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grand place / OPINIÓN

Un cóctel perfecto

21/10/2021 - 

BRUSELAS. Siempre que volaba se sentía más cerca de él. La Tieta se acostumbró a la intimidad de un dron, que invitaba a la reflexión y a la paz con uno mismo. Ello le ayudó a seguir investigando en la ZonaZero-BXL sobre el origen de la pandemia y sus consecuencias en los cambios que se produjeron en la economía global. Al cierre de las fronteras y el desabastecimiento del Territorio-Europa en el AñoZero de la pandemia, siguió el control del transporte marítimo para elevar el precio de los productos que venían de LaGranFábrica.

Sólo hay que recordar la falta de mascarillas a nivel global. Durante el mes de enero de 2020, antes de que la ONU declarase la pandemia de la covid-19, las escasas empresas europeas que fabricaban mascarillas quirúrgicas se quedaron sin stock al vender toda su producción a China, ante la gran y silenciosa demanda de su Gobierno. Empresas grandes y pequeñas ignoraban, como el resto de gobiernos del mundo, que el virus estaba a punto de cruzar sus fronteras.

Al año siguiente, entrando en el otoño del Año I d.C. -después de la covid-, LaGranFábrica debía afianzar su liderazgo económico en el mundo y comenzó a especular con los precios de los fletes. El truco era bien sencillo. Consistía en retener los barcos contenedores en los puertos asiáticos de origen durante varias semanas y, cuando el resto del mundo comenzaba a sufrir los estragos de la falta de productos, en algunos casos de interés público, elevaba el precio del transporte hasta diez veces su valor anterior.

Se puede destruir una población de muchas formas, no hace falta que caigan bombas sobre la ciudad. Basta con estrangular su economía, primero, y luego acabar con las esperanzas de sus ciudadanos minando su moral. Si a ello le añades el sufrimiento físico de una enfermedad que puede llegar a ser mortal, el cóctel es perfecto.

En el verano del Año I comenzó la escasez de productos. Si antes se pagaban 2.000 dólares por mover un contenedor desde China a la costa oeste de Estados Unidos, ahora había que pagar 20.000. Detrás del espectacular aumento del valor de los fletes marítimos estaba la llamada "crisis de los contenedores", una insólita escasez de espacio disponible para transportar los productos de Asia a Occidente.

El segundo módulo del Servicio Europeo sale de Alemania. FOTO: ESA 

A ello se sumaron, estratégicamente, los cierres temporales de algunos terminales marítimos chinos debido a las estrictas medidas para controlar la pandemia de la covid-19 y los consiguientes atascos en los mayores puertos internacionales, cuando se abría de nuevo el comercio de golpe.  La imagen de los barcos haciendo fila a las puertas de todos los puertos se hicieron virales. Mientras, los estantes de los supermercados y de las tiendas de moda comenzaban a vaciarse.

Es así como, poco a poco, fue calando en lo ciudadanos del TerritorioEuropa el miedo a la incertidumbre, a lo desconocido, al diferente… Es así como, poco a poco, fueron acomodándose al pensamiento único. La Tieta cruzaba la calle, poco a poco, ensimismada en sus pensamiento y esquivando los patinetes eléctricos que le adelantaban a derecha e izquierda por el pavimento, mientras un enjambre de drones zumbaba sobre su cabeza.

Laura cruzó la abandonada vía del tram, hoy convertida en zona de paseo pedestre y, de repente se detuvo delante de La Villa. La magnificencia del edificio en blanco y negro no había sucumbido el paso del tiempo, pese a que la primera revuelta posterior al CaosPrevio, en el invierno de 2035, lo había convertido en un esqueleto semiderruido, del que sólo quedaba su terraza superior como zona de encuentro.

Activó con su reloj la lentilla digital y tecleó en el aire sobre el panel que se desplegaba frente a ella los códigos para su encuentro inmediato. Era una de las desventajas respecto a los TransHumanos, al no contar con el chip-covid de serie. Tanto Laura como David habían nacido en el Año I y no habían querido hacer la transición. Pero lo prefería. Así evitaba las interferencias continuas en su libre albedrío. Las máquinas te lo ponían todo demasiado fácil.

Hacía tiempo que lo venían planeando, pero nunca pensó que iba a suceder. “Porque sucederá”, le había dicho David. El momento era tenso. Sin mascarillas, sin hologramas. No era un encuentro programado por ELLA ni tampoco estaba autorizado por el eHealth. Se habían saltado todos los controles. El cóctel era perfecto…

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