MURCIA. Carlos Alcaraz Garfia sigue pasando las horas y los días encerrado en su habitación del hotel de Melbourne en el que encuentra confinado desde hace una semana y allí, mientras se prepara como puede para afrontar el Abierto de Australia, trata de encontrar la inspiración en su gran ídolo, que es Rafa Nadal.
El joven tenista murciano, de 17 años, siempre ha dicho que su referencia en el mundo del tenis es el ya veterano jugador balear, que le dobla en edad y cuyos pasos espera seguir por mucho que lo conseguido por el de Manacor parezca inigualable.
Estos días el de El Palmar ha publicado vídeos en los que aparece realizando ejercicios o peloteando contra un colchón y es que se le impide hasta salir al pasillo de su planta y así lleva desde el domingo 17 de enero, cuando llegó a Melbourne procedente de Doha, capital de Catar y ciudad en la que había conseguido su clasificación para el primer torneo de Grand Slam de su todavía incipiente carrera.
En el vuelo los pasajeros coincidieron con un contagiado por coronavirus y, aunque Alcaraz y bastantes más tenistas dieron negativo en los test a los que se sometieron, el protocolo anti covid que se aplica en Australia, le obliga a no poder salir de su estancia durante 14 días y ya ha cumplido la mitad de su confinamiento obligado.
Su rutina diaria le deja tiempo para el esparcimiento y Alcaraz está aprovechando para perfeccionar su inglés y prepararse para obtener el carné de conducir y también para leer.
El murciano ha elegido el libro Rafa, mi historia, de John Carlin, periodista y escritor inglés y así poder conocer más de su ídolo a través de esta biografía autorizada del deportista español más laureado de todos los tiempos y que actualmente es el número 2 del mundo, sólo por detrás del serbio Novak Djkovic.
Todavía lejos de esos puestos se encuentra un Alcaraz que actualmente es el 145 del ranking y que, sin jugar y encerrado, ha perdido cuatro posiciones con respecto a la que tenía cuando comenzó este 2021, año en el que ha logrado uno de sus grandes objetivos, el de disputar, si es que la pandemia se lo permite, un cuadro final de Grand Slam.