MURCIA. En mi anterior columna les decía que iba a contarles cómo me había ido sin las redes sociales durante un experimento que hice a lo largo de un mes y medio. Pero creo que lo importante manda. Si mi premisa es tener una vida buena, como dicen los filósofos, y hacer una reflexión sobre lo que me pasa buscando esa vida, creo que no podemos volver la vista a lo que está pasando estos días en Europa y, por extensión, en el mundo.
Lo que está ocurriendo en Ucrania es algo tristísimo y, sin el más mínimo atisbo de duda, no debería haber ni empezado. Así que no digamos ya si debe durar poco tiempo.
"Aprender de LA HISTORIA y usar los avances que tenemos para que determinadas cosas no vuelvan a suceder"
Sin embargo, mi postura y mi opinión poco o nada pueden hacer por este conflicto. Como las múltiples manifestaciones y estados en Instagram: eso no parará este conflicto. Esto no hará que, de repente, todos vivamos en paz y harmonía porque caigamos en la cuenta de que Instagram tenía razón. Y, siento si parezco un poco agorero o gafe, pero piénselo detenidamente. No obstante, sí que hay cosas que podemos hacer. Podemos educar mejor. Podemos dejar que los que educan digan algo de cómo deberían ser las leyes de educación.
Seguro que está usted pensando que hago como los demás: que me subo al carro de lo que ahora mismo está de moda para pedir como si fuera una hermanita de los pobres.
Mire, aportemos algunos datos:
En 1918 nos vimos asolados por la pandemia de la denominada gripe española (que se llamó así porque fue en España donde mejor se pudo informar sobre la misma ya que no participaba en la Primera Guerra Mundial). Además de esto, el comienzo del siglo XX fue complicado debido a la polarización de las sociedades, que se veían abocadas sin remedio a conflictos que separaban cada vez más a la Humanidad.
Quizá piense que ahora no es lo mismo, pero le invito a que haga un ejercicio de reflexión y compare. Por eso le digo que lo mejor que podemos hacer es educarnos y leer sobre la historia. Aprender de ella y usar los avances que tenemos para que determinadas cosas no vuelvan a suceder.
Aun así, y antes de despedirme, deje que le dé la razón: ahora no es igual. Ahora todos tenemos, de alguna forma, un altavoz mediático en el que sentar las bases de nuestra opinión y, a veces, la damos sin casi leer. Ahora quieren captar nuestra atención con titulares sensacionalistas y hacernos creer que este mundo se acaba cada 250 caracteres. Si es que al final tendré que contarles lo que opino de las redes sociales la semana que viene…
Dr. Francisco Mateo
@molaserprofe