Una imagen antigua de la calle de San Antón.Hace medio siglo, que parece más tiempo aún que 50 años, aparte de morirse Franco, por si alguien no había caído aún en la cuenta, pasaron en aquella Murcia nuestra cosas mucho más livianas y más cercanas a estos ayeres, como por ejemplo el estreno de blusones huertanos nuevos por parte de los integrantes del Consejo de Hombres Buenos, a partir de uno de los tradicionales que aún se conservaba.
El Consejo de Hombres Buenos es un tribunal consuetudinario, lo que quiere decir que tanto sus reglas como su autoridad vienen dadas por la tradición y la costumbre, y está encargado de dirimir conflictos en materia de riego en la Huerta de Murcia.
Su nacimiento data del año 1848 y es similar al valenciano Tribunal de las Aguas. Ambos fueron declarados en 2009 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Al hacer balance de aquella sesión de los nuevos blusones, el cronista del diario Línea, Diego Vera, señalaba: "Quizá a alguien le decepcionó la sesión, por haber esperado mayor movimiento, como a un ordenanza municipal, que me dijo: «Estas vistas de ahora son muy tranquilas... Antes, con decirle que las personas metidas en el juicio tenían que ser llevadas de aquí a la Casa de Socorro...». No, no. Esta vez, la sangre no llegó ni a la butaca de la primera fila... Más vale así".
Otra asunto menor, pero relevante para la historia menuda de nuestra Murcia, que se produjo en estos primeros días del año, fue la concesión por vez primera del San Antón de Oro por la Comisión de Festejos de la popular barriada, organizadora de esas fiestas que tienen la virtud de ser las primeras clásicas de cada anualidad. Y el destinatario fue el entonces alcalde, y luego secretario general de la Confederación de Organizaciones Empresariales Clemente García.
Y la noticia de la nueva distinción llevaba aparejado el programa de actos, lo que permite comprobar qué cosas se han mantenido, cuales otras han desaparecido y aquellas que han engrosado la relación de actividades a lo largo de este medio siglo.
Por entonces, todos los actos se concentraban en tres días, ahora cuentan con una extensión en los días previos, al punto de que el calendario festivo se abrió este año el 9 de enero, con los cultos en honor del santo anacoreta, una de las mejores obras de Francisco Salzillo.
Precisamente, la salida en procesión de la imponente efigie es una de las novedades que trajo el nuevo siglo, de la mano de la constitución de una cofradía encargada de dar culto y sacar en procesión. Fue en 2001 cuando fueron aprobados los estatutos y en 2002 cuando la talla de Salzillo salió por vez primera en procesión desde su hechura en 1746. Y lo hace desde entonces en procesión de ida a la parroquia de San Francisco Javier – San Antón y de regreso a su ermita el domingo siguiente.
Otra novedad importante se produjo a raíz del traslado de la imagen de San Fulgencio, del escultor Díaz Carrión, desde la iglesia de San Nicolás a la ermita, pasando por las Agustinas, o lo que es igual, siguiendo lo pasos eclesiásticos de quien fue su propietario, el sacerdote Manuel Martínez Mondéjar. El santo, que ya salió en procesión en su día desde San Nicolás, de la mano de la Peña de la Panocha sigue vinculado hoy a sus orígenes.
Ya no hay cucaña, carreras de cintas o campeonatos de truque, pero se mantienen la venta de panecillos del santo, de los que dicen que alegran económicamente el bolsillo cuando se llevan en el monedero, la imprescindible y concurrida bendición de animales y la misa del patrón, entonces solo una y matutina.
El Año 1975 conoció también en sus primeros días la decisión de la Asociación de la Prensa sobre la concesión de los ‘Laureles de Murcia'. El máximo galardón, ‘Murciano del Año’, recayó en Ricardo de la Cierva y Hoces, nombrado a comienzos de 1974 director general de Cultura Popular y más tarde senador y diputado por Murcia y ministro de Cultura en 1980, siempre en las filas de la UCD. Era nieto del ministro murciano de los días de Alfonso XIII Juan de la Cierva Peñafiel, y sobrino del inventor del autogiro.
El galardón a las ‘Letras y Bellas Artes’ recayó hace 50 años en el escritor Antonio Prieto, que había ganado en 1974 el premio literario ‘Novelas y Cuentos’ y que era el único murciano que había ganado el premio ‘Planeta’. El premio de la categoría ‘Espectáculos’ fue para la entonces denominada Semana Internacional de Cine Naval de Cartagena; mientras que el de 'Deportes' lo obtuvo el ciclista lorquino Juan Zurano, que se había convertido en 1974 en el primer murciano en participar en el Campeonato del Mundo de Fondo en Carretera.
En la categoría de ‘Industria y Comercio’ fue premiada la Feria del Mueble de Yecla; mientras que en la denominada ‘Otras actividades’ el galardonado fue Ernesto Andrés Vázquez, que era por entonces consejero nacional del Movimiento por Murcia y procurador en Cortes. Se premiaba su insistencia en la necesidad de resolver asuntos cruciales para la Región, como el Trasvase Tajo-Segura, los Planes de Desarrollo, el aeropuerto de San Javier, la mejora de la educación y la formación profesional, las carreteras… Algunos de aquellos "perros", con distintos o parecidos collares, aún colean.
