MURCIA. Durante la extracción del aceite de oliva se genera el 'alperujo', un residuo cuyo almacenamiento supone un grave problema medioambiental por la elevada concentración de elementos tóxicos que contiene. Para solventar este problema, un proyecto europeo en el que participa el CEBAS-CSIC murciano, denominado 'Life Olea Regenera', ha creado un biofertilizante orgánico de cultivos mediante el procesamiento del 'alperujo', por lo que ya no tiene que ser almacenado.
El Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS) es un centro de investigación perteneciente a la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), situado en Murcia, en el campus universitario de Espinardo. En él se desarrollan investigaciones cuyo objetivo central es mejorar el desarrollo agroalimentario y la producción de alimentos seguros y de calidad.
María García Martí, doctora en Bioquímica y trabajadora del CEBAS desde hace 5 años, ha comentado que "este biofertilizante orgánico de cultivos provoca un menor impacto de la agricultura en el medio ambiente, favoreciendo así a la economía circular y al residuo cero".
Desde el punto de vista personal, colaborar en esta iniciativa supone "aportar mi pequeño grano de arena a la conservación del planeta, puesto que este proyecto se basa en estudiar una solución viable a una actividad contaminante como es el almacenamiento de subproductos resultantes de la extracción del aceite de oliva". García Martí también recuerda la necesidad de fomentar prácticas agrícolas respetuosas para aprovechar de manera sostenible los recursos naturales.
"Formar parte de este proyecto -ha explicado- es beneficioso en muchos aspectos porque, al colaborar con otros centros de investigación y empresas del sector, nacionales e internacionales, el ambiente es de continuo aprendizaje. Además, se crean relaciones laborales que pueden ser beneficiosas en el futuro".
Preguntada por su futuro laboral, García Martí ha reconocido que dedicarse a la ciencia en España "supone moverse en un ambiente laboral en el que la incertidumbre y la inestabilidad económica termina minando las vocaciones científicas de muchos investigadores".
Ha lamentado que, en los últimos años, España haya "perdido" a grandes científicos que "no han tenido más remedio que labrar su futuro en el extranjero, donde dedicarse a esta profesión está más valorado a nivel social y económico".
"En mi caso, cuando termine este proyecto tendré que tomar la decisión de si seguir en el ámbito científico, a pesar de los escasos recursos que tenemos, o probar suerte en el sector privado, donde los doctores con experiencia científica están muy demandados en grandes empresas con departamentos de I+D".
No obstante, uno de sus objetivos es enfocar siempre su trabajo en proyectos que guarden relación con la conservación del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, "uno de los grandes desafíos al que la humanidad va a tener que hacer frente en las próximas décadas".