CARTAGENA. CORI (Instituto de Investigaciones Oceanográficas de Cartagena) nació el pasado año para impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías vinculadas al estudio del medio marino y su protección, y contribuir a crear una sociedad implicada en el estudio del océano y su conservación.
Afirman los creadores de CORI que la ciudad de Cartagena es el lugar idóneo para posicionarse ya que en la ciudad se ubican centros de investigación, escuelas de ingenierías y empresas vinculadas el medio marino y movimientos sociales vinculados al mar. "La idea es que tenga una proyección internacional. Tenemos un abanico de parajes en la Región inigualables", señala uno de los fundadores, Francisco López.
Por ello se estimula el trabajo conjunto entre científicos e ingenieros para afrontar los nuevos retos que plantean la exploración, explotación sostenible y conservación del medio marino. “En España, este tipo de organizaciones es algo raro. Los ingenieros y los científicos van por caminos diferentes. Pero hace unos años estuve en el Monterey Bay Aquarium Research Institute y allí la confluencia de ambas especialidades es total. Se mantenía a través del mecenazgo, algo que aquí tampoco es muy común. Esa experiencia me cambió la visión”, señala López. “Aquí hay un caldo de cultivo importante para poder crecer. Muchas empresas, universidades, instituciones propicias para ello…Lo tenemos todo para poder explorar nuestros océanos”, añade.
Uno de los grandes retos de CORI es impulsar el desarrollo de tecnologías innovadoras aplicadas a los océanos y hacerlas más accesibles a los investigadores y la sociedad, a la vez que ejecutar programas científicos de investigación de los sistemas oceánicos y del patrimonio sumergido, principalmente aquellos que impliquen avances tecnológicos o metodológicos. El estímulo de la economía azul está dentro de los retos de este instituto, que busca la aplicación de nuevas tecnologías que ayuden a una explotación sostenible de los recursos marinos.
Dos reservas marinas, Cabo de Palos-Islas Hormigas y Cabo Tiñoso, así como una de las mayores lagunas costeras del mar Mediterráneo, con un alto valor ecológico convierten a la Región entre otros aspectos, en el lugar ideal en que el estudiar procesos a sub-mesoescala o efectos del cambio climático, señalan desde CORI.
Aspectos como corrientes ascendentes (up-welling), evolución de frentes y remolinos, shelf-break, acidificación, procesos biogeoquímicos, proliferaciones de fitoplancton, colonización por nuevas especies, influencia de las reservas marinas y del cambio climático sobre zonas de especial protección, les ayuda a estudiar aspectos físicos, químicos y biológicos marinos.
Por el momento, los integrantes del proyecto se dedican a distintos oficios y se coordina para llevar a cabo los distintos proyectos que manejan. “Cuando es algo tan nuevo, tan novedoso, preferimos ir poco a poco”, apuntan Francisco. “La idea es que a medio plazo la organización se financie a través del mecenazgo, que debe ser el núcleo duro. Una vez tienes el mecenazgo, nuestra fuente principal, es más fácil crecer”.
Entre sus proyectos hay que señalar uno que se llama Health to Ocean (H2O), que permite llevar en directo el océano a los niños que deben estar hospitalizados por largos períodos de tiempo gracias a un vehículo operado por control remoto.
Durante la conexión, pueden hacer cualquier pregunta relacionada con el medio marino, presentándoles la importancia de la protección marina. Gracias a internet, todos los niños en el hospital podrán unirse a la actividad, independientemente de si pueden asistir al aula del hospital o no, ya que algunos niños no podrán salir de sus habitaciones. esta actividad les permitirá comprender cómo los científicos usan robots submarinos para estudiar el océano y ayudar a protegerlo, lo que despertará su interés en la protección del océano y las actividades STEM.
El ‘Boya Low Cost’ (LOw-COst BUOY) es un proyecgto que, con bajo coste persigue monitorizar la calidad del agua del mar y construido por el CIFP Hespérides y del I.E.S. Politécnico de Cartagena. El proyecto LO-CO Buoy permitirá unir varios de estos sensores para ofrecer de manera conjunta la información registrada por ambos.
El pasado mes de octubre se entregó el premio en el Ocean Hackathon 2020 que tuvo como objetivo poner en valor el talento científico y tecnológico de la Región de Murcia y la actualización de los avances en el área del desarrollo sostenible y protección de los océanos. El reto de geolocalizar caballitos de mar ( a partir de datos GPS y transectos de video) se alzaba con el premio con el equipo formado por José Antonio Oliver (biólogo marino), Elen García (gestora de proyectos europeos) y Elena Torro (programadora informática).