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VIENTO DE LEBECHE / OPINIÓN

Teletrabajo y la paradoja de la innovación

22/07/2020 - 

MURCIA. Con motivo de la crisis del covid-19 y, obligado por las circunstancias, el teletrabajo ha saltado a primera línea de la actualidad empresarial. En aquellos puestos  de trabajo en los que es posible, las empresas se han visto forzadas a adoptar o acelerar la implantación de esta modalidad. Aunque el teletrabajo ya iba ganando terreno día a día, aún tenía una incidencia baja en nuestro país con relación a otros países de nuestro entorno. La digitalización de la economía y ,en particular, el trabajo a distancia van a cobrar un nuevo impulso y son muchas las empresas que ya hacen planes de cómo acometer  su implantación y analizan las repercusiones de todo tipo que este cambio conlleva.

Supone, en muchos casos, un fuerte cambio en la cultura empresarial además de cambios en la organización y en la gestión, incluida por supuesto la gestión de recursos humanos. Muchos son los gurús  de empresa, consultores y especialistas en recursos humanos que han realizado análisis con las ventajas e inconvenientes del teletrabajo. Además de lo mucho que se ha escrito estos días, se pueden encontrar varios  informes y estudios disponibles en la red con relación las implicaciones que supone la implantación de esa modalidad. Pero me  quiero centrar en un aspecto muy concreto: cómo puede influir el teletrabajo en aquellas empresas que son consideradas referentes en cuanto a creatividad e innovación se refiere.

Hace unos pocos años tuve la oportunidad de visitar la sede de Google en Madrid, en la Torre Picasso. Lo primero que me llamó la atención era  el hall de entrada a la empresa. No sabía si estaba entrando a la sede de una de las mayores tecnológicas del mundo o a  una mezcla entre guardería y club juvenil. Presidía la sala un futbolín, además de las típicas máquinas de refrescos y snacks. Una vez te adentrabas un poco más en la empresa se veía a mucha gente joven con ropa informal, espacios abiertos y varias salas de reuniones para las visitas como yo o para cuando se tenían que reunir empleados de la compañía para discutir o analizar algún asunto concreto.

Esta empresa, como todas las tecnológicas, basa gran parte de su éxito en la creatividad, que es un primer paso para la innovación. Y esa creatividad siempre es colaborativa y para ello es fundamental la relación interpersonal, el trabajo en equipo y socialización de sus empleados en esos espacios de encuentro en donde de manera informal no sólo se intercambian ideas sino que se fomenta el espíritu de grupo e incluso de amistad personal. Esa creatividad y esa relación interpersonal y de amistad, ¿sería posible sólo con el teletrabajo?

En 2013, Marissa Mayer, consejera delegada de Yahoo desde 2102 a 2107, decidió acabar con la experiencia de teletrabajo que había implantado en la empresa. El comunicado que envió a sus empleados decía: "Necesitamos ser un solo Yahoo, y eso pasa por estar todos juntos en la oficina. Algunas de las mejores decisiones e ideas provienen de las discusiones del pasillo y la cafetería, de conocer gente nueva y de reuniones improvisadas. Rapidez y calidad a menudo se sacrifican cuando se trabaja desde casa".

Sabemos que Apple basa la mayor parte de su éxito en la innovación permanente de sus productos y para ello  también facilita  la socialización y el contacto entre sus empleados con grandes espacios de encuentro informal en todas sus sedes y, en especial, en su central de Cupertino en California. Los empleados tienen un gran sentido de grupo y de pertenencia a la empresa. Es una parte sustancial de su política para el fomento de la creatividad, la innovación y el trabajo en equipo. ¿Hubiera sido Apple lo qué es sin todas esas reuniones informales que promovía Steve Jobs constantemente con todo el equipo de fundadores y colaboradores?

Esto no quiere decir que esas empresas no acudan también al teletrabajo siempre que sus sistemas de seguridad informática lo permitan. Cuentan con todos los medios para hacerlo. Lo hacen de manera total o preferiblemente parcial, pero sólo para aquellas acciones que ejecutan determinados departamentos en la que no es tan imprescindible ese intercambio de ideas. Por ejemplo, en la atención al cliente, que sus operadores pueden hacer desde casa.

Y esa es la gran paradoja. Toda la tecnología que hoy nos permite poder trabajar a distancia ha sido fruto de innovaciones que no se han conseguido con el teletrabajo, sino trabajando de forma presencial, informal y de forma colaborativa. Google, Yahoo, Apple y otras muchas han contribuido determinantemente a hacer de nuestro mundo un mundo digital. Y, sin embrago, la base del proceso creativo de esas innovaciones no es fruto del trabajo a distancia.

Por tanto, teletrabajo sí, pero en función de cuál sea la cultura de empresa y en función de en qué base su éxito. Si los pilares de la empresa son la creatividad, la innovación, el trabajo en equipo y las relaciones personales, incluso de amistad, entre los empleados, se debería de analizar antes de dar el paso al trabajo a distancia si ese cambio cultural le va a venir bien y, en cualquier caso, determinar en qué medida, a tiempo total o parcial, y en qué áreas de la empresa se puede implantar y aquellas otras en las que no es procedente.

Independientemente de todo lo dicho, si yo tuviera que trabajar a distancia echaría mucho de menos las conversaciones con los compañeros en las pausas del café. Y no les digo nada de la cervecita de los viernes al acabar la semana.

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