Fotos: RM
MURCIA. El Real Murcia, que se olvidó de atacar, puntuó con un 0-0 en Málaga ante uno de los gallitos de la Primera RFEF -el cuadro andaluz es cuarto con 62 puntos- y con casi 23.000 espectadores en las gradas del estadio La Rosaleda, un millar de ellos desplazados desde la capital del Segura, y el equipo entrenado por Pablo Alfaro mantuvo su buena racha deportiva pero lo esencial es que la promoción de ascenso a LaLiga Hypermotion se aleja un poco más. Ahora está a cinco puntos de ese objetivo porque la Agrupación Deportiva Ceuta, próximo rival de los granas el próximo domingo a las cinco de la tarde, sí ganó su partido ante el Atlético Baleares por 2-1.
El empate del Murcia hubiese sido un buen resultado si los ceutíes no hubieran vencido su partido, algo que hicieron de penalti en las postrimerías del partido que disputaron en casa. Sin embargo, el conjunto norteafricano no falló y visitará a los pimentoneros con 56 puntos, por los 51 que tienen estos, que ya no dependen de sí mismos para subir dos puestos desde el séptimo que ocupan. La sexta plaza la ocupa el Recreativo de Huelva con 52 cuando faltan cinco jornadas para que concluya el campeonato.
Los granas, que venían de lograr cuatro triunfos consecutivos, acumulan seis jornadas sin encajar gol, un dato muy a tener en cuenta, pero en el fútbol también hay que marcar y ahí las prestaciones no son iguales.
El Murcia salió a La Rosaleda con un once muy similar al empleado en la jornada anterior contra el Melilla. La sanción de Alberto Gónzalez obligó a Pablo Alfaro a cambiar a éste por Marcos Mauro, mientras que Pedro León, quien sorprendentemente ni siquiera disputó un minuto, fue relegado por Martin Svidersky en el centro del campo. Fue llamativa la nueva titularidad de Juanmi Carrión, la tercera de forma consecutiva, lo que indica que cada que vez es un hombre más importante para el técnico aragonés.
El guion del encuentro fue el esperado: el Málaga llevaba la iniciativa mientras el equipo pimentonero esperaba replegado y ordenado en su campo. Hasta el ecuador de la primera parte no sucedió prácticamente nada reseñable ya que ni los locales conseguían desencajar a la defensa rival ni los visitantes lograban sorprender a la contra.
En el minuto 28 ocurrió el primer acercamiento en el partido. Fue obra del conjunto boquerón, en una jugada en la que Dani Lorenzo se estrelló con un zaguero grana y en la segunda jugada el disparo de Genaro no pudo inquietar demasiado a un Manu García que atrapó el esférico sin apuros.
Dos minutos después José Ruiz probó desde muy lejos tras una buena combinación del Murcia pero su lanzamiento se marchó muy desviado.
La gran ocasión para los blanquiazules en los primeros 45 minutos vino provocada por una falta en el borde del área visitante. Víctor García quiso probar por el palo corto pero se topó con los puños del guardameta murcianista. Kevin tuvo la última del primer periodo con un remate de volea forzadísimo que no encontró portería.
Ya en la segunda mitad el Málaga seguió teniendo el protagonismo del balón ante un Murcia que apenas pisaba el campo contrario. Vista la situación Alfaro cambió a Svidersky por Isi Gómez y a Carrión por Loren Burón.
Dichas sustituciones no hicieron ningún efecto en el equipo, que seguía observando como los andaluces probaban constantemente a su defensa. Un tiro de David Ferreiro fue el primer aviso del cuadro local en la segunda mitad. Poco después de esta llegada Tomás Pina salió sustituido en lugar de Pablo Larrea.
Tras unos minutos en los que no ocurrió nada destacable Gabilondo conectó un tiro que estuvo lejos de significar peligro. Dos minutos después la ocasión sería mucho más seria en una jugada en la que los pimentoneros no acertaron a despejar el cuero y éste llegó a David Ferreiro, quien, con su zurda, estrelló el balón en el larguero. Se volvía a salvar el bando murciano.
En el minuto 84, con el ambiente caldeado debido a un penalti que reclamaron los jugadores del Málaga, el cuerpo técnico y la grada, David Ferreiro realizó una dura entrada sobre Loren Buron y vio la segunda tarjeta amarilla, lo cuál significó su expulsión. La primera amarilla la había visto un par de minutos antes por protestar.
A pesar de los cinco minutos reglamentarios que restaban al choque, más los seis de tempo añadido, los hombres dirigidos por Alfaro no fueron capaces de lograr inquietar demasiado a los anfitriones, que sabían que no debían correr riesgos debido a que si cometían un error podían correr el riesgo incluso de perder el choque.
Así acabó el partido sin que los murcianistas tirasen a puerta en casi 100 minutos, jugando esos 11 últimos con uno más sobre el terreno de juego. La falta de ambición condenó a un conjunto, que si bien apenas sufrió oportunidades serias de gol en su contra, mostró una imagen conformista y pobre en ataque, ya que apenas intentó traspasar el campo contrario en todo el encuentro.
Además, este resultado no es demasiado positivo para los granas puesto que, aunque perdió el Recreativo de Huelva por 1-0 en el feudo del Atlético Sanluqueño, la victoria local del Ceuta fue un palo. El domingo hay una nueva oportunidad pero ante los ceutíes, desde luego, habrá que inquietar al rival.
Ficha técnica:
Málaga Club de Fútbol, 0: Alfonso Herrero; Gabilondo, Nelson Monte, Juande Rivas, Víctor García; Genaro (Ramón Enríquez, m.60), Manu Molina (Aarón Ochoa, m.75), Larrubia (David Ferreiro, m.60), Kevin Medina; Dani Lorenzo y Roberto Fernández (Dioni, m.60).
Real Murcia, 0: Manu García; José Ruiz, Marcos Mauro, Rofino, Marc Baró; Sabit, Tomás Pina (Pablo Larrea, m.68), Svidersky (Loren Burón, m.57); Dani Vega, Juanmi Carrión (Isi Gómez, m.57) y Carrillo (Amin, m.85).
Árbitro: Antonio Sánchez Sánchez, del comité extremeño. Mostró la tarjeta amarilla a los locales Genaro y dos a David Ferreiro, quien fue expulsado en el minuto 84, y a los visitantes Marcos Mauro, Tomás Pina, Manu García y Pablo Larrea.
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo tercera jornada liguera en el grupo 2 de la Primera RFEF de fútbol que se disputó en el estadio La Rosaleda de Málaga ante 22.715 espectadores, un millar de ellos desplazados desde Murcia.