MURCIA. ¿Soy igual que un hombre o el hombre es igual a una mujer? Lo cierto es que somos diferentes, o quizá complementarios. O simplemente iguales ante la ley.
Hoy conversaba con alguien sobre la dichosa palabra, igualdad, y le decía escudada en mi cultura y sociedad que me gustaba "hacer cosas de hombres porque mi padre no tuvo hijos y nos enseñó a sus tres hijas las cosas que le hubiera enseñado a un chico".
Y tras decirlo en voz alta, observé el ruido de mis palabras, y que al verbalizarlas sonaba muy distinto a como yo lo interpreto eso que he vivido.
Y es que tras decirlas y pensarlo, me expliqué y le dije a mi conversador: disculpa, eso no era lo que quería trasmitir. La idea correcta es que, en mi familia, mis padres jamás nos han inculcado que por ser mujer y no varón podía o no podía hacer algo distinto al género masculino.
"hombre y mujer son iguales en una sociedad dispar"
Quizá mi padre por ser el varón de tres hermanas y el padre de tres hijas ha descubierto con su vida y así nos lo ha trasmitido que hombre y mujer son iguales en una sociedad dispar. Y en esto, los ejemplos de los progenitores son clave para que sepan que hombre y mujer pueden trabajar igual en horario, salario, tareas del hogar o cualesquiera otras acciones que se decidan acometer en sociedad. Y yo lo he vivido en primera persona. A mi madre jamás se le negó la opción de acometer una nueva empresa, familiar, emocional, profesional o incluso de ocio, con sus clases de escultura de una grandísima mujer, Maite Defruc. Recuerdo sus hornos y largas jornadas de avivar el fuego, tarea ardua decía ella.
Hoy me pregunto si las madres de hoy (entre ellas yo misma) educamos a nuestros hijos (niño y niña) en iguales valores que lo hicieron mis padres. Pretendo que mi hijo sepa cocinar y admirar los dones de su hermana, a pesar de que resuelve todo con su afán protector: "Si se ríen de mi hermana (mayor) les pego…" Mientras, intento explicarle que no se pega sino que se habla. Quizá me faltan algunas clases previas.
La realidad es que hasta que no salí del cascarón de la universidad no entendí la diferencia entre hombre y mujer; más si cabe porque tanto en mi colegio como en el instituto como en la universidad las mejores notas eran de niñas. Por ejemplo Lorena, Conchi o Vicky. Ellas eran de brillantes notas, hoy son por el mismo orden excelentes profesionales: médico, teleco y fiscalista.
"fue en el ámbito laboral cuando me sentí desigual a un caballero"
Qué podría yo decir sino que fue en el ámbito laboral cuando me sentí desigual a un caballero, siendo yo apenas una chica de 24 años y con toda la carrera profesional por delante, luchando contra la edad y el sexo. En realidad, es con la maternidad cuando llegan los problemas, la baja (en mi caso sin baja maternal por ser autónoma nada paraba), la conciliación, la reducción de horas para adoptar mi horario al de mi hija, la de perderme algunos shows pues ya era madre y no me daba la vida con la lactancia exclusiva, con los puntos postparto. Y ese largo etc. como es la mochila del cole, la vuelta a los calcetines del uniforme, y me atrevo a escribirlo ya que he estado ausente de la maternidad un par de meses, la ausencia de la mamá se nota y mucho.
Mi madre siempre lo ha dicho: un hombre viudo se vuelve a casar, una mujer viuda se convierte en una gran matriarca, como lo fue mi abuela paterna…
Serán tópicos, no les gustarán, a mí tampoco, y efectivamente: me gustaría que hombre y mujer tan solo fueran iguales ante la ley, porque me encanta ser diferente a ellos. Y que ellos se diferencien de nosotras, porque si no, ¡qué aburrida sería la vida!
Y tú, caballero, ¿querrías parecerte a alguna mujer? Hace poco un buen hombre me dijo: "Me encantaría poder parecerme a mi madre; ahora que no está, sé cuánto valía".
Uno siempre reconoce el liderazgo ante la ausencia, y al sentirlo descubre después que la razón de sexo no existe, porque <un – una> líder es por quien es, y no por su género.
Yo querría parecerme a mis padres, y poder terminar de dar criterio a mis hijos en igualdad, y que jamás descubran esas vivencias que algunas (no muchas) veces he vivido como mujer y madre.
Macarena Perona
Posdata. Soy yo, no quiero parecerme a otra persona, solo yo.