Primer test para medir la ilusión del Jimbee 

CARTAGENA. No es una temporada más esta que comienza Jimbee Cartagena con su primer partido de pretemporada ante Peñíscola (16.00 h, 7RM). Aspira el equipo de Duda a instalarse por fin entre los grandes del fútbol sala nacional. Desde la Trimilenaria, su propietario, Miguel Ángel Jiménez Bosque, ha confeccionado un plantel de altura para asaltar por fin el trono de los grandes. Muy lejos queda la época de Polaris en la que los cartageneros miraban de cara a gigantes como Inter Movistar o ElPozo Murcia, eterno rival y al que ahora aspira a superar tras años a la sombra de los murcianos.

Marinovic, Lucao, Luciano Avellino, Waltinho, Andresito, Chemi, Bebe y Juan Emilio son los nombres que se unen a los Juanpi, Solano o Mellado para competir el título cinco años después de que ascendiera a la Primera División. Con Duda como líder, desean en Cartagena que este año sí sea el de la confirmación en la élite, tras dos proyectos fallidos que aventuraban más de lo que la realidad del parqué impuso después. Ni Batería ni Eka, nombres de altura, fueron capaces de dotar de ese gen competitivo que tanto precisa este deporte tan volátil, donde el bloque suma más que cualquier figura.

Sin la dificultad de subirse a un tren en marcha, estando ya Duda en el banquillo desde el comienzo de la pretemporada, y una plantilla a su gusto, aspiran los cartageneros a coger la competición por la pechera desde el inicio, sin dudas ante un año atípico, sin el fervor de las gradas y la economía de todo el deporte tiritando ante la falta de ingresos. Pese al clima adverso, no ha escatimado Jiménez Bosque en reforzar el plantel. No ha fichado promesas, sino que se ha reforzado con jugadores acostumbrados a cotas alta, de los que no les quema el balón en los momentos calientes. Algo de lo que ha adolecido el equipo cartagenero desde la llegada de Jimbee como principal patrocinador, muy tierno en los momentos decisivos, sin colmillo para morder ante los de su liga. Sólo mostró el equipo su verdadero potencial cuando el partido era de altura, caso de los duelos ante el Barcelona o Inter. Insuficiente, sin embargo, para entrar en el playoff.

No fue capaz Duda de inocular de carácter competitivo al plantel, que reforzado con Solano nunca estuvo cerca de aspirar a entrar entre los ocho primeros, meta que el técnico brasileño se había marcado cuando a mitad de curso se hizo cargo del equipo cartagenero. Dos años había estado detrás de Duda el presidente de la entidad, sabedor de que necesitaba de un auténtico estratega en el banquillo que estuviera acorde a la inversión que había realizado en la plantilla.

En los primeros encuentros con el brasileño en la banda se adivinaron algunos matices de lo que pretende Duda en su equipo. Presión alta, robo tras pérdida y solidaridad en el esfuerzo, matices que no habían logrado imponer con regularidad sus predecesores. Sucede que con el paso de los partidos no fue capaz el equipo de mantener ese ritmo competitivo, más allá de buenas actuaciones ante los grandes, caso del duelo en el Palau ante el Barcelona o la derrota en casa ante el Inter Movistar. Adolecía también de falta de gol el equipo, que con Solano, Juan Emilio, Marinovic, Lucao y Waltinho espera revertir esa situación. Nadie quiere frenar la ilusión en el Jimbee Cartagena que este año quiere dar el esperado puñetazo en la mesa que tanto se dijo en los últimos años. Peñíscola medirá si de verdad se ha producido la ansiada mutación o aún queda un largo camino.