¿Qué hay de lo mío?

MURCIA. En estos tiempos de formaciones de gobierno, negociaciones, promesas, puñaladas y movimientos de silla… vamos, Juego de Tronos versión Pajares y Esteso, ahora viene aquello de ¿qué hay de lo mío? Del puesto que me prometiste para mi hijo que no sirve ni para pegar sellos, de la contrata… ¡Paaaaaara, Mari Trini! Si en esta sección hay compañeros mucho mejor cualificados para hablar de política que la naíf de tu neurona. A lo tuyo, que son las frivolidades.

La semana pasada informaban en las noticias de que el sesenta y cinco por ciento de las mujeres de cuarenta años fingen tener orgasmos con su pareja… ¡Ja, ja, ja! ¡Y el otro treinta y cinco por ciento miente! ¡No te jode! (Me estoy imaginado las féminas asintiendo levemente mientras leen esta afirmación). Pero el titular me plantea una duda: ¿Sólo las de cuarenta? Según eso, en realidad debería rezar: la mujer, el animal sexual multiorgásmico que sufre a los cuarenta la crisis de identidad propia de la edad.

"Señores, las mujeres fingen ¡siempre! ¡Todas!"

Pero ¿qué mierda de encuesta es esta? Señores, las mujeres fingen ¡siempre!... ¡Todas! No nos merece la pena, con todo lo que tenemos que hacer, ponernos a esperar que ustedes encuentren el punto G. Uf, quita, ¡ni en tres vidas! Lo mejor es alimentarles el ego, decirles que hemos llegado al clímax y tocado el cielo, con usted y sólo con usted como con ningún otro, para que sigan creyendo que son ese gran amante, latin lover, follador nato que su madre trajo al mundo (Ahora me estoy imaginando a todo el sector masculino con el ceño fruncido negando con la cabeza porque eso a él no le pasa. Ellos han hecho llegar al éxtasis a todas sus conquistas).

Y es que, no sé por qué, el hombre tiene el concepto de que es muy generoso en la cama. Pero filosofemos un poco: ¿Qué es la generosidad? ¿El intensito, que te tiene tres horas aburrida, dale que te pego como en una película porno de tercera o el que te llena de babas a lametazos porque tía, ¡es que hueles tan bien!... ¡Arggg! ¡Quita, bicho!

No, señores, a ustedes que les gusta tanto el fútbol, nosotras lo queremos cortito y al pie y con fuegos artificiales al final, ¡por supuesto! Lo bueno si breve dos veces bueno. Lo otro es para las películas románticas (esto lo descubrí tarde) pero eso da para un libro directamente.

Ahora los sexólogos nos animan a que hablemos con la pareja y le digamos nuestros gustos, fantasías y zonas erógenas. ¿En serio? Ahora a mis más de cuarenta me tengo que poner en plan señorita Rottenmeier con un pizarrín a explicarle al maromo, mira, cari, esto es… y aquí está… y si tú … Pues siento decirles que a esta edad a esto se viene enseñado y si no, unos tutoriales de Mamacasquet, que para eso está Google. ¡Hasta ahí podíamos llegar! No tenemos nada mejor que hacer, cuando sales a cuatro patas de El Invernadero con Torrebruno (porque a Thor se lo ha llevado una de treinta) que ponerte con "Tigres, tigres… Leones, leones… Todos quieren ser los campeones".

Vienen tiempos duros para los hombres, lo reconozco, van a tener que ponerse las pilas. Ya no nos vale cualquier cosa. Queremos lo nuestro, ¡vaya que si lo queremos!, porque si no las consecuencias pueden ser demoledoras.

Gracias por su lectura.