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anhedonia y conspiraciones

Sara Barquinero y 'Los escorpiones', una novela 'total' más allá de sus 800 páginas

18/03/2024 - 

MURCIA. Del nuevo libro de Sara Barquinero se ha escrito ya mucho estas pocas semanas que lleva editado. Algunos artículos con más polémica que otros. Pero en la gran mayoría de todas se resalta un dato numérico: es un libro de 800 páginas. Un aspecto que tal vez pasaría desapercibido si no estuviera atravesado (consciente e inconscientemente) por otros dos datos que se pueden convertir en prejuicios indirectos: Barquinero tiene 29 años y es mujer.

Los escorpiones es en realidad una novela total, que cuenta la historia, a través del tiempo, de las personas que han ido desvelando una conspiración a escala mundial con el que una sociedad secreta busca inducir pensamientos suicidas en la población a través de estímulos sonoros. La novela se desarrolla en cinco partes, y cada una de ellas explora un estilo, un formato, una voz, un tono diferente. Por eso, cuando se habla de la novela (y, en este caso, se le alaba) siempre hay una lista de autores de referencia más que pensar en uno. Entre ellos está David Foster Wallace, Mariana Enríquez, Don DeLillo, o Michel Houellebecq

“Más o menos mencionan nombres que asocio con mi gusto personal, y supongo que también con los temas y las formas que utilizo. Houellebecq lo citan pero no lo veo una referencia para mí. En todo caso, creo soy súper joven, y hasta que tenga una voz completamente diferenciada (probablemente tengan que pasar diez o quince años), es normal que se me lea buscando esas ramificaciones. Y aunque no lo haya hecho conscientemente, seguramente sí hay una ansiedad de influencias que no tendré en un futuro”, explica la autora en conversación con Culturplaza

En todo caso, la de Barquinero es una voz propia con todas las de la ley. Y a pesar de que la novela se desarrolla en formatos tan rocambolescos como unas memorias, un artículo académico o la rotura formal de cualquier intención de lectura (esta última, en un momento de tensión mezclado con drogas), hay autores porque los valora como lectora, no porque los tenga que utilizar como escritora: “No tiene que ver con el copiar, pero sí con lo que me estimula como lectura, que quiero probar como escritora. Es un privilegio y creo que, de alguna manera u otra, lo voy a seguir haciendo toda la vida”.

La voz difuminada potencia las mil maneras de leer y conectar con la historia de esta gente que, desde los foros de internet, va contando y convirtiendo en mito la historia de Los Escorpiones: “Si uno se conoce tan bien como yo me conozco a mí misma, en realidad en todas las partes hay aspectos comunes, como la manera en la que se accionan los temas y los tramas. La voz múltiple era necesaria porque no tenía sentida que un hombre de 2020 hablase o tuviese un marco igual que el de 1922. Por eso para mí es importante leer, para tener un coro de voces que pueda implantar en mi historia”.

Radiografía de la anhedonia

Los personajes principales del universo que construye Barquinero tienen dos aspectos comunes, a pesar de ser completamente diferentes entre sí: se encuentran en un momento de su vida en el que desarrollan pensamientos conspiranoicos y/o depresivos, y los vuelcan o los encuentran en internet. Sara es una joven que, tras un trauma que le alejó de su ciudad natal, busca pareja en Tinder. Tras meses conversando, el chico con el que parecía tener esa conexión especial, le da plantón y se suicida abruptamente. Thomas, por su parte, se encuentra estancado en la composición de su nuevo disco, retirado en un pueblo, y con asuntos pendientes por resolver en su vida.

¿Qué papel tienen las teorías de la conspiración? Activar las zonas oscuras de esos personajes. “A mí me flipan las teorías de la conspiración. Puedo pasar horas leyendo sobre ellas, y siempre que sale una nueva, me alegro. Me gusta indagar, y creo que es algo muy común. Por otro lado, la conspiración a mí me sirve como contexto para hablar de otras cosas, pero sobre todo porque existía una analogía muy clara entre la situación individual de cada personaje y la situación global que te lleva a creer en una conspiración”, desarrolla la autora.

Por otra parte, “me gustaba la posibilidad de hablar de la depresión o de la tristeza a través de personajes muy diferentes, porque si no parece una anécdota. Quería hablar de una estructura emocional fundamental del ser humano”.

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