MURCIA. Para los que pensaban que se habían librado de mí, lo siento, he vuelto. A lo mejor nunca se dieron cuenta de que me fui… Bueno, tampoco me fui… El caso, ¿qué mejor día para volver que San Valentín, el día de los enamorados, el amor y la amistad? ¡Puag! Perdóneme, pero es que oigo esta cursilada y me dan ganas de vomitar. No quiero ofender a aquellos devotos del amor, incondicionales de los globos y tartas en forma de corazón y de los ositos de peluche tamaño Bigfoot (por cierto, una putada además de una fuente de alergias), pero para mí el amor se hundió con el iceberg del Titanic.
Se preguntarán que por qué soy tan escéptica. No sé…, será porque todavía no he conocido ninguna fulana que se case con un millonario por amor verdadero y tampoco a ninguna alfarera a la que se le haya aparecido su difunto esposo para hacer un botijo en el torno. Hollywood ha hecho mucho daño a las mujeres… y el canal porno a los hombres.
"¿Qué es para usted el amor? Para mí el amor es la primera ventosidad"
Mención aparte merece la delicada pero genial estratega Daphne Bridgerton. Hay que ver cómo la muy lagarta al final se lleva al duque al huerto ¿verdad? ¡Ay, mami! ¿Qué será lo que tiene el negro? Parafraseando a nuestro animoso amigo Georgie Dann. Para los que no hayan visto Los Bridgerton, no se preocupen: no se pierden nada… Ahora, a todos y todas las interesadas en el género masculino, tienen que ver a ese dios de ébano que encarna a un noble, malote y castigador por el que, aun a sabiendas de que te va a partir el corazón, cualquiera se quemaría a lo bonzo por saborear una onza de esa tableta de chocolate puro. Vayan directos al capítulo seis.
Así pues, siendo hoy el día que es, creo pertinente la siguiente pregunta ¿Qué es para usted el amor? Para mí el amor es la primera ventosidad. Si, sí. Igual esto le parece muy duro y escatológico, pero cuando usted supera ese momento es cuando tiene la certeza de que está in love con su pareja. Mandar WhatsApp a todas horas de: pienso en ti, caramelito; salir a cenar todas las noches y hacer el amor hasta el amanecer, eso no tiene mérito, así cualquiera está enamorado. Escribo esto y me parece una quimera. No sé qué soltero en el último año habrá podido hacer nada de lo descrito. Si es intentar llegar a Alicante y ¡zas! ¡con las manos en la masa!
Permítanme dedicarle unas palabras a este personaje que me llena de ternura. Me estoy imaginando a esa criatura, viendo avanzar por el pasillo del autobús al guardia civil, muerto de miedo sin más excusa que querer echar un polvete con la novia. Es que a los cuarenta la cosa se pone más difícil que a los veinte y si uno se la tiene que jugar porque le ha salido plan en Alicante, pues hace lo que haga falta. Sólo por su sinceridad y candidez se merece todos mis respetos.
Señores, si ustedes han encontrado una persona, bien sea Omaita o Torrente, que aun a pesar de sus rarezas, sus cruces de cable, sus pedos, su madre, sus fiestas hasta el amanecer, los cargos en la tarjeta, sus figuras de Star Wars, el zapatero de Imelda Marcos, los hijos con su ex, su síndrome de Diógenes y los discos de Camela, sigue a su lado ¡Enhorabuena! ¡Han encontrado el amor! Y yo me rindo a sus pies por ello. No lo duden y celébrenlo, no todo el mundo ha corrido la misma suerte. Feliz día de San Valentín.
Gracias por su lectura.