MURCIA. La Ministra de energía y Vicepresidenta del Gobierno español, Teresa Ribera, ha declarado a su llegada al Consejo de energía de la Unión Europea (UE) que “los gobiernos venimos convencidos de lo relevante que resulta tomar medidas para reducir el impacto del precio del gas en el sistema energético. Probablemente es un debate que deberíamos haber tenido hace un año para poder llegar a tiempo y evitar el espectacular coste de la energía en Europa en estos meses, por el uso que se hacía de los mecanismos regulatorios y de las materias primas energéticas como herramienta de guerra.
No obstante esta crítica directa a las instituciones europeas, que hace un año no escucharon la petición reiterada del Presidente Pedro Sánchez para cambiar el marco legal energético, Ribera ha dicho que “España llega con voluntad constructiva”. Y se ha ofrecido a “compartir con nuestros compañeros la experiencia de la aplicación de muchas de las medidas y propuestas, que todavía no constituyen ninguna base concreta de negociación ni ninguna propuesta concreta de regulación, pero que han permitido reflexionar sobre cuáles son las mejores herramientas”. Se refiere aquí a la excepción ibérica que tanto costó a España que se aceptara en la pasada primavera.
Ribera explicó la importancia de este Consejo, para llegar a un acuerdo que permita a la Comisión Europea presentar propuestas de regulación la semana que viene. “Nuestra regulación no está preparada para situaciones de estrés y necesita ser mejorada para resistir eventualidades en un futuro”, añadió. E insistió en “tomar medidas urgentes y excepcionales que reduzcan los precios y activar cuanto antes la reflexión sobre cómo hacer evolucionar el funcionamiento del mercado mayorista europeo”.
La ministra puso énfasis en la importancia de “abordar si estamos en condiciones o no, y en qué términos, de dar señales de cuál es el precio al que estamos dispuestos a comprar gas natural procedente de Rusia por tubería, o eventualmente procedente de otras fuentes”. También pidió “transparencia con respecto a la configuración de precios en las plataformas de compra”.
Por ello, apeló a las alianzas geoestratégicas “con los países productores”. Y se preguntó “cómo es posible que haya un diferencial de precios tan importante, por ejemplo, entre el mercado ibérico de GNL y el holandés”. A todo ello se suma, manifestó, “cómo ofrecer a toda velocidad respuesta a las demandas de liquidez que permitan a los operadores de energía en Europa seguir comprando con garantías financieras, pero sin verse estrangulados por el importante incremento de precios”.
Para Ribera, “necesitamos combinar distintas herramientas para ser eficaces en la reducción de precios y asegurar una contribución justa por parte de los operadores. Es inviable que se haga sólo sobre la base de las contribuciones de los presupuestos públicos de los Estados. Es importante trabajar en esos sistemas de tasas a grandes operadores energéticos que ven cómo crecen sus ingresos de forma notable”. La ministra apeló al próximo invierno para “acelerar la transición verde con base en la electrificación, la puesta en común de infraestructuras eléctricas y de hidrógeno, y un despliegue de renovables mucho más ágil de lo que hemos visto hasta ahora”. El Gobierno español presenta todas estas propuestas ante sus socios comunitarios, con el objetivo de “reducir nuestra exposición a la volatilidad de las materias primas provenientes de combustibles fósiles”.
El quid de la cuestión es si las medidas a adoptar serán voluntarias u obligatorias. El acuerdo, parece ser, pasará por una combinación de ambas. “Tendrán que ser medidas que protejan a las familias, al tejido industrial, con un funcionamiento transparente y que no rompa el mercado interior ni décadas de convergencia”, dijo la Ministra, reconociendo que deben adaptarse a la realidad de cada Estado sin generar distorsiones.
En este sentido, añadió que muchas de estas medidas “pueden y deben ser aprobadas inmediatamente: la semana que viene mejor que la siguiente. Hay pasos que no se han dado, aún no hay una propuesta formal de regulación de la Comisión, que llegará la semana que viene”. Y recordó que lo importante es “entender cómo se configuran los precios de las materias primas y el papel de los intermediarios. Es un mercado muy poco transparente y probablemente el precio de llegada en aduanas está muy por debajo del precio de venta que reflejan los mercados mayoristas”. Ribera pidió “ser cuidadosos porque si no acertáramos con el precio, pudiera tener consecuencias indeseadas” y explicó que este debate está abierto con el acuerdo unánime de “enviar un mensaje al gas que se exporta desde Rusia por tubería”.
Respecto a la propuesta de la Comisión de ahorrar en las horas pico en las que hay más demanda y más consumo de gas, el Gobierno español ha mostrado su conformidad. No obstante, ello depende de la estructura de demanda en cada Estado miembro. “Es importante que sea para todos por igual y que haya margen para que cada Estado pueda reducir el consumo eléctrico a su manera”, matizó.
De otro lado, explica la Ministra, “hay países que no apoyan la idea de limitar nada que venga de Rusia, no muchos. La gran mayoría quiere medir bien, pero adoptar medidas en esa dirección. Es importante que la UE y sus operadores manden una señal de cuál es el precio que estamos dispuestos a pagar”. Ribera señaló al sector diciendo que “hay un alto componente especulativo en el mercado y debería corregirse en la conversación con ‘traders’ y proveedores”.
Por último, dio a un aviso respecto a “cómo nos preparamos para los próximos inviernos". La excepcionalidad ibérica tiene un plazo, el 30 de mayo del próximo año, por lo que el Ministra Ribera recordó que ésta es una “oportunidad para reforzar las políticas energéticas europeas, con la complementariedad de las infraestructuras, la mayor electrificación y la anticipación del hidrógeno verde”.
En este sentido, apeló a la importancia del” debate de infraestructuras e interconexiones en el marco de la seguridad energética de la UE, con independencia de cuál pueda ser la prioridad nacional, y siempre buscando resolver los problemas técnicos o financieros que pueda tener cada uno”. Ésta fue su referencia indirecta all MidCat, el gasoducto que debe cruzar los Pirineos para conectar energéticamente la Península con el centro de Europa, y que ha tenido como respuesta, de nuevo, la negativa de Francia.