto emblemático de restauración: El Museo de los Molinos.

Los molinos nuevos, abandonados en los setenta tras el proceso de industrialización, eran los únicos  del S.XVIII que quedaban en pie. Se le encargó el proyecto a un joven Navarro Baldeweg, quien a su vez recibió la divina ayuda de su vecina la Virgen de los Peligros, ya que el proyecto se salvó milagrosamente de una avenida en fase de obras. Al contrario de lo ocurrido en anteriores ocasiones, donde varios molinos sucumbieron a las  destructivas crecidas del río.

Cortile-lucernario Museo Molinos (F.Montes)

Allende del Segura se ideó una rehabilitación de referencia para crear el primer museo hidráulico de España y de paso un nuevo y estratratificado paisaje rivereño para observarlo desde aquende (acá del rio). Como un arqueorquitecto, Baldeweg fue eliminando capas hasta quedarse con lo esencial. Y teniendo en cuenta las cualidades invisibles del contexto  diseñó una arquitectura austera y sensitiva en busca del encanto de la discreción cuyo perfil ondulante hoy se mece en las 'trampantojadas' aguas del Segura.

La obra fue considerada  una de las diez mejores arquitecturas de la década de los ochenta en España. En su interior se alza, delicado y discreto, un cortile-lucernario de hormigón con el que el autor iniciaba su personal reflexión  sobre la gravedad y el peso de la luz y que desde entonces constituiría seña de identidad de su obra. Continuando con las ciudades Calvinianas este lugar evoca a Clarisa, esa ciudad 'atormentada' que cae y renace pues "una Clarisa mariposa suntuosa brota de la Clarisa crisálida menesterosa".

www.todocoleccion.net/postales-murcia/postal

En 1997, como paradoja en pos de la modernidad, se derribó la arquitectura moderna del Club Remo (Sancho Ruano, 1960) para dejar sitio a la Pasarela del Malecón o Manterola (1997). Tras la premiada regeneración medioambiental, hoy en día es una zona clave para recuperar la relación con nuestra esencia a través de esa mirada de amor perdida. Y eso es lo que  hace el proyecto 'Murcia Río', cuyo Paseo Fluvial de Guillermo Jiménez y Juan García acaba de conseguir el Premio Espacio Público y Arquitectura del Paisaje en los Premios de Arquitectura 2021.

La 'ciudad calcetín'

Cruzamos el río y volvemos la vista hacia los molinos de allende mientras nos acercamos a lo que podríamos llamar la 'ciudad calcetín'. Pues, tras darle la espalda al río tal y como hace la trasera del Palacio Episcopal y el Colegio de Teólogos (actual IES Licenciado Cascales), la ciudad se gira sobre sí misma creando una 'fachada representativa'Esto fue posible gracias a otro signo de modernidad, en este caso una intervención urbana. Se trató de la construcción de un nuevo muro de contención del rio en 1953 delante del antiguo del XVIII.

Por un lado, la obra sepultó el parque Ruiz Hidalgo, que estaba a nivel del río, pero por otro evitaba el riesgo de inundaciones y abría un nuevo y fundamental eje circulatorio que ampliaba el espacio representativo de la ciudad para el Palacio Consistorial. A esta fachada, en la que ya estaba La Convalecencia, se sumarían la Diputación Provincial (actual Consejería de Hacienda) Palacio de Justica y la Delegación de Gobierno (anterior Gobierno Civil, Prieto Moreno, 1954), que se considera uno de los mejores ejemplos del  Movimiento  Moderno en la ciudad de Murcia, seindo la última institución pública en mirar al río ha sido el Rectorado de la Universidad de Murcia al rehabilitar la Convalecencia.

La sinfonía urbana de Belluga

Delegación del Gobierno de España (F. Montes)

Pero nuestro destino principal es El Moneo, al que algunos jóvenes llaman 'El Memeo'. Tras una desechada primera idea de derribar lo que fuera necesario para crear una gran plaza que permitiese la vista de la catedral desde la Gran Vía Salzillo, se realizó un concurso de ideas que, cargado de proyectos neobarrocos para adecuarse al entorno y estilo local, tampoco salió adelante.

De nuevo, otros 'listos', a propuesta del profesor Bonet, le encargan el proyecto a Rafael Moneo, un arquitecto de ciudad cuyo reto es intervenir en el lugar más delicado y repleto de 'genus loci' del casco histórico de Murcia. Moneo, cual director de orquesta, tomó la batuta, leyó el sitio y creó una sinfonía urbana a partir de una partitura musical pétrea que a unos chirría y a otros suena a música celestial.

La obra (1991-98) se retranquea y su fachada, gracias a la planta libre del  Movimiento Moderno, se separa, se teatraliza y se gira para admirar, conversar y evocar a la de la catedral. Se conocen  otras inspiraciones pero ninguna tan curiosa como la que surgió durante la estancia de Moneo en el Hotel Arco de San Juan. Se dice que el juego de luces y sombras de un viejo palomar, que observaba por la noche frente a su ventana, le inspiró tan acertada creación. Finalmente el poder civil, en un histórico giro, regresa al interior para enfrentar su mirada al poder religioso, pero desde la distancia de una democracia laica.

Graffiti de Saez & Siza en Ronda Sur (F. Montes)

El edificio fachada, en un ejercicio de respetuoso bifrontismo, compite a su vez con la fachada de la catedral después del éxtasis urbano que produce su aparición al girar desde la calle Arenal hacia la Plaza Belluga. La plaza se transforma así en un gigantesco 'ring' urbano donde ambas fachadas son los púgiles, el palacio episcopal es el árbitro y los edificios del lado norte, el público. Pese a los primeros golpes directos de la catedral, el injusto arbitraje y  el abucheo de la masa, el resiliente Moneo no tira la toalla y se levanta tras cada asalto en busca del empate técnico y quién sabe si de la victoria final.

Este proyecto, que retrata su tiempo, fue un revulsivo para sacudirnos el provincialismo del '¡Murcia, Qué hermosa eres!' e incorporarnos a la contemporaneidad con esta obra de arte posmoderna que supuso una lección magistral de dialogo con la historia. El autor recibió el Pritzker durante las obras y, pese a las duras críticas, es la única obra de Moneo a la que se le llama 'El Moneo'.

¿Y qué ciudad invisible sería la Plaza Belluga? Pues, Melania. Esa en donde, en mitad de la plaza, siempre hay un dialogo tan cambiante como sus actores pero a la vez tan inadvertido como las breves vidas de sus habitantes. Y un emotivo dialogo es el que se suscitó el pasado octubre en el taller, que coordinado por Helia, se realizó en Murcia para cartografiar las ciudades de Ítalo Calvino en las hermanadas Génova y Murcia.

Recién inaugurado, el 'infiel' Moneo fue lapidado cual adultero urbano. Su representativo ventanal era cruelmente atravesado por un adoquín de basalto procedente de la magnífica, aunque dura, nueva plaza en obras. Y seguramente fue un 'vándalo', pues, aunque hubiese sabido latín, no se habría evitado tal atentado artístico, ya que no pudo leer el clásico lema del escudo delAyuntamiento 'Priscass Novissima Exaltat, et Amor', puesto que fue  eliminado del nuevo diseño del escudo que protagoniza la cristalera. Por tanto, para ayudar al dialogo y evitar nuevos ataques, qué tal si colocamos una inscripción broncínea en el pavimento de la plaza con el emblema perdido 'Ama y Exalta  lo Antiguo y lo Nuevo'.Joya ARKIMISTA (Helia de San Nicolás)

Hoy en día, el interino Moneo es símbolo de la Murcia contemporánea, imagen corporativa e inspiración de graffitis o joyas como las de la marca Arkimista, así como sus luces navideñas para la Gran Vía de 2019. Mención especial es el uso del Moneo como imagen turística. Como tal se ha  consolidado en la recién presentada nueva marca de la capital, donde el edificio protagoniza la sección 'Alma de  ciudad' que se define como 'Moderna', prolongando así un debate y una ambición iniciada en la génesis de la apertura de la Gran Vía. 

Así mismo, es  objeto inesperado de nuevos usos tales como asiento, barra, frente escénico y artístico -como el reciente 'Videoataque Light Code' (HAZ/Festilab)-, así como soporte publicitario, reivindicativo o conmemorativo cuando se tiñe de distintos colores por diversos motivos. Igualmente, su magnífica terraza suele ser escenario de presentaciones protocolarias y de proyectos municipales. Desde allí pudimos deleitarnos con la inconmensurable vista sobre la plaza Belluga y comentar el  misterio que se encierra tras la reja del muro de cierre del patio inglés.

Nueva Marca turística de Murcia ciudad.

Pese a todo, la obra sigue recibiendo severos comentarios del pueblo en general; sin embargo, encanta entre el público norteamericano. Mientras tanto, el Ayuntamiento insiste en poner grandes búcaros y maceteros en la plaza para decorarla y hacerla más amable, aunque sólo provoca su retirada tras el enfado del mismísimo Rafael. Pero hay una solución que, aunque muy polémica, es tendencia. Se trata de usar la fachada como lienzo y colorearlo como se ha hecho con el polideportivo de Fisac en Getafe o un faro en Cantabria. En nuestro caso, yo lo veo claro, veo un Mondrian en el Moneo, un 'Moneondrian'.

El 'Moneondrian' (F. Montes)

La vía 'amplia' de Correos

Bordeando la Catedral por la derecha nos encontramos con la fuente (1954) que estaba en el centro de la plaza Belluga y que Moneo conservó y recolocó pese a que muchos piensan que se perdió. Un poco más adelante, en el número 16  de la Plaza de los Apóstoles observamos otra de las posibles inspiraciones locales para la fachada del nuevo ayuntamiento.

Desde ahí saldremos a la que la gente llama Calle Correos (1942-49) y que, denominada en origen 'Vía Amplia', supone, tras la de Alfonso X el Sabio, la segunda de las tres Gran Vías que tiene  Murcia. El proyecto fue el "resultado de la fusión y prolongación de varias calles y plazas mediante intervenciones de cirugía y sutura urbana del recinto medieval". La nueva vía pretendía unir las estaciones de Zaraiche y el Carmen a través del Puente Nuevo y ser la primera con carácter comercial y representativo.El proyecto afectó al convento de San Antonio y quedó inconcluso, pues afectaba al Palacio de Floridablanca y a otras propiedades de caciques locales.  En la Plaza Cetina se inauguró Galerías Preciados, el primer y moderno gran almacén de la ciudad, con supermercado-autoservicio incluido, que después se mudaría a la actual Gran Vía Salzillo. Galerías Preciados. Plaza Cetina (Autor desconocido)

Al tiempo que llegaba el movimiento moderno a España, se construyó el edificio de Correos (1931) en estilo neobarroco. Tras su abandono, el interior se contemporaneizó para la Bienal de Arte Manifesta 8 y más tarde con el exquisito interiorismo del estudio de Clavel para el actual gastromercado. Allí al lado, Jesús Carballal ideó en 1995 la cafetería de la Muralla del  Rincón de Pepe, un referente nacional en cuanto a  nuevos usos del patrimonio arqueológico  que fue seleccionado a los premios Hispania Nostra. 

Volviendo a la Catedral, proseguimos circundando su cabecera para hallar algo bastante insólito. Se trata del cerramiento externo de la Capilla del Socorro (2003). Una intervención valiente en ónix y resina con la que Juan Antonio Molina escribe una "nueva página en la historia del monumento, rotunda y puramente contemporánea". Capilla del Socorro (F. Montes)

Desde la  Plaza de la Cruz accedemos a la Catedral para sorprendernos con la reforma del Museo de la Catedral de Antonio Abellán (2007), un proyecto contemporáneo de corte High Tech a la vez que sensible con la arqueología horizontal y vertical. Y la Catedral, ¿cuál es su ciudad equivalente? Sería Zaira, "la ciudad de los altos bastiones y de las relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado". Nada más embocar  la Trapería nos encontramos con una de las dos viviendas registradas por Docomomo a José Luis León, es el número 3, del año 1934. Más adelante hacemos una mini parada en el número 21, un edificio racionalista y vanguardista a la vez que sencillo y discreto. En la humilde placa de su modesta y oscura fachada, que quizás se conserve, se puede leer que se erigió en base a la Ley Salmon o Ley del Paro de 1935 para promover el empleo y la vivienda en alquiler. 

Un 'acorazado' en la ciudad

El Acorazado (F. Montes)

En la plaza Santo Domingo nos topamos con  el popularmente conocido  como 'El Acorazado'  (José Luis León, 1935). Un edificio, al igual que el de Trapería, alejado de construcciones regionalistas y eclecticistas tan populares entre la burguesía murciana del momento. Su nombre le viene de su aspecto racional y hermético, y la leyenda urbana dice que fue el primer edificio de hormigón de la ciudad. Su  resistencia fue puesta a prueba en 2017 con el colapso del 'ficus asesino' cuyas ramas se frenaron en los barrotes náuticos de su balcón. En el borde de la plaza nació, tras derribar el Palacio de los Vélez, la primera Gran Vía apellidada de 'interior', la actual Alfonso X el Sabio (1936), que conectaba la ciudad con la estación de Caravaca/Zaraiche, construida en la nueva Plaza Circular dentro del plan de ensanche urbano hacia el norte. 

Atravesando el Arco de Santo Domingo Domingo llegamos a la plaza Romea, renovada por Fernando de Retes en 1993, desde donde nos dirigimos a la popularmente conocida como Gran Vía. Su trazado inicial se llamó Gran Vía Romea (1929), pues pasaba junto al teatro y también Gran Vía interior al igual que la primera de Alfonso X  El Sabio.Hoy en día nuestra 'Gran Vía' realmente se llama Gran Vía Escultor Francisco Salzillo, pero tuvo más nombres con anterioridad. En origen se la nombró Gran Vía Central, así como Gran Vía del Puente Viejo y finalmente Avenida de José Antonio, antes de renombrarla con la definición actual a raíz de la llegada de la democracia. 

Destrucción en nombre de la modernidadAvenida de José Antonio, al fondo el Sanatorio de la Fuensanta. Autor desconocido (ca.1965).

El proyecto se remonta a comienzos del siglo XX y tardó cincuenta años en llevarse a cabo. Los murcianos se comparaban con Alicante y Valencia y consideraban que habitaban una urbe con pésimas condiciones higiénicas. La descripción unamuniana de Murcia como "la ciudad más huertana de España" era un lastre muy pesado, así que había que sacudirse esa supuesta imagen provinciana. 

Por tanto, el objetivo era transformar la capital en una verdadera gran ciudad, haciéndola despertar de su 'actitud sesteante'. En definitiva, urbanizar la ciudad heredada porque no la consideran como tal ciudad. Se buscaba conseguir una urbe moderna y por tanto motorizada y capitalista por medio de una especie de  proceso de 'deshuertanizacion', a la vez que se sumaban a los postulados del urbanismo higienista. 

A su vez, la Gran Vía se veía como una oportunidad de negocio inmobiliario y comercial, así como de espacio de representación para la elite local, que en realidad despreciaba la ciudad hasta el punto de llegar casi a destruirla por completo. En nombre de la modernidad se derribaron cientos de edificios, entre ellos palacios y conventos.

Destrucción Baños Árabes (1952) (Autor desconocido)

El caso más significativo fue el de los baños árabes de Madre de Dios (Monumento Nacional, 1931), que fueron destruidos  por el Ayuntamiento en 1952 de madrugada y después de un duro debate en prensa y hasta, según dicen, de una bofetada al señor alcalde. El próximo mes se cumple el setenta aniversario de su desaparición. Según Chueca Goitia "Murcia podría haber sido una de las ciudades más bellas e interesantes de toda nuestra península si hubiéramos sabido conservarla" y remata diciendo "qué avenida de José Antonio, rompiendo la vieja y delicada ciudad para saciar apetitos especuladores".

El proyecto, aprovechando varios conventos y huecos ocasionados por la desamortización, se desplaza del lateral del Romea hacia el oeste  para comunicar la estación ferroviaria Norte (Zaraiche) con la Sur (Carmen) pero "a base de una brutal cirugía de buldócer". Tras seccionar la antigua y sinuosa trama del casco antiguo, para absorber el creciente tráfico motorizado a través del Puente de los Peligros, se conseguiría lo que no logró la Vía Amplia y actual Correos. 

A mediados de los cincuenta se finalizó el proyecto, pese a no pocos conflictos sociales. Por fin, Murcia se consideraba una ciudad moderna y así se encargó de reflejarlo la prensa local. Hoy en día, la Huerta de Murcia y municipios aledaños es la comarca del 'Área Metropolitana de Murcia', elevando así el status urbano de la capital y seguramente enfadando a más de un vecino de  la comarca del Campo de Cartagena-Mar Menor.

Contrastes arquitectónicos y la llamada 'Darth Vader'

Al cruzar la Gran Vía, en la confluencia con  la calle Sta. Teresa, se percibe un violento contraste urbano en estilo y altura entre la historicista Delegación de Hacienda de 1952, justamente el año de la destrucción de los baños árabes, y el Movimiento Moderno del Edificio Conver (1971). Su autor, el recién fallecido y Premio Nacional Arquitectura Fernando Garrido, gozaba de  bula municipal para "rascar cielos". 

La obra se  caracteriza por un gran muro cortina y el uso de carpintería de aluminio con miradores esquinados que inician una fachada lateral en diente de sierra. Desde su  terraza se contempla una impresionante vista de la ciudad, de toda la Gran Vía y de diferentes obras en terrazas circundantes auspiciadas por la era covid. Edificios como este, a través de la altura y la singularidad, aportaban imagen urbana y verticalidad ya que las plantas bajas ya eran algo de mal gusto. 

Este edificio está incluido en la publicación 'Arquitectura y arquitectos del Movimiento Moderno en la Región de Murcia' promovida por el Servicio de Patrimonio Histórico de la Consejería de Educación y Cultura y que el mes pasado se alzó con el  galardón a la divulgación en los recientes Premios de Arquitectura 2021. 

Publicación premiada-Varios autores (F. Montes)

Un poco más adelante nos encontramos con la sede principal de la desaparecida Cajamurcia. Diseñada por  Enrique Carbonell y José María Torres Nadal (1978-83) constituye el  mejor ejemplo de la arquitectura más reciente de  la Gran Avenida y posee, en la resolución de su esquina, un claro guiño al Gobierno Civil de Tarragona de Alejandro de la  Sota.

Sede Cajamurcia (F. Montes)

Y llegamos al destino final de este recorrido desde el Río a la Avenida, desde el Sur hasta el Norte y desde los Orígenes hasta el  Ensanche de Murcia, que se originó en la mini Plaza de la Fuensanta. Frente a ella se alza majestuoso el actual edificio Hispania, y anterior edificio de viviendas de Banco Vitalicio, que desde hace unos años es custodiado por una de las Meninas de Manolo Valdés, nombrada por muchos como  la 'Dama de Murcia' y por  pocos como 'Darth Vader'.

Desde esta plaza se bifurcan dos ramales que enlazan con la Plaza Circular (Avda. Constitución) y con la ronda de conexión con la carretera de Madrid (Avda. de la Libertad) tal y como se preveía en los planes originales de expansión hacia el norte  que diseñaron la Plaza Circular como elemento articulador de las nuevas arterias. 

Edificio HISPANIA (Foto F. Montes)

De esta forma se respetaban el cercano Asilo de Ancianos y el Sanatorio de La Fuensanta que da nombre a la plaza y que tras su posterior derribo brindaba un solar deseado por cualquier arquitecto. Un lugar delicado y representativo para exhibir su talento donde diseñar un edificio esquina que iniciara el ensanche en los sesenta y que, cual telón de fondo, cerrara la mayor operación de transformación urbana del siglo XX de Murcia ciudad. Y así ya podían decir "somos Ciudad",  como ahora podemos leer en el panel publicitario del inicio de la Gran Vía en alusión a la referida nueva marca turística; por tanto la controversia continúa.Esta oda al hormigón, que preside la plaza, no es un edificio más sino el inicio de nuevos lenguajes para apartarse de las tendencias tradicionalistas de la arquitectura murciana y que luego secundarían ejemplos como el Conver, la sede de Cajamurcia y el  Moneo. La  construcción significó la primera obra de tres proyectistas, Antonio Escario Martínez, José Antonio Vidal y José Luis Vives, que más tarde se consagrarían en Valencia. El edificio (1965-69) se adapta y crea lugar con su planta quebrada y retranqueos con una fachada organizada a base de bandas horizontales con petos de placas de hormigón armado visto combinadas con carpinterías de madera. Esta fachada esta conservada por el planeamiento municipal y en 2014 se sometió a un lifting pionero a raíz de la corrosión del hormigón  que la mutó  de gris a granate aunque solo unos días.Colocación placa DOCOMOMO (Foto COAMU)

Durante la Semana de la Arquitectura de 2019, el COAMU colocó en su puerta una placa de Docomomo acompañando a otra en reconocimiento a la calidad de su edificación. Con este gesto se pretende evitar la amnesia sobre la autoría de la arquitectura contemporánea y poner el foco en su difusión reivindicando así el lema del escudo de Murcia 'Priscass Novissima Exaltat, et Amor'”. 

Finalmente, desde este 'espacio carambola', un acogedor voladizo nos condujo al interior del Hispania, donde en su entrada un conserje velaba por el edificio. Una situación que evocaba el vídeo del tema ya referido de Los Tontos  de C. Tangana, el cual se grabó en el hall del icónico y moderno edificio de Torres Blancas (Sáenz de Oiza) y cuya letra dice: "Que hasta los tontos tenemos tope/ Y esta vez voy a acertar aunque sea de rebote". Pues bien, más tontos que listos esperamos haber acertado en este paseo arquitectónico "aunque sea de rebote".

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