MURCIA. No es fácil resarcirse de una moción de censura. Se requiere un tiempo para poder volver a presentar esta herramienta democrática. Sirva el ejemplo de la Asamblea Regional, escenario del movimiento político más trascendental de la legislatura, y cuyo reglamento impide a los firmantes de la moción de censura volver a presentarla en el plazo de un año. En el ámbito municipal, la normativa es diferente. Hay otras variantes. Pero ni PSOE ni Ciudadanos quieren arrojar la toalla tras el sonoro fracaso de la moción de censura de la pedanía murciana de Guadalupe.
Guadalupe se encontraba en el punto de mira de las 20 pedanías que la nueva coalición de Gobierno local quería relevar tras la moción de censura que desalojó, en marzo, al PP de la Glorieta y aupó al PSOE tras 26 años de gobiernos populares. Y todo parecía preparado para el cambio en la pedanía, donde contaba con los votos amarrados para ello. Pero falló uno de los suyos y saltó la sorpresa: Vox mantuvo la Presidencia de la Junta Municipal merced al voto decisivo del único vocal de Ciudadanos, Miguel Ángel Jara, que desoyó a su partido y propició que el bastón de mando siguiera en manos de José Joaquín Arias para deleite de los dirigentes de Vox -que celebraron el resultado al ritmo de "Viva España"- y desazón de socialistas, naranjas e incluso morados. El propio alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, presenció in situ la votación.
Transcurrido el fin de semana tras el pleno, es el momento de la resaca. Mientras unos festejan el resultado -"En Guadalupe volvió a ganar la libertad, la democracia y el respeto a la ley", proclamaba el líder regional de Vox, José Ángel Antelo-, otros se resisten a rendirse. El concejal del PSOE Enrique Lorca reconocía que estaban estudiando con el secretario general del Ayuntamiento y con el Consejo Jurídico la manera de propiciar el cambio del pedáneo en Guadalupe.
Fuentes socialistas explicaron a este diario que buscan la fórmula y la base jurídica para reeditar la moción de censura. En una línea parecida se expresó Podemos, socio de de la coalición, cuyo portavoz, Ginés Ruiz Maciá, declaró que "si se pudiera hacer, se hará".
Más directo fue Mario Gómez, quien su primera decisión fue pedir al alcalde el cese del vocal díscolo. Para el vicealcalde, el cambio de pedáneo en Guadalupe es cuestión de tiempo: en cuanto se nombre el sustituto del vocal destituido. Según su argumento, el pleno del pasado viernes en Guadalupe "no fue" una moción de censura porque los pedáneos no son cargos electos por la ciudadanía, sino "nombrados representivamente por la proporcionalidad de los grupos municipales.
"Las juntas municipales son órganos municipales de participación ciudadana donde hay nueve vocales que deciden elegir a su presidente", esgrimió Gómez. "Por lo tanto, una mayoría solicita un pleno extraordinario para nombrar o quitar al presidente por la pérdida de confianza", indicó. Así pues, según esa lógica, en cuanto se releve al nuevo vocal de Ciudadanos, "la Junta Municipal decidirá si mantienen al pedáneo o cesarlo".
Desde Vox, en cambio, todo eran alegrías el pleno de este lunes -en el que se dio luz verde a la congelación de las ordenanzas fiscales, una medida apoyada por todos salvo precisamente Vox, que pedía ir más lejos de la congelación y bajar impuestos. Antelo se mostraba exultante, arropado incluso con el pedáneo de Guadalupe, presente en las pajareras del Consistorio murciano. "Mucho ánimo y una buena terapia de grupo os puede ayudar", escribía en redes sociales Antelo.