Pablo Alfaro, este viernes en rueda de prensa. Foto: RMMURCIA. El Real Murcia se enfrentará este sábado al Club Deportivo Castellón, líder muy destacado del grupo 2 de la Primera RFEF, en un partido en el que se espera un estadio Enrique Roca casi lleno con cerca de 30.000 espectadores, alrededor de 5.000 de ellos desplazados desde La Plana, y en el que los granas, que llevan siete jornadas sin perder -cinco victorias y dos empates- y esas mismas fechas sin encajar gol, necesitan ganar en su pelea por acceder a la promoción de ascenso a LaLiga Hypemotion. De hecho, es una oportunidad para colocarse provisionalmente en esa zona.
El encuentro, correspondiente a la trigésimo quinta jornada del campeonato -quedan cuatro jornadas para que concluya-, está fijado para las cuatro de la tarde y a él llegará el conjunto entrenado por Pablo Alfaro siendo el sexto clasificado con 54 puntos sumados, a dos de la Agrupación Deportiva Ceuta, que es quinto y marca la línea y al que el Murcia se impuso el pasado domingo por 1-0.
El Castellón, por su parte, comanda la tabla con autoridad pues tiene 78 puntos y aventaja en ocho al segundo, que es el Córdoba Club de Fútbol. Esa diferencia da lugar a que los blanquinegros puedan sellar su ascenso directo como campeones ya este fin de semana, para la cual tendrían que vencer y que los andaluces no lo hicieran el domingo a las cuatro de la tarde en el feudo del Recreativo Granada.
El conjunto grana, que perdió por 2-1 en Castalia en la primera vuelta pero que ahora es "mucho mejor equipo que entonces", según Alfaro, apelará a su buen momento de forma para tratar de lograr el triunfo, tal y como indicó alguien consciente de que la dificultad de este choque es altísima.
"El Castellón es el equipo más dominador de la categoría y las estadísticas así lo demuestran. Nosotros somos conscientes de que tenemos la capacidad para atacar y defender con y sin balón y ellos sufren mucho cuando no tienen la pelota", apuntó el técnico zaragozano, quien admitió que debió trabajar en cuestiones además de las propiamente futbolísticas.
"Esta semana tocó rebajar un poco los niveles de azúcar. Sabemos que los halagos desmedidos te debilitan y, aunque llegan cuando la diámica es bueno, somos conscientes de lo que queda y del reto que tenemos frente al Castellón, que es posiblemente el más exigente de todos. Nos enfrentamos a un rival contra el que no nos podemos permitir la más mínima desconcentración. Nos visita el Madrid o el Barcelona de la categoría y tenemos que estar al 120% para competir y que los puntos se queden aquí, que es nuestra máxima aspiración", expuso.
Este choque lo jugará el equipo de la capital del Segura antes del Ceuta-Antequera, quinto contra séptimo, programado para el domingo a las doce del mediodía y del que estará pendiente también el murcianismo.
"Jugaremos sin la presión de saber lo que han hecho los demás y eso te puede ayudar pero cuando sales al campo te olvidas de todo eso y sólo piensas en el partido. Yo tuve un maestro como Johan Cruyff, al que siempre le gustaba jugar este tipo de partidos los sábados por la tarde antes que el rival para meterle presión porque normalmente eran equipos que casi siempre ganaban", contó Alfaro, quien también hizo referencia al ambiente que rodea al partido.
"Esto es algo que hemos conseguido entre todos, nosotros con nuestro trabajo, el club estando detrás de nosotros en el apoyo y luego evidentemente nuestra gente. Sabemoos lo que nos ayuda la afición cuando les damos motivos y mañana los vamos a necesitar para ganarle al líder y mejor equipo de la categoría", apuntó el entrenador maño, que tiene las únicas bajas de los lesionados de larga duración Imanol Alonso y Carlos Rojas, recupera a Manu García en la portería tras cumplir un partido de sanción -Gianni Cassaro le suplió con solvencia frente al Ceuta- y se prevé que vuelva a un once que, por lo demás, podría ser el mismo que jugó hace cinco días con José Ruiz, Víctor Rofino, Alberto González y Marc Baró en la defensa; Pablo Larrea, Isi Gómez y Tomás Pina en el centro del campo; y Dani Vega, Loren Burón y José Ángel Carrillo.
