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Superviviente sí, ¡maldita sea!

25/05/2022 - 

MURCIA. Nunca me cansaré de celebrarlo... (Lágrimas de Mármol, Sabina & Leiva, 2017)

En este entorno laboral y emocional cada vez más volátil y frívolo, las especies más fuertes se tornan como camaleones para sobrevivir a un mundo cada vez más hostil y cambiante. Hace unos años, todo estaba más o menos pactado, institucionalizado y estipulado como lo de "debe de ser" e incluso se toleraban ciertas licencias a cuenta de las amistades de lo ajeno, aduciendo al dicho de que hacienda somos todos, aunque algunos más que otros como los habitantes de la granja de Orwell, el visionario.

Dios, la patria o el amo me libren de juzgar a cada uno por su forma de abrirse paso o de ascender, si lo desean, en esta jungla en la que se ha convertido el ganarse la vida por cuenta ajena o propia. Me da la extraña sensación de que se han invertido los papeles y ahora es el empresario/a, al que siempre se le ha juzgado por abusar de su mala praxis a la hora de emplear al obrero, el ahora mesías salvador que devolverá la dignidad a los empleados descontentos de un sistema que les oprime.

"Es fácil distinguir los lobos de los corderos, cuando antes simplemente se dejaban ser, o se obviaban"

Es imposible en los tiempos actuales mirar para otro lado cuando se cometen actos dudosa moralidad. Hoy en día, en nuestra sociedad occidentalizada en la que la evolución emocional, la educación en valores y el esfuerzo consciente por nuestro bienestar tanto físico como psicológico está tan presentes; es fácil distinguir los lobos de los corderos, cuando antes simplemente se dejaban ser, o se obviaban. Hubo un tiempo en que problema olvidado u obviado por ser un tabú incómodo de reconocer, era un problema resuelto.

Que hace un tiempo funcionara pasar por alto abusos, injusticias o torturas no significa que fuera lo correcto. El holocausto, el apartheid y la prohibición del voto/trabajo/opinión en femenino fueron legales, obedecidos y muy discutidos en su momento cuando se quisieron abolir. Esto no significa que en los tiempos de vigencia de tales normas a todo el mundo le gustaran, pero como hoy, algunos y algunas se callan y se abstienen de defender los derechos de gente con la que comparten pupitre a diario por miedo a represalias de los amos, o a quedarse sin su estrellita verde de fieltro por buen comportamiento en la excursión.

Desde estas líneas te apoyo que defiendas con la mayor de las seguridades, con elegancia, educación y buena argumentación, si algo te parece injusto, abusivo o inmoral desde tu punto de vista. Actúa de oficio si ves que una persona se beneficia del sufrimiento de otra, abusa de su posición, recibe un trato de favor por dudosos méritos o no se corresponde lo que dice con lo que hace, de forma intencionada. Y de forma contraria, analiza de qué forma te beneficia soportar ciertas injusticias sin hacer nada por remediarlas. Quizá la autocompasión es un elixir demasiado dulce y embriagador como para dejar de tomarlo y la paz mental algo tan deseado como imposible por parecer que algo estás haciendo mal. Piensa cómo cambiaría tu vida si dejaras de quejarte y comenzaras a actuar masivamente para cambiarlo.

Ha llegado el momento en que los cambios son cada vez más rápidos. Lo que hace un par de años funcionaba y se podía disimular, ahora la única constante es el cambio y la mejora del bienestar emocional colectivo ha llegado para quedarse. Ya no tenemos miedo a denunciar ni miramos hacia otro lado cuando desde reyes a grandes dirigentes se engrosan los bolsillos o disfrutan del puesto de trabajo estable y bien remunerado para el cual, a otro sujeto fríen a pruebas. Otros y otras, manejando el tráfico de influencias o el tráfico de afectos consiguen mucho más que otros en 5 años de carrera, dos másteres y varios años de experiencia. No los juzgo. Mi abuela decía que hay que tener "arte" para pescar a un marido que te lo pague todo con agrado. Yo, en cambio, afino mi arte para que nadie tenga que pagarme nada.

No me malinterpretes, alabo de igual forma tanto a los que consiguen sobrevivir en este entorno casándose con un millonario, como las mujeres que quieren hacerse millonarias por ellas mismas. No es muy distinto el camino para llegar, hay quien vale para una cosa y no para la otra y viceversa. Yo no he puesto las reglas, es lo que hay, amigos. Cada uno sobrevive en esta jungla como puede, sabe y quiere. Y está bien.

Siempre que tus acciones no supongan herir conscientemente a otros para tu beneficio, tienes derecho a hacer grande tu vida como quieras y a ganar tanto dinero como quieras y puedas. Y yo te felicitaré por tu valentía, hagas lo que hagas. Es inevitable el sentimiento de envidia o el querer que otros no asciendan más que tú, es humano. Si sabes gestionarlo y hacer de él un aliciente que te lleve al siguiente nivel, habrá cumplido con su propósito.

Te deseo mucha suerte y mucha fuerza para sobrevivir en esta selva llamada VIDA y no olvides rodearte de la mejor de las compañías, que te aliente y te eleve la vibración y la sonrisa el máximo tiempo posible.

Buen camino ;)

Laura García Sánchez

Ingeniera en Telemática. Docente de Formación Profesional

Especialista en Comunicación y Marketing Digital

@LauraGarcia_I