MURCIA. El corazón trabaja como una bomba que lleva sangre al resto del cuerpo. Para ello, debe latir gracias a un "sistema eléctrico" propio que garantiza que se contraiga de manera ordenada.
El proceso, de manera resumida, es el siguiente:
El impulso eléctrico que da la señal al corazón para contraerse se inicia en un área llamada nódulo sinoauricular, que es tá en la parte superior de la aurícula derecha.
La señal viaja a través del corazón, a lo largo de una serie de rutas establecidas, activando las distintas partes del corazón.
Diferentes mensajes nerviosos y hormonales dan la señal al corazón para que palpite más rápido o más lento y se adecue a las necesidades del organismo.
El problema es que, en ocasiones, este orden se ve alterado. De hecho, los trastornos en la frecuencia (pulso) y el ritmo cardíaco son bastante comunes, y a veces el corazón puede latir demasiado rápido (taquicardia), demasiado lento (bradicardia) o de manera irregular.
Todas estas situaciones se conocen como "arritmia", una condición que puede ser pasajera y no causar daños, delatar la presencia de un problema cardíaco o suponer un peligro inmediato para la salud.
¿Qué son las arritmias y por qué se producen?
El Dr. Ricardo Ruiz, especialista en arritmias y electrofisiología cardíaca del hospital Quirónsalud Valencia, define las arritmias como "cualquier alteración en el origen, la frecuencia o la forma de transmisión del impulso que hace latir el corazón. Es decir, cualquier desviación de la manera normal de activarse el corazón".
Según datos de la Sociedad Española de Cardiología, las arritmias constituyen la causa directa del 16 % de los ingresos hospitalarios, afectando a más del 1 % de la población. Este porcentaje aumenta con la edad de los pacientes, aunque no es el único ni su principal factor de riesgo.
"Existen muchos tipos de arritmias y, por tanto, muchos mecanismos relacionados con ellas", explica del Dr. Ricardo Ruiz. "Sus causas pueden ser alteraciones congénitas –con base genética o hereditaria o sin ella-, alteraciones funcionales del mecanismo normal de activación del corazón, alteraciones provocadas por otros padecimientos como inflamación, degeneración, cicatrices (por ejemplo, tras padecer infartos de miocardio) o trastornos relacionados con el envejecimiento y la edad".
Las arritmias se producen por un fallo en el sistema eléctrico del ritmo cardíaco relacionado con:
-Falta de generación del impulso eléctrico o generación a una frecuencia inadecuada.
-Generación del impulso eléctrico en un sitio erróneo.
-Alteración de los caminos para la conducción eléctrica.
Respecto a los diferentes tipos de arritmias, el Dr. Ruiz refiere que pueden clasificarse de diferentes formas: por frecuencia cardíaca, por regularidad del latido del corazón y por su origen.
"Dentro de las arritmias relacionadas con la frecuencia cardíaca, podemos hablar de bradiarritmias –bradicardias- cuando esta es lenta y de taquiarritmias –taquicardias- cuando es rápida. Si están relacionadas con la regularidad del latido cardíaco, distinguimos entre regulares e irregulares. Y si establecemos los tipos de arritmia según su origen, hablamos de arritmias supraventriculares cuando se originan esencialmente en las aurículas (aunque luego se transmitan a los ventrículos) y de ventriculares cuando el origen se encuentra en los ventrículos".
¿Cuáles son los síntomas de la arritmia? ¿Cuándo debo acudir al médico?
Muchas veces las arritmias pasan totalmente inadvertidas y se observan únicamente cuando se realizan pruebas diagnósticas.
En otros casos, ante las alteraciones del ritmo cardíaco, aparecen síntomas como palpitaciones y síncopes debido a la disminución del flujo cerebral.
"El síntoma más frecuente de las arritmias son las palpitaciones, es decir, la percepción anormal del latido cardíaco (más rápido, desacompasado, más lento, etc.)", explica el especialista en arritmias y electrofisiología cardíaca del hospital Quirónsalud Valencia.
“Otros síntomas que a veces se asocian a las arritmias son la sensación de falta de aire, el dolor en el pecho, la pérdida de conciencia, etc.".
Aunque la gravedad de la arritmia suele asociarse a la aparición de sintomatología, no siempre es así: hay todo un espectro, desde arritmias banales que pueden ser molestas sin alterar el pronóstico del paciente, hasta arritmias letales.
"Debemos tener en cuenta que la causa de la mayoría de episodios de muerte súbita o repentina es una arritmia. Por eso es muy importante el correcto diagnóstico para establecer un pronóstico acertado".
Un elemento fundamental que interviene en el pronóstico de una arritmia es la presencia de una enfermedad cardíaca (infartos, dilataciones del corazón, insuficiencia cardíaca, etc.). El motivo es que la aparición de una arritmia en un paciente que padece una enfermedad del corazón hace más difícil su manejo y puede condicionar un peor pronóstico.
Respecto a cuándo conviene consultar con el médico, el Dr. Ruiz es claro.
"Las palpitaciones acompañadas de sensación de falta de aire o de dolor en el pecho y, especialmente, acompañadas de una pérdida de conciencia, deben ser revisadas por un especialista. Las palpitaciones rápidas, de inicio y fin brusco, que se repiten cada cierto tiempo, también merecen una revisión. La pérdida de conciencia no aclarada después de un estudio preliminar o en el que se aprecia alguna alteración cardíaca o del electrocardiograma es otro motivo que debería ser motivo de consulta con el cardiólogo".
Tratamiento de las arritmias
Dada la gran variedad de tipos de arritmia existentes, los tratamientos pueden ser muy variados en función de la situación y necesidades de cada paciente.
Algunas arritmias, especialmente si son esporádicas, no necesitan tratamiento.
En otras ocasiones, se instaura la ingesta de medicamentos únicamente durante el episodio de arritmia o de manera preventiva para controlar que no haya más episodios.
En arritmias persistentes, se puede optar por tratamientos que impidan que la arritmia tenga consecuencias importantes, controlando la frecuencia cardíaca e impidiendo que se formen coágulos dentro del corazón.
Para las arritmias en las que la frecuencia cardíaca es excesivamente lenta, puede necesitarse la implantación de un marcapasos.
En otras ocasiones, se optará por la destrucción, mediante un catéter, de la parte que provoca la arritmia.
"Un catéter es un cable delgado que se inserta en una vena o arteria y se lleva hasta el corazón, hasta la zona que provoca la arritmia, y se destruye bien mediante energía de radiofrecuencia –provoca calor-, bien mediante crioenergía –frío-. Estas técnicas se denominan técnicas de ablación transcatéter", añade el especialista en arritmias y electrofisiología cardíaca.
Por último, en arritmias potencialmente mortales, se puede implantar un desfibrilador automático, capaz de suprimir la arritmia mediante estimulación o choques eléctricos.
Respecto a la esperanza de vida tras sufrir una arritmia, dependerá de si se trata de un episodio esporádico o de si está causado por una enfermedad estructural del corazón.
"La esperanza de vida de un paciente con taquicardias supraventriculares sometido con éxito a una ablación del mecanismo de la taquicardia es la misma que la de su grupo poblacional. En cambio, la presencia de arritmias ventriculares graves en un paciente con insuficiencia cardíaca severa es un marcador de mal pronóstico".
¿Cómo condicionan las arritmias la vida de los pacientes?
Muchas personas se preguntan si la arritmia puede afectar a su día a día o a la práctica de actividades deportivas.
"La mayoría de arritmias permiten la práctica de deporte recreativo, aunque es cierto que los deportes de alta carga o de alta intensidad, pueden favorecer la aparición de ciertas arritmias", explica del Dr. Ricardo Ruiz de Quirónsalud Valencia.
Según el especialista, la clave es encontrar un nivel de actividad física apropiado para cada paciente.
Aun así, existen ocasiones en las que se desaconseja la práctica deportiva intensa o profesional porque puede exacerbar la arritmia.