Imagen de la protesta de comerciantes y vecinos de Santa Eulalia contra la inseguridad.MURCIA. Pese a ser un barrio 'castizo' y tener una intensa vida social y cultural, el entorno del barrio murciano de Santa Eulalia vive desde hace años una cara 'B'. Ni la manifestación de vecinos y comerciantes del pasado mes de julio ni la campaña con pancartas en muchos balcones exigiendo más seguridad, han conseguido frenar los robos y el vandalismo que sufren en la zona, donde además los vecinos denuncian botellones en plena calle y un exceso de ruidos.
Los comerciantes están hartos y muchos de ellos se han visto obligados a tomar medidas de seguridad instalando sistemas de protección, con el consiguiente gasto que supone en plena recuperación económica: "Recortaremos de otro sitio, pero no de seguridad. Es una inversión que merece la pena", explicaba a Murcia Plaza Francisco Guerao, vicepresidente de la Asociación de Comerciantes y presidente de la Asociación de Vecinos.
El Ayuntamiento ha incrementado la seguridad con refuerzos de la Policía Local, pero, parece no ser suficiente. Pese a todo su presencia ha hecho que salga a la luz la situación real del barrio. Los números hablan por sí solos, y según los datos facilitados por el Consistorio, sólo entre el 8 y el 11 de octubre se pusieron 75 denuncias.
Treinta de ellas se interpusieron "por beber bebidas alcohólicas en la vía pública y seis por ruidos y molestias", según informan fuentes municipales en un comunicado. El resto de denuncias fueron por consumo en barra incumpliendo la normativa covid (2); una por venta de alcohol fuera de horario; una por venta de cigarrillos sueltos; otra por no mantener distancia de seguridad; otra por no disponer de responsable covid; dos por ocupación de terrazas sin licencia; tres por no recoger terraza a su hora.
Además, se registraron nueve denuncias por reglamento general de circulación (infracción de estacionamiento, dirección prohibida VMP, no llevar cinturón de seguridad...); dos por comer fuera de hostelería sin guardar distancia; dos por no usar mascarilla sin guardar la distancia de seguridad; cuatro por terrazas sin guardar 1,5 metros de distancia entre mesas; tres por orinar en la vía pública; cuatro tenencia de estupefacientes; y cinco fumar sin guardar la distancia de seguridad.
Hace unos días, y gracias a la intervención de Policía Nacional, "se consiguió detener al autor de dos robos en dos establecimientos del barrio", añaden desde el Consistorio. Mientras, el concejal Enrique Lorca explicaba que "este dispositivo especial en el barrio de Santa Eulalia busca reducir los botelleos y ruidos y mejorar la seguridad en la zona".
Por su parte, el Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Murcia ha criticado que, desde que PSOE y Ciudadanos gobiernan en La Glorieta, "nuestro casco histórico se enfrenta a tres amenazas: la inseguridad ciudadana, la suciedad en nuestras calles y plazas y la mendicidad".
Así lo denunciaba este jueves la portavoz del Grupo Municipal Popular, Rebeca Pérez, quien criticaba que "la suciedad de las calles y plazas, el abandono del patrimonio histórico y la falta de seguridad en el centro son un clamor para los vecinos de Murcia, "razón por la que, desde el Grupo Municipal Popular, vamos a presentar una moción al Pleno de este mes, respondiendo a las demandas vecinales".
"Peleas, hurtos, robos, amenazas a comerciantes y pernoctaciones en los portales de los edificios aledaños, entre otras conductas incívicas, son algunas de las denuncias de los vecinos de los barrios céntricos, y estas quejas no son exclusivas del PP, sino que responden a la percepción general que tiene la ciudadanía", apuntaba Pérez.
También criticó que "la suciedad está invadiendo el casco histórico de Murcia". Así, el PP reprocha el estado del Puente Viejo, declarado como Bien de Interés Cultural; la muralla a su paso por La Glorieta, que está llena de restos orgánicos; o el Malecón, "que actualmente vemos repleto de pintadas, son claros ejemplos del abandono al que el tripartito está sometiendo Murcia", remarcaba la portavoz.
También lamentaba que la proliferación de pintadas, suciedad y maleza "se están consolidando en una tendencia que desluce y deteriora los elementos singulares y espacios emblemáticos de Murcia, lo que pone en evidencia las mínimas condiciones de mantenimiento con las que está trabajando el tripartito".
