recreación teatral

San Juan de la Cruz vuelve a recorrer los caminos vestido con hábitos de Caravaca del siglo XVI 

6/01/2022 - 

MURCIA (Efe). La figura de san Juan de la Cruz, que murió en Úbeda (Jaén) hace 430 años, recorre de nuevo la Sierra de Segura con las recreaciones de su vida que hace el grupo de teatro Artemix en Santiago de la Espada y Pontones.

En total son quince actores, entre monjes, monjas y narradora, que van vestidos con los hábitos originales del siglo XV prestados por las carmelitas de Beas de Segura (Jaén) y los monjes de Caravaca de la Cruz, "cosidos en un paño que ya no se encuentra", y con los que recrean ocho escenas de la vida del religioso, poeta místico del renacimiento español y uno de los 36 Padres de la Iglesia Católica.

Mari Luz Castillo, directora del grupo de teatro, explica que esta recreación surge tras la creación del Camino de San Juan de la Cruz, una ruta de peregrinación que se inicia en Beas de Segura y llega hasta Caravaca de la Cruz para dar a conocer el legado patrimonial, paisajístico y etnográfico de aquellas villas por las que pasó el santo, en 15 ocasiones, además, de su mensaje, su mística y su poesía.

La primera vez que se realizó la recreación fue durante el Puente del Pilar, primero en Santiago de la Espada y después en Pontones, con impresionantes lugares de la sierra, como escenario, a más de 1.300 metros de altitud.

Una recreación que pueden repetir para grupos grandes ajustando con tiempo la fecha, ya que todos los actores son aficionados y tienen que atender sus propios trabajos.

Las escenas que más impresionaron a los "andariegos" de esa ruta son las de la huida de san Juan de la Cruz que estuvo encarcelado en Toledo y que se recrea saltando por una ventana, o su muerte, que es la más emotiva, además de la poesías que van recitando por el camino, entre escenas de la época con mujeres lavando en el río o gente asando comida en el horno.

Esta recreación se realiza en sólo uno de los tramos, en el corazón del Camino, que en total transcurre por seis etapas, 151 kilómetros de las antiguas vías de comunicación del siglo XVI, que el santo hacía en tres días, como vicario y confesor de los conventos carmelitas, acompañado siempre de otro fraile y una mula que les ayudaba en el transporte y la orientación.

De hecho, en la web del mismo, se advierte de la dureza del Camino, para el que se exige una cierta aptitud física, por su carácter de montaña, los peligros que tales tipos de travesía encierran: distancias, presencia de insectos, reptiles, otros animales, caídas, lesiones, y se recomienda hacerlos siempre acompañados y contar con un vehículo de apoyo.

Un recorrido por lugares que invitan a quedarse en silencio, a ir despacio, a valorar lo pequeño, lo auténtico, tierras de frontera, con bellos paisajes y edificaciones algunas abandonadas.

next