EL RETORNADO / OPINIÓN

Un futuro de libertad para los jóvenes

Foto: OMEGA
19/01/2023 - 

MURCIA. Hace algunos años, en una aldea del Himalaya, comentábamos con un chico de 24 años, casado y padre de dos niñitas, lo difícil que es emanciparse en nuestro primer mundo. Me sorprendió su opinión, ya que él nos explicó que su deseo habría sido quedarse con sus padres, vivir cerca de su familia, abuelos y nietos juntos, pero la pobreza obliga y tuvieron que buscarse la vida lejos.

"La sociedad empuja a la vida independiente, pero sin opciones reales para los jóveneS"

Por el contrario, aquí se mira con cierta lástima a los jóvenes que siguen viviendo con sus padres después de cierta edad. La sociedad empuja a la vida independiente, a la emancipación cuanto antes, pero sin que existan opciones reales para que los jóvenes puedan iniciar proyectos de vida independiente. De esta forma, obligamos a los jóvenes a vivir incómodos en su única realidad posible, al menos para la mayoría, aun sabiendo que volar solos es una quimera ante la dificultad que supone encontrar un empleo estable o adquirir una vivienda.

Claro, en esta situación los jóvenes se sienten desesperanzados, y muchos acaban viviendo en la anestesia del fin de semana, cuando salen a olvidarse de todo y fundirse lo poco que han ganado durante la semana. Al final, es una vida que se basa en el día a día, donde no hay planes de futuro o proyectos de vida, y donde un carpe diem desaforado es la única válvula de escape.

Algunos dirán que ser joven en España siempre ha sido difícil, pero lo cierto es que nuestro país lidera este año la tasa de paro juvenil de toda la Unión Europea, con más del 33%, mientras padecemos una precariedad laboral que ya es endémica. ¿Cómo podemos esperar que nuestros jóvenes opten por formar una familia en estas condiciones?

Así es la vida de esta generación, donde cada vez se cree menos en la cultura del esfuerzo. Lo que les rodea no motiva a muchos a trabajar o avanzar, sino a divertirse y pasar de todo. Las sucesivas crisis y las dificultades económicas han hundido a gran parte de estos jóvenes en la desesperanza. Así las cosas, tampoco puede extrañarnos que casi el 30% de los estudiantes de bachillerato quieran opositar, más de los que quieren crear su propio negocio. El anhelo de estabilidad se impone a los sueños.

Yo creo que en este momento lo que hacen falta son posibilidades, alternativas, para que los jóvenes puedan elegir en libertad, según sus propias circunstancias, cómo emprender su vida. No podemos compadecer a los jóvenes que viven aún con sus padres, ni criticarlos por no querer crear su propia empresa y preferir ser funcionarios. Como decía, obligamos a muchos jóvenes a vivir incómodos en su realidad, sin ofrecer alternativas estables y reales para que desarrollen un proyecto familiar y de futuro en condiciones. Esto sí los convierte en una generación perdida.

Tenemos elecciones en unos meses. Muchos jóvenes me dicen que pasan de la política, que todos los partidos son iguales. Se equivocan. Votar es fundamental si queremos cambiar esta realidad. Los partidos tradicionales ya han demostrado que son incapaces de resolver el laberinto en el que se encuentra encerrada la juventud. Unos no han hecho nada y la han dejado a su suerte, mientras que otros aspiran a anestesiarla con paguitas y mensajes envenenados. Si queremos un verdadero cambio de rumbo, es el momento de un voto patriótico comprometido con invertir en nuestros jóvenes, que ponga a su disposición las herramientas necesarias para que puedan elegir en libertad su futuro.

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