MURCIA. El otro día estaba en un pequeño taller, tan pequeño que está ubicado en el hueco de la escalera de un edificio; tan pequeño que sólo cabe un cliente, el dueño, su pequeña zona de trabajo, su pequeña zona de almacenaje, las cosas que arregla son pequeñas y las herramientas de trabajo, también pequeñas. Por si no lo han adivinado ya, es un relojero. Es un hombre de trato correcto pero poco hablador, quizá porque su trabajo requiere de mucha concentración, y cuando habla lo hace al cuello de la camisa de modo que tampoco se le entiende muy bien.
Pero ese día sí le entendí alto y claro.
Estaba el hombre trabajando en una pieza que le había llevado y tenía la radio puesta. Una radio de las de siempre, no una Alexa ni una Siri que responden si les preguntas y cumplen ordenes, sino una radio de las que tienes que sintonizar manualmente, con su dial y su característico sonido un poco sucio porque nunca se sintoniza del todo bien. Del aparato salía la voz del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que estaba dando un discurso en la Feria del Turismo en Madrid. El discurso, ya se pueden imaginar, era engolado, con su característico tono de falsa humildad, como queriendo ser empático, ensayado mil veces ante el espejo (me encanta la parodia de Joaquín Reyes) y triunfalista, muy triunfalista. En un momento dado dice Pedro Sánchez: "… hemos protegido millones de empleos, millones de empleos, muchos de ellos vinculados al turismo, millones de empleos; gracias a los ERTE, gracias a las ayudas directas a los trabajadores y trabajadoras autónomos..." Y de repente, desde su concentración, el relojero levantó levemente la cabeza y dijo: "¡Pero será imbécil el tío!, cualquiera que le oiga, fenomenal estamos, qué imbécil...". Terminado el trabajo me dio mi reloj y me cobró 3€. Él no me conoce de nada, no sabe de qué pie político cojeo, pero le salió del alma, lo que me hizo preguntarme qué esfuerzos habrá tenido que hacer este trabajador autónomo, cómo habrá superado estos dos últimos años, pero intuyo que no ha debido recibir muchas ayudas.
Los discursos triunfalistas no son patrimonio de Pedro Sánchez. Todos los hacen. Así, si el presidente de la Región, Fernando López Miras, en un empalagoso y afectado discurso de fin de año, también mil veces ensayado ante el espejo (Joaquín Reyes, por favor, ¡una parodia ya!), dice que ha dotado los Presupuestos con 6 millones de euros diarios para la salud de los murcianos, y se felicita por la baja mortandad que la covid ha causado en Murcia gracias a lo rápido que ha sido el Gobierno regional tomando medidas, posiblemente los profesionales sanitarios que están en primera línea de pandemia desesperados porque dos años después del inicio de esta pesadilla se sigue actuando por improvisación, tomando medidas absurdas y de demostrada nula eficacia (véase, el pasaporte covid o las limitaciones en hostelería), mientras ellos siguen haciendo turnos inasumibles cada vez que hay una nueva ola, posiblemente lo que les apetezca sea decir: "Pero será imbécil el tío". En fin, que a veces no hace falta ser un sesudo analista político, solo encontrar unas pocas palabras adecuadas.
Raquel García-Valcárcel
Abogada en García-Valcárcel&Cáceres