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EL EUROCRISTIANO TIBIO / OPINIÓN

Sindicatos, salarios y plurinacionalidad

Foto: IÑAKI BERASALUCE (EP)
13/05/2023 - 

CARTAGENA. La economía española lleva tres lustros estancada. Las causas son bien conocidas: la baja productividad y el alto desempleo. Lamentablemente, las medidas políticas adoptadas en ese período no han ayudado a corregir esos déficits. Si se incrementan excesivamente los subsidios y se congelan los salarios, el incentivo para trabajar decrece y el desempleo se estabiliza. Si se practica una política de tolerancia, el absentismo laboral crece desmesuradamente (ha llegado a un máximo en este año). En el año 2008 se alcanzó la máxima proximidad de la riqueza española por individuo a la media de la UE y el máximo nivel de empleo. Desde entonces, hemos divergido de la economía europea y no hemos vuelto a ese nivel de empleo hasta este año. Además de estancamiento, en esos tres lustros se la proporción de Producto Interior Bruto dedicada a las rentas salariales no ha hecho sino retroceder. En todo ese tiempo los trabajadores han perdido poder adquisitivo por unos salarios casi congelados, deterioro que la inflación ha agravado. A pesar de las proclamas igualitarias del Gobierno español, los trabajadores son hoy comparativamente más pobres que hacer quince años e incluso que hace cinco años. Acaban de firmar los dirigentes de CCCO y UGT unos acuerdos con la COEC para aumentar modestamente los salarios en los próximos tres años. El Tibio apoya ese acuerdo porque hay que distribuir mejor la riqueza nacional. En eso, el Tibio está con los sindicatos.

Cosa muy distinta es la idea de estos dos sindicatos de que Cataluña y el País Vasco tienen derecho a autodeterminarse, o sea a independizarse. De hecho, aprobaron que el Gobierno español derogase el delito de sedición. Qué ventaja tiene la escisión para la mayoría de los trabajadores españoles no lo sabe nadie, pero los dirigentes sindicales lo tienen claro: lo moderno es que cada región española se convierta en una nación, empezando por las más ricas. Pero, dirá algún españolista, de ese modo se reducirán las transferencias de renta a las regiones menos desarrolladas. Si los impuestos de los barceloneses opulentos y de los vizcaínos ricos, insistirá, no saliesen de esas provincias, los trabajadores extremeños y murcianos se verían perjudicados. No importa, responden esos dos sindicatos, adelante con la autodeterminación.

"una cosa es aceptar que BILDU se presente a las elecciones y otra muy distinta es apoyar su programa político"

En eso están con el expresidente Zapatero. Ya en su momento recuperó la idea de España como nación de naciones y recientemente ha alabado los pactos con Reunirse (Bildu) porque, sostiene, les prometimos que, si dejaban de asesinar, podrían intervenir en las instituciones democráticas. Pero, responde el Tibio, una cosa es aceptar que se presenten a las elecciones y otra muy distinta apoyar su programa político, en el que la plurinacionalidad es básica. Igual que Zapatero, también Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo, defiende la plurinacionalidad. Al frente de Sumar, se propone <<desbordar el autonomismo>>, profundizar en el autogobierno de cada región e instalar un Estado plurinacional en España. Aunque, eso sí, buscando fórmulas de integración en una única entidad supranacional.

Muy bonito, pero imposible: si hubiese varias naciones, cada una sería soberana y las naciones ricas no querrían compartir su riqueza con las pobres. Quien lo dude, que lea los artículos sobre los llamados presupuestos soberanos de Canadell, el separatista catalán que presidió la Cámara de Comercio de Barcelona. En la mejor línea de España nos roba, imagina unos presupuestos catalanes con 60.000 millones de euros adicionales, los que según él se trasfieren a España. Da lo mismo que exagere: sean cuantos sean, esos miles de millones faltarían en resto de España si se configurase como entidad plurinacional. No se precisa mucha fantasía: el timo de la forma de calcular el cupo vasco, que Reunirse abandera, ya es bastante ilustrativo: la renta publica de los vascos es el doble que la media española. Y Cataluña representa cerca del 20% del PIB español. Si lo perdemos, a la ruina.

La desigualdad territorial es hoy una fuente de desigualdad social, algo que esos dos sindicatos prefieren obviar. Se necesita un sindicato españolista, que defienda que España es una nación y predique la igualdad de todos sus trabajadores. Eso sería lo social. Y, de hecho, UGT lo comprende perfectamente cuando le toca de cerca. El gobierno regional catalán ha pedido asumir la competencia de Rodalies (el sistema de ferrocarriles de cercanías catalán), pero UGT se opone porque los trabajadores ferroviarios perderían sus contratos actuales y tendrían que conformarse con otros peores. En ese caso, UGT no quiere saber nada de la plurinacionalidad que predica. ¿Por qué no da un paso más hacia la coherencia y se olvida de la autodeterminación? Que convirtiese todo su programa en una gigantesca Rodalies sería ideal para todos los trabajadores. Incluidos los murcianos.

JR Medina Precioso

jrmedinaprecioso@gmail.com

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